Bienvenidos al Palacio Paviolo

Actualizado
  • 01/04/2009 02:00
Creado
  • 01/04/2009 02:00
PANAMÁ. El reloj marcaba las 3:00 p. m. de un miércoles. El sol tan fuerte de la tarde mostraba la calle caliente y desierta. Puerta...

PANAMÁ. El reloj marcaba las 3:00 p. m. de un miércoles. El sol tan fuerte de la tarde mostraba la calle caliente y desierta. Puertas adentro de la Asamblea Nacional, aunque hay aire acondicionado y estaba prevista una sesión, el panorama era igual de desolador: los diputados que hay aquí se cuentan con los dedos de una mano. De las 16 sesiones de marzo, solo hubo quórum para tres. Y en ellas, lo de siempre. Lo que no se hace. Esta vez, evitaron decidir sobre un conflicto latente: la Ley No. 477, que titularía las tierras de campesinos ubicadas en islas y costas. Un diputado paviolo representa una inversión que los contribuyentes jamás recuperarán. Ni la democracia. En el último quinquenio el Estado panameño le pagó a los honorables paviolos, por sus ausencias, 15. 9 millones de dólares.

CURULES FRÍAS

Las ausencias de los diputados en las sesiones ordinarias de la Asamblea representan un agujero negro que se abre en diferentes dimensiones. Por un lado, las leyes que Panamá tanto necesita, siguen sin aprobarse. Tampoco se discuten los proyectos presentados. Y lo peor de todo, se pierde plata. O mejor dicho, se regala. Porque el reglamento de la Asamblea no contempla descuentos por estas ausencias. Aunque parezca increíble, un diputado puede tomar toda la licencia que quiera y la ley lo apoya. “Solo tiene que notificar a la Asamblea que va a faltar y solicitar su respectiva licencia”, explica José Ismael Herrera, subsecretario general de la Asamblea Nacional de Diputados, quien no le encuentra ningún problema al asunto. “Un diputado es diputado todo el día, dentro o fuera de las sesiones”, termina Herrera, diciendo lo que todos aquí repiten como un credo: que el verdadero trabajo del diputado está “en la comunidad”.

Con él coincide José Ricardo Acevedo, asesor de la Asamblea, “en el reglamento interno de la Asamblea no está explícita la cantidad de licencias que son permitidas”.

MENSAJE EN UNA BOTELLA

Aunque la mayoría de los constitucionalistas de Panamá coinciden en que el trabajo de los diputados es legislar, es decir, debatir, mejorar y crear las leyes, eso verdaderamente no sucede.

Algunos se escudan en la asistencia de sus suplentes cuando los ciudadanos los eligieron a ellos. Los electores muchas veces ni recuerdan quién es el suplente del diputado por el que votó.

El diputado Carlos Cleghorn critica la falta de organización de parte de los diputados de la Asamblea Nacional.

Afirma Cleghorn que hay poca asistencia y “por la falta de voluntad de la mayoría de mis colegas no hay quórum para discutir los proyectos que Panamá necesita”.

LOS NÚMEROS

En el último quinquenio, entre el 2005 y marzo del 2009, los diputados acumulan nada menos que 16,201 ausencias. Ninguna de ellas fue descontada de sus salarios por lo que el Estado pagó en salarios 15,973,218 dólares de más.

Es más dinero de lo que recaudó la teletón durante el mismo período. Les dicen “los padres de la patria”.

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