Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 18/01/2020 00:00
- 18/01/2020 00:00
La narcopolítica se ha convertido en una amenaza de grandes proporciones. En México se cuenta a montones. Desde gobernadores hasta congresistas y alcaldes. Comandantes de la Policía y del Ejército involucrados con los narcotraficantes. Es una amenaza feroz que hacen del país norteamericano un territorio inmerso en una batalla constante…
Y Honduras no se queda atrás. De hecho, la más poderosa organización criminal hondureña, Los Cachiros, sobornó al expresidente del país, Porfirio Lobo, y tuvo comunicaciones con el mandatario actual, Juan Orlando Hernández.
De acuerdo con informes de prensa hondureños, fiscales estadounidenses mencionaron al presidente Hernández como parte de una investigación de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
Colombia es otro país que vive al día con las implicaciones de la narcopolítica; y Venezuela, ¡ni hablar!
Panamá es una ruta de tráfico de drogas, pero ¿el país canalero también es víctima de la narcopolítica?
José Alberto Álvarez es abogado y presidente del partido en formación PAIS. Considera que Panamá no escapa de este flagelo. “Por supuesto, esa amenaza está presente en Panamá y cada día es más evidente. Ejemplo de ello, los casos de los dos fiscales: uno consumiendo drogas y otro cooperando con narcotraficantes”.
Según Álvarez, hay que hacer un trabajo fuerte hasta erradicar este problema que cobra más cuerpo cada día. Para ello, es necesario enviar mensajes claros, duros y contundentes.
El también expresidente del Colegio Nacional de Abogados propone lo que para él puede atacar el problema: 1. aplicar pruebas antidrogas a todos los funcionarios y estamentos de seguridad; 2. elevar las penas por estos delitos —y no permitir acuerdos de pena—; 3. en política, que cada candidato sea sometido a esas pruebas y que se reduzcan los montos de gastos de campaña; 4. mayor supervisión del Tribunal Electoral en torno a estos gastos y, en caso de haber excesos, aplicar penas severas, además de (si han ganado ), la destitución del cargo obtenido…
Para Irving Centeno, diplomático y experto en seguridad nacional, hay un problema de idoneidad en los cargos. Es el caso recurrente en el Ministerio de Seguridad, donde el “mayor logro de todos los ministros en esta cartera ha sido el aumento de salarios ...porque desde que llegan, se les vende la idea de que la moral y la disciplina están mal y que la solución es el aumento de salario. Obviamente, para esperar que todo salga bien y mantener el puesto, los jefes de cartera aceptan y suben el salario”.
Luego, agrega Centeno, encontramos el tema de la corrupción interna en las policías, donde claramente vemos armas ilegales en cárceles o en las calles y —peor aún— que “armas que se decomisan (un promedio de seis por día) regresan nuevamente a la delincuencia... y son casos documentados”.
Eso ya evidencia que estos estamentos de seguridad están penetrados por la delincuencia. Según Centeno, la problemática se agudiza en la Policía, no tanto en el Servicio Nacional de Fronteras o en el Aeronaval.
A su juicio, los ministros deben —como punto de control— rotar a sus jefes de zonas cada seis meses, para comenzar a impedir la penetración; poner segundos jefes que no sean promociones que vienen o de las mismas escuelas o egresados del mismo año. Esto lo que crea —dice— es control directo en áreas.
“Para no hacerlo, seguro dirán que eso no funciona por muchas razones, pero deben acatarlo. Otro punto a tomar en cuenta es el análisis de los perfiles económicos en cuentas, propiedades, etc., y verán cómo algunos han llegado a tener cuentas abultadas y propiedades que no pueden justificar con sus salarios. Otro mecanismo para tener control es usar de manera permanente el polígrafo y otras herramientas, para verificar, prevenir y combatir la penetración de la delincuencia organizada”.
Añade que “la penetración del narcotráfico es una amenaza constante. A veces más, a veces menos, pero siempre acechante. Los casos de los dos fiscales dan fe de ello y los casos de miembros policiales de tiempo en tiempo, igual. ¡Hay mucho dinero y aunque algunos rechazan la tentación, otros sucumben”, reafirma el experto en seguridad.
José Raúl Mulino fue ministro de Seguridad. Coincide en que la narcopolítica es una amenaza real y por eso hay que “vacunar” al país contra esta calamidad.
Los políticos con aspiraciones deben tener principios muy rígidos y frenar las tentaciones. Sin embargo, cuando el aspirante tiene antecedentes o vinculaciones conocidas —en Panamá todo se sabe—, entra en juego el partido, que debe ser estricto al no permitir su postulación, empezando por las primarias.
“Si en esa instancia lo permites y las gana, tendrás a un narco o a una ficha de alguna pandilla o cartel corriendo . El control del Tribunal Electoral es cosmético. Ellos lo saben. Hay campañas que no se pueden pagar con los recursos que dicen sustentar. Aquí se tomaron partidos con fondos públicos y ¿qué se hizo? ¡Nada!”, expresa Mulino.
El exministro siente que nos aproximamos o ya llegamos al momento de analizar con responsable actuación si el Estado debe pagar todas las campañas y prohibir donaciones privadas de cualquier tipo. “A mi juicio, eso podría ser un paso”, dice.
“Lo que no podemos permitir es un narco-Estado o ceder la jurisdicción de áreas geográficas donde mande el narco y no las autoridades. Sería un Estado fallido. Ejemplos de cerca: México, Honduras, Guatemala y ahora con Nayib Bukele, El Salvador comienza a tener esperanza”, señala Mulino.
Lo que recomienda el extitular de Seguridad es aplicar mano dura con una voluntad política inquebrantable. “La justicia debe igualmente ser de la misma índole”, afirma.
Sin duda, la narcopolítica es una amenaza real que el gobierno del presidente Laurentino Cortizo debe frenar. Es tan real como el calentamiento global y no hacer nada representa un fracaso para toda la sociedad.