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Martinelli se refugia en la embajada de Nicaragua
- 08/02/2024 00:00
- 07/02/2024 19:53
En una jugada inesperada, y a punto de que se venza el plazo que le cercenaría la libertad para cumplir una pena de 128 meses de prisión por blanqueo de capitales por el caso New Business, el expresidente y candidato presidencial Ricardo Martinelli solicitó asilo político a la embajada de Nicaragua en Panamá.
El gobierno de Daniel Ortega se lo concedió de forma cuasi expedita. En una nota de dos páginas divulgada por la sede diplomática de Nicaragua en Panamá se lee que Martinelli solicitó asilo “por razones políticas y encontrarse en riesgo inminente su vida, integridad física y seguridad”. A continuación justifica la acción basado en la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933, ratificada por ese país, y reconociendo que la figura del asilo es una institución de carácter humanitario y que todas las personas pueden estar bajo su protección, sin distinto de nacionalidad, razón por la que su país decidió otorgar dicha condición al expresidente.
En tal sentido, el gobierno de Nicaragua solicitó al gobierno panameño brindar las seguridades para la pronta salida y traslado humanitario de Martinelli hacia Nicaragua, expresa la nota firmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.
Un par de días atrás Martinelli denunció un supuesto plan para matarlo y responsabilizó al presidente Laurentino Cortizo y al vicepresidente y candidato a la presidencia, José Gabriel Carrizo. Un hecho que negó rotundamente el mandatario Cortizo.
El martes pasado una de las abogadas de Martinelli interpuso una querella penal en contra de los mencionados ante la Comisión de Credenciales de la Asamblea Nacional por supuesto homicidio en grado de tentativa. “Él sabe perfectamente que lo que ha denunciado es totalmente falso”, aseveró Cortizo en medio de una gira de trabajo.
Pasos para el asilo
El círculo íntimo de Martinelli sabía que el destino inevitable de su candidato presidencial era la cárcel, y lo verían ahí tan pronto como el viernes, fecha en que se desfijaba el edicto en el que la Sala Penal de Corte Suprema de Justicia comunicó la no admisión de la casación interpuesta por sus abogados. Lo que anunciaba el fin de los recursos legales que hubieran podido aplazar la cárcel.
La Estrella de Panamá conversó con una fuente que describió cómo se tomó la decisión de pedir asilo. “El lunes ya se tenía la confirmación de Managua de que le darían el asilo, pero desde la semana pasada iniciaron las conversaciones directamente con Daniel Ortega, presidente de ese país, a través de un emisario panameño que viajó a la capital nicaragüense, y otro para reunirse con Ortega”, dijo la fuente cercana al exmandatario.
Antes, el equipo de asesores de Martinelli barajó la posibilidad de solicitar asilo en varios países de la región, pero finalmente se decantaron por Nicaragua. El miércoles en horas de la mañana se despidió de su gente y llegó antes de las diez de la mañana a la embajada, donde le abrieron las puertas y se confirmó su condición de asilado.
En los alrededores de la sede diplomática ubicada en el Cangrejo se empezó a ver un movimiento inusual de guardias de seguridad, y los rumores de que algo estaba pasando se acentuaban porque se trataba de agentes del Servicio de Protección Institucional, escoltas del exmandatario. Luego, se confirmó que se encontraba físicamente en la sede diplomática.
“Hace unos meses le habían conseguido reuniones con otros embajadores, pero no para el asilo necesariamente”, añadió la fuente. La razón es que algunos de ellos lo veían con posibilidad de llegar a la presidencia, y por ende, un potencial presidente para hacer negocios o para conseguir el respaldo del país a favor de sus intereses.
Cuando se analizaba la situación dentro del partido Realizando Metas, que lidera Martinelli, surgieron dos corrientes: una que sugería su renuncia como candidato presidencial y que cediera la batuta al candidato a la vicepresidencia José Raúl Mulino, compañero de fórmula. La otra pedía alargar lo más posible la situación porque consideraban que “la victoria es con Martinelli en la papeleta”. A pesar de la condena de 10 años y meses, y una multa de $19 millones por el delito de blanqueo de capitales, sentencia impuesta por la juez Baloisa Marquínez en julio pasado, Martinelli no ha sido inhabilitado como candidato por el Tribunal Electoral, entidad a la que le compete el trámite.
El asilo permite a Martinelli evitar la cárcel porque queda bajo el amparo de otro Estado, lo que significa que para los efectos de que se cumpla la sentencia, el gobierno panameño requerirá de cumplir con los conductos diplomáticos y jurídicos. Pero, si no se opone al asilo, es decir, si le da el ‘placet’ diplomático, “automáticamente se convierte en un perseguido político reconocido, es decir en un perseguido del gobierno”, explicó a este diario el informante. Esto pone a Panamá en una encrucijada.
Nicaragua otorgó asilo al exmandatario, hecho que fue criticado por abogados panameños, citando el primer artículo de la Convención que estipula que “no es lícito a los Estados dar asilo, entre otras, a inculpados por delitos comunes que estuvieron procesados en forma o que hubieren sido condenados por Tribunales ordinarios”.
La exprocuradora Ana Matilde Gómez calificó la situación como una farsa. Dijo que Martinelli huye, “nadie lo persigue, es una burla, una caricatura de país, por eso lleva dos días hablando de que lo quieren matar”.
El Convenio sobre Asilo Político establece en otro de sus artículos que otorgado el asilo, el Estado asilante puede pedir la salida del asilado para territorio extranjero, y el estado territorial está obligado a dar inmediatamente, salvo caso de fuerza mayor, las garantías necesarias y corresponden salvoconducto. En este aparte en horas de la tarde hubo confusión tras un pronunciamiento de Mulino, quien mencionó en conferencia de prensa que la Cancillería ya había otorgado el salvoconducto, y unos minutos más tarde la entidad lo desmintió en un comunicado. No obstante, dio constancia de que recibió nota de su par nicaragüense en la que comunica la decisión de su gobierno de otorgar asilo al expresidente, bajo los preceptos citados arriba.
El salvoconducto es una especie de inmunidad que permite al asilado salir del país, pero en ocasiones los estados no se pronuncian de inmediato al respecto. Por ejemplo, Julian Assange, el periodista requerido por Estados Unidos por difundir información confidencial de su gobierno en los populares WikiLeaks permaneció siete años en la embajada de Ecuador en Londres. Por otra parte, Panamá ha concedido asilo a varias figuras políticas como el Sha de Irán, el expresidente de Ecuador Abdalá Bucaram, o Raúl Cedrás, expresidente de Haití. “Panamá tiene una tradición de manejo de estas situaciones y por la neutralidad del Canal hemos mantenido eso y hemos recibido a gente de todos lados”, aseguró el abogado Francisco Carreira.
De igual forma, expresidentes panameños buscaron refugio en Estados Unidos durante la época de la dictadura militar y el golpe de Estado en 1968.
La figura de asilo es más común en países hispanoamericanos y se encuentra enmarcada en una convención que limita la actividad política de quien lo solicita. El país anfitrión por lo general es el que determina el ámbito de la restricción, y decide qué tipo de declaraciones puede o no hacer el asilado.
Por otra parte, el gobierno panameño podría reconocer el asilo y coadyuvar a que las condiciones de traslado se den. Si no reconoce, primero podría tener un problema con Nicaragua y otro con el asilado en esa embajada. La justicia no puede violar el fuero diplomático para sacarlo a la fuerza, tampoco puede hacer cumplir la sentencia, así como prohibir cualquier declaración que haga Martinelli desde la sede de la embajada de Nicaragua en Panamá.
El régimen Ortega es considerado como una dictadura sin libertades y violación de derechos humanos. Algunos abogados especularon en los medios de comunicación que “es posible que Martinelli no pertenezca en Nicaragua y más adelante tome un avión a Italia, país del cual tiene nacionalidad y que no extradita a sus nacionales.
Martinelli circuló una nota como despedida en redes sociales en la que pidió a sus copartidarios y electores que den el respaldo a Mulino el próximo cinco de mayo, día de las elecciones en Panamá.