Ramón Franco:

‘Nos estamos enfocando en la calidad, no nos interesan los números’

Actualizado
  • 17/11/2024 00:00
Creado
  • 13/11/2024 16:07
El director de Marina Mercante de la AMP da un giro de timón al registro de naves: depurará aquellas inactivas, eliminará las que estén sancionadas y las de mayor antigüedad, para pasar a un servicio de calidad, sin temor a perder el liderazgo de abanderamiento mundial

El director de Marina Mercante de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), Ramón Franco, hace un giro de timón en el registro panameño, el más grande del mundo con 8,699 naves. En vez de enfocarse en los números, apuntará a la calidad, la excelencia y la selectividad en las naves que abandera la AMP. Franco sabe que esta depuración implica un posible bajón en la cifra de naves abanderadas. La idea es que la bandera panameña deje de ser refugio para naves sancionadas o con un alto índice de detenciones.

¿Cuál es el balance que puede hacer de la dirección y qué debilidades ha identificado?

Encontramos un registro con aproximadamente de 8,300 naves abanderadas, y un tonelaje registrado de aproximadamente 250 millones de toneladas de registro. Estamos en primer lugar como país de naves abanderadas y en segundo lugar en materia de tonelaje, con un crecimiento constante. Pero hay muchas debilidades. Por ejemplo, brindar una mejor atención al usuario, considerando que nuestros competidores principales son corporaciones. Ahí hay un reto bastante grande para brindar al usuario esa atención similar al de las compañías privadas.

¿Cómo mejoraría la atención para estar al nivel de las corporaciones?

Tenemos cambios en mente. Entre ellos, reforzar la atención al usuario, retención del personal que está calificado para atender las consultas rutinarias, reforzar las oficinas de Segumar a nivel internacional que es donde están los verdaderos usuarios del registro. Queremos implementar las tecnologías que se requieren para dar eficiencia en los trámites, sobre todo, adaptar el marco normativo a las necesidades de la industria.

Ese marco normativo involucra el trámite de abogados para registrar las naves en el país, ¿qué cambios harán en la ley?

En efecto, hay sobre la mesa un proyecto de reforma a la ley General de Marina Mercante (Ley 57 de 2008), una ley que ya tiene más de 15 años de haberse promulgado y que requiere actualizaciones a las necesidades de la industria. Pero el rol del abogado se va a mantener y se va a reforzar. Esto tiene una razón de ser, el abogado ha jugado un papel clave, un rol importante en la creación y competitividad del registro de naves panameños. Desde los inicios los abogados han promocionado el registro y la plataforma internacional que ofrece Panamá. Es ese contacto con el cliente a pesar de que cada cinco años el sistema cambia las autoridades, pero los abogados se mantienen. Tienen una relación de confianza y orientan a los clientes en los trámites.

¿Cómo piensa desburocratizar el proceso de registro de naves?

Implementar un nuevo sistema de trámites electrónicos. Es un proyecto contemplado por funcionarios de la institución que han diseñado un flujograma de trámites electrónicos a través de una plataforma que unifica trámites en dos direcciones: en la Marina Mercante que tengo a mi cargo, y en el Registro Público de Naves que se encarga de la inscripción de títulos e hipotecas de naves registradas en Panamá.

¿En cuánto tiempo vamos a agilizar este trámite?

Está contemplado para que inicie en el primer cuatrimestre de 2025.

Panamá está en varias listas grises a raíz de las detenciones de barcos en puertos de llegada. Una de ellas es el Memorando de Entendimiento (MOU) de París, ¿qué piensa hacer para limpiar el nombre del registro?

Uno de nuestros objetivos es reforzar y mejorar el cumplimiento de la flota mercante panameña. No podemos negar que si bien tenemos el mayor número de naves registradas, la edad promedio de la flota oscila entre los 19 años. Con esta edad las naves empiezan a tener cierto historial de detenciones, empiezan a dar más problemas técnicos y se van convirtiendo en lo que se denominan naves subestándar. Eso representa un riesgo para el registro ante los distintos Memorandos de Entendimiento ante los rectores de puertos. Cuando las naves atracan en los puertos se les hacen inspecciones, se les encuentran deficiencias y obviamente esas detenciones se acumulan por un periodo de tres años y arrojan un índice que nos ubica en una categoría blanca, gris o negra dependiendo del resultado. Nosotros actualmente en el MOU de los puertos de Europa estamos en la lista gris.

Para salir de esa lista estamos mejorando el estado de la flota. Para ello estamos adecuando el marco normativo a través de circulares internas adecuadas a los estándares de calidad que estamos buscando. Implementar las nuevas medidas que queremos hacer, por ejemplo, establecer un chequeo previo a la llegada del puerto en el que se verifique el estado de la nave. Por otro lado, establecer una cooperación con sociedades clasificadoras e inspectores, elevarlos de calidad en las inspecciones, establecer un marco sancionatorio para quienes lo incumplan sea sancionados. Pero es la estrategia a corto plazo. A largo plazo es una realidad que las naves de más años, hay que irlas descartando.

Pero las nuevas, según tengo entendido, prefieren otros registros...

Correcto. De hecho, las naves de nueva construcción son el objetivo que tenemos en esta administración. Queremos hacer una depuración, descartar las naves con un alto índice de detenciones, llamadas subestándar, también las naves que sean vinculadas a sanciones internacionales y también las naves inactivas, que están registradas desde hace muchos años en el registro y que no operan. Son inexistentes. Esta depuración nos permite trabajar con los clientes que mantenemos y desarrollar una estrategia comercial con base en esos usuarios. De igual manera esta depuración va a una captación de naves de nueva construcción, las que utilicen energías limpias de menores de 15 años. Decir que estamos depurando, lo definiría como renovar nuestra flota a futuro.

¿La depuración significa perder el primer lugar en abanderamiento de naves?

Hasta el momento no estaríamos perdiendo el primer lugar con el número ubicado que tenemos.

Pero, ¿la competencia nos pisa los talones?

Es correcto. Nos pisan los talones los demás registros, pero hay que abordar el tema de manera responsable. Trabajar con lo que tenemos y desarrollar las estrategias de negocio con nuestra situación actual.

¿Cuál es la estrategia que emplea para atraer cargueros al registro?

Tenemos que hacer una política de promoción. El registro tiene dos componentes muy marcados. Uno normativo que asume una responsabilidad con la comunidad marítima internacional de ratificar y ser signatario de los distintos convenios en materia marítima emitidos por la Organización Marítima Internacional (OMI), y por otro lado el registro también tiene un elemento comercial marcado. En este sentido hay incentivos y en la parte técnica Panamá ofrece un acompañamiento, supervisión y monitoreo de su flota. Apoyamos al naviero en su operación marítima. Cuando estas naves entran al registro les hacemos un prechequeo para saber si está vinculada a sanciones y no tiene historial de detenciones. Con esa debida diligencia la nave puede ser apta para ingresar al registro y de esta manera podemos controlar la entrada de naves que quizás no queramos tener como clientes. Seremos más selectivos.

Los puertos europeos impulsan nuevas regulaciones que parecieran no estar acorde con los intereses de los registros abiertos, ¿pensamos en la opción de un registro cerrado para evitar problemas al atracar en puertos europeos?

No, de momento no está sobre la mesa cambiar de un modelo abierto a un registro cerrado.

¿Cómo piensan manejar las normativas europeas?

Tenemos que hacer lo propio. Elevar los estándares de calidad, de cumplimiento. Reforzar la supervisión de la flota panameña, ser más selectivos en quién entra.

Europa impulsa un nuevo modelo de negocios...

Al final, es competencia de registros, no solo en Europa, sino en otros lugares. Tenemos que ser competitivos, para esto debemos tener un registro sostenible, con una flota potable donde tengamos una imagen ante el mundo de no ser un registro de conveniencia o que abandera naves sancionadas. Por eso creo que los esfuerzos se dedican a limpiar la imagen, captación de nuevas construcciones, naves ecoship para cumplir con la agenda ambiental de la OMI en cuanto a la reducción de emisión de carbono. Es tomar las estrategias adecuadas y hacer frente a los retos. Con la depuración vamos a perder tonelaje.

En el pasado, y a lo largo de varios años, se ha solicitado a Panamá que saque de lista a las naves sancionadas. Esto ha sido un tira y jala con algunas organizaciones que monitorean las naves. En esta administración se han agilizado trámites, ¿a qué se debe la celeridad en comparación a años anteriores?

No puedo hablar del pasado, pero puedo asegurar que desde el primer día que entramos hemos mantenido una política de cero tolerancia al uso indebido de la bandera panameña. Tenemos que cumplir en materia de cooperación internacional. En este tema de las naves sancionadas, se emitió un decreto a mediados de octubre que agiliza el tiempo a semanas, una o dos. El decreto consiste en cancelar del registro a las naves que salgan en listados internacionales como el de OFAC, de la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Aplicamos este decreto con una nave y salió del registro prácticamente en una semana. Comparado con el procedimiento que demora meses, es significativamente positivo.

En el registro también incluyó a una flota rusa que había sido expulsada de otros registros, ¿qué va a pasar con esos barcos?

Debo aclarar que el tema de las naves sancionadas es en todos los registros. En cuanto a Panamá, nos toca investigar toda nave que tengamos sospecha que se encuentra en un listado de sanciones o una actividad ilegal. Las investigamos y dependiendo de lo que arroje la pesquisa se les inicia un proceso de cancelación de oficio de la nave. Estamos cancelando naves que estén vinculadas a actividades sancionadas.

¿Cree que el registro panameño es competitivo?

Es competitivo. No estamos en el primer lugar porque sí. Panamá tiene 100 años de hacer las cosas bien y se ha ganado la confianza de las naves.

Pero perdimos tonelaje, que es lo que cuenta...

Yo podría cambiar el enfoque de competitividad y decirle que lo que buscamos es sostenibilidad. Descartar las naves que causen un problema al registro en materia de detenciones, sanciones. Problemas que afectan la imagen. Con esto quiero dejar muy claro que en esta administración nos estamos enfocando en la calidad. No nos interesan los números. Ser un servicio de excelencia es lo que buscamos. Ser un registro potable y captar a esa clientela que viene con energía limpia. Ser un registro que brinde un servicio a la comunidad marítima internacional. El enfoque no es abanderar por abanderar. Queremos crecer de manera sostenible, porque las naves que se cuelan en el registro sencillamente causan un problema de imagen que representa una pérdida monetaria al final. Se espantan las inversiones y se pierden clientes valiosos. Nos impide acceder a los mercados donde queremos tener esa presencia. Hay que cambiar el enfoque y ser un servicio de excelencia, más que ocupar el primer lugar.

¿Los cónsules hacen su trabajo?

Sí, hacen su trabajo. El cónsul es una figura de representación del registro de naves en el mercado donde está ubicado. Es una falencia el cambio cada cinco años de ese funcionario en la región. Esto porque el negocio se basa en la confianza. La relación personal atrae la relación comercial porque genera confianza. Este negocio se basa en la confianza que se genera a través de una estabilidad en el tiempo. El cónsul cumple su trabajo, pero cada cinco años se va y queda el abogado que es el agente residente de la nave y su punto de confianza con el cliente, el técnico de la Autoridad Marítima de Panamá en la oficina de Segumar que está en el exterior y que hacen un tremendo trabajo. Esa es la estabilidad que representa el registro panameño. El cónsul cumple su función, pero el cambio cada cinco años es una falencia, no sólo en los consulados, sino en el registro.

¿Eso se piensa modificar en la propuesta de ley?

No, son sólo trámites de abanderamiento.

Tenemos que hacer lo propio. Elevar estándares de calidad, de cumplimiento. Reforzar la supervisión de la flota panameña, ser más selectivos en quién entra”.
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