‘La era de la migración’ y sus desafíos en Panamá

El análisis científico de las migraciones internacionales a nivel mundial nunca ha tenido el alcance ni ha sido tan significativo social...

El análisis científico de las migraciones internacionales a nivel mundial nunca ha tenido el alcance ni ha sido tan significativo social y políticamente como lo es en la actualidad y esto se debe a su carácter, eminentemente global. Esto se expresa en la manera como impone nuevos desafíos de gobernanza y convivencia a cada vez más países, regiones y sus vínculos con complejos procesos que afectan al mundo entero.

Lo anterior no quiere decir que en el pasado las migraciones no fueron significativas. Los movimientos de población siempre han estado presentes en el crecimiento demográfico, el cambio tecnológico, conflictos políticos y la guerra. En los últimos cinco siglos, las migraciones se han ligado al colonialismo, la industrialización, el nacimiento de los estados-nación y la expansión mundial del capitalismo, nos dicen Castles y Miller.

Lo que ha hecho de la migración internacional un fenómeno actualmente creciente e influyente en la política mundial, en la economía y sociedad de muchos países, son una serie de causas superpuestas: las desigualdades de desarrollo entre países y regiones, los avances en las tecnologías de la comunicación y el transporte, el reconocimiento internacional del derecho de los migrantes a vivir con sus familias, los conflictos nacionales, regionales y mundiales que conducen al desplazamiento y al refugio.

El contexto latinoamericano de la migración internacional.

Según la Organización Internacional para las Migraciones, el principal país de inmigración de los latinoamericanos es Estados Unidos. Para el 2010, la población latina en ese país representaba el 16.3% del total de la población; es decir, 50.5 millones. El estimado de latinos en situación irregular es de 11.2 millones. El monto total de las remesas enviadas a países de América Latina y el Caribe, en 2010, fue de 58,100 millones de dólares, 2.1% más que en 2009. No obstante, el informe también revela una creciente migración intrarregional, es decir, entre los propios países de América Latina y el Caribe, siendo tema principal en procesos y foros regionales. En junio de este año, Panamá fue sede de la XVII Conferencia Regional sobre Migración, cuyo tema principal fue los Derechos Humanos.

Es esta migración intrarregional la que remarca este proceso como en ‘progresivo ascenso’, y transita por una tercera etapa de la migración en la región centroamericana. Ella está caracterizada por la transnacionalización laboral y los efectos de la globalización, la que presenta retos actuales al desarrollo económico y humano de Panamá en el siglo XXI. Los flujos migratorios hacia Panamá, provenientes de algunos países de América Latina y el Caribe, se incrementan año con año. De un país de tránsito, Panamá es hoy de destino.

PANAMÁ: DE TRÁNSITO A PAÍS DE DESTINO

La década de 1990 marcó a Panamá como un país de destino para personas necesitadas de protección internacional, provenientes de la vecina Colombia. Entre 1996 y 2001, la región del Darién fue receptora de cerca de mil personas que huían de la guerra y el terror. Luego de 12 años con un status Humanitario Provisional de Protección, en 2011 se crea la Ley 81, que les permite aplicar a la categoría migratoria de residencia permanente. Sin embargo, existe también una gran masa de personas solicitantes de refugio en la ciudad de Panamá.

La imagen que se percibía de la migración hacia Panamá a finales del siglo pasado, al margen del fenómeno del refugio, era que el país funcionaba principalmente como un punto de tránsito hacia los países del Norte. El siglo XXI marcó una dinámica nueva en la economía panameña. El Canal de Panamá, junto a todas sus áreas adyacentes, pasan finalmente a manos panameñas y esto brinda un dinamismo importante a las gestiones de gobierno a partir de ese momento.

El 2006 marca también el despegue del crecimiento del producto interno bruto panameño hasta por lo menos el segundo trimestre del 2008, cuando se ve afectado por la crisis económica mundial. Además, en 2006 se aprueba por referéndum el proyecto de ampliación del Canal de Panamá y a partir de este año y en los subsiguientes comienza también a divulgarse una serie de grandes proyectos o megaproyectos que en el futuro serían desarrollados en el país, tales como: la cinta costera, el Área Económica Especial Panamá-Pacífico, la reorganización vial y la posible construcción del metro, y una serie de grandes edificios que demandarían, según las estimaciones de aquel entonces, una gran cantidad de mano de obra.

La población migrante se integra al mercado laboral panameño de forma diferenciada, de acuerdo a su nacionalidad, clase social, origen étnico y fortalece las redes sociales construidas entre Panamá y su país de destino. En otras palabras, las posibilidades de inserción laboral de personas provenientes de Colombia, Venezuela, Nicaragua, República Dominicana, Estados Unidos o España, varía en muchos sentidos, y una buena parte de los representantes de estas nacionalidades han explotado un nicho particular de empleo o de inversión.

El fenómeno actual ha suscitado gran atención e interés en los últimos gobiernos, que en estos cuatro años han realizado una serie de modificaciones o aprobaciones de la legislación migratoria en el país. De hecho, el programa de regularización migratoria Crisol de Razas, junto al Decreto Ejecutivo 343 del 2012, que facilitan la residencia permanente en calidad de extranjeros a ‘nacionalidades amigas’, a la par de las conversaciones bilaterales entre gobiernos de brindar entrada al país a trabajadores hondureños, son pruebas de este interés.

RETOS Y DESAFÍOS

En este panorama complejo de la migración a Panamá, existen una serie de retos, de desafíos que tendremos que afrontar en los próximos años:

Un análisis científico sobre la demanda de mano de obra y oficios por actividades económicas, además de la población en formación que responderá a dicha demanda en los próximos años, con el fin de determinar más claramente las posibilidades de inserción laboral de los migrantes en Panamá.

Una mejor tecnificación y gerencia estratégica dentro de las entidades que gestionan la migración hacia el país, así como una mayor interrelación y cooperación entre éstas.

El país debe tener presente la aprobación del Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, de 1990.

Establecer políticas de integración y convivencia pacífica entre la población inmigrante y la nacional, teniendo presente los cambios que en el futuro puedan existir en el mercado de trabajo, que generen conflictos interculturales.

Mejorar la estadística nacional respecto a la migración internacional, con atención especial a la desagregación por sexo y edad.

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