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Panamá después de la Zona del Canal, reflexión principal de ‘El último soldado’
- 28/01/2024 00:00
- 27/01/2024 07:29
La salida de los estadounidenses de Panamá y la reversión de los bienes de la Zona del Canal, es uno de los hechos más importantes del siglo XX en nuestro país. Más que marcar un antes y un después para el Istmo, fue el inicio de un nuevo capítulo en la historia panameña.
El documental El último soldado, escrito y dirigido por Luis Romero, ahonda sobre los casi 100 años de presencia militar estadounidense en el país a través de todos sus actores, sociales y culturales junto a material inédito capturado desde finales de 1999 hasta el 2010.
Esta pieza cinematográfica fue presentada en el más reciente conversatorio de Hablemos del Canal, organizado por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Romero tuvo participación en esta actividad, en la que discutió diferentes facetas del largometraje.
El documental recopila la lucha panameña por la soberanía, resaltando los hitos más relevantes y sus personajes y la contrasta con otros temas como la vida en la Zona del Canal, los zoneítas y el proceso de reversión que se vivió desde 1977 en adelante a través de capítulos con la finalidad de contar la compleja historia entre Estados Unidos y Panamá.
“Fue un proceso difícil. Se hicieron más de 70 entrevistas y seleccionar segmentos de esas para contar la historia de nuestro país es duro, principalmente porque la historia de Panamá, que está muy ligada a sus relaciones con los Estados Unidos, todavía sigue. Yo quería mostrar primero esa relación para luego contar la historia de todo ese proceso que fuimos generando para conseguir de vuelta nuestras tierras”, señaló Romero en el conversatorio.
Conexiones
En el documental, la Zona del Canal es mostrada como una especie de “fruta prohibida” para los panameños, de acuerdo al director del mismo. Un lugar dentro del territorio nacional al que se sabía no se podía acceder libremente, sin embargo, siempre había intentos de hacerlo.
Varias de las anécdotas que cuentan los entrevistados del documental incluye pasear en familia por la Zona del Canal para luego ser escoltados fuera por guardias americanos como diversión dominical. Otros simplemente buscaban frutas entre los árboles de la Zona, e igualmente les era prohibida la entrada a este lugar, exclusivo para los estadounidenses.
“En el documental hay una presetación variopinta de la sociedad panameña, porque es que todos teníamos una relación con el Canal y la Zona del Canal. Hay todavía muchas cosas que nos relacionan con los Estados Unidos y yo creo que eso me hace reflexionar en el por qué luchamos”, también mencionó el director del largometraje.
Lo cierto es que el no poder realizar este tipo de acciones inofensivas fue un elemento que impulsó la lucha generacional por la soberanía en el país. Otros eventos más severos como el no poder izar la bandera en la Zona del Canal, a pesar de que se había acordado previamente hacerlo, fue motivo de descontento y uno de los orígenes de la Gesta Patriótica del 9, 10 y 11 de enero, piedra angular del rescate del territorio nacional.
Durante el largometraje se muestran diferentes vertientes artísticas como el arte visual, la música y la poesía que también fueron de las principales voces de protesta ante la presencia americana en Panamá, así como la exclusión de los panameños de partes del territorio nacional, en este caso la Zona del Canal.
“Al hablar sobre el diseño y los valores arquitectónicos de la Zona del Canal existe un tema de códigos estéticos que como panameños todavía no terminamos de entender. Toda esta área de la biblioteca, las escalinatas del edificio de la administración del Canal y demás alrededores eran un espacio monumental que apela a un sentimiento general que todavía no entendemos”, señaló Romero al hablar sobre la Zona del Canal.
El día siguiente
El último soldado culmina con tomas del atardecer en la Ciudad de Panamá y un video en el que se ve a varios estudiantes de escuela pública recogiendo frutas dentro de lo que antes de 1999 habría sido territorio exclusivo de los estadounidenses.
A diferencia de los pocos panameños que sí tenían acceso a parte de la Zona, principalmente por motivos educacionales, ya que eran parte del estudiantado de las escuelas del área, los centros educativos aledaños que heredaron esta parte de la ciudad pueden permitirse el libre tránsito en lo que solía ser territorio estadounidense.
Algunos de los que tuvieron acceso a la Zona del Canal lo recuerdan como una época marcada por la discriminación silenciosa, en la que se les dificultó hacer amigos solo por el hecho de ser panameños, y era más permanente el sentimiento de ser invasores. El documental concluye con un mensaje de esperanza, soberanía y libertad, demostrando la actualidad de Panamá, fuera del enclave americano.
“Nos vendieron la idea de que no íbamos a sobrevivir sin la presencia estadounidense, nos dijeron que Panamá se iba a hundir y hoy estamos aquí, conversando en un lugar, que fue producto de esa reversión gracias a esa lucha generacional. Hemos salido de los barrancos y errores que cometemos, pero hemos ido construyendo esa nación que tanto queremos”, concluyó Romero, para darle fin al conversatorio Hablemos del Canal.