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- 18/10/2023 14:16
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La izquierda de Gustavo Petro parece teñirse más al centro que al extremo. Al nuevo presidente de Colombia no le conviene radicalizar su política, antes busca afianzar a su partido político como una fuerza en el tablero colombiano. Difícil será que cumpla todas sus promesas de campaña, especialmente cuando por décadas se ha enraizado un sistema que requiere más de cuatro años para modificar. La mayoría de los colombianos cruzan los dedos para que Petro respete la alternancia en el poder para que Colombia no se parezca ni un poquito a las izquierdas radicales del continente como Cuba, Venezuela o Nicaragua. Petro entra al poder con grandes desafíos entre los que se destaca la reforma a la Policía y el control sobre las Fuerzas Armadas, otrora enemigos en la época en que Petro militó en la guerrilla M19. Nuestra entrevistada, Sandra Borda, profesora asociada de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Los Andes, brinda un pantallazo de los principales retos de Colombia ahora que el pueblo decidió votar en contra de los partidos tradicionales y optó por dar un giro hacia la izquierda. Petro lo intentó tres veces, hasta que lo consiguió.
Como colombiana, ¿cómo se siente con un gobierno de izquierda por primera vez?
Yo no soy una persona de izquierda. Soy lo que se podría definir como una persona ubicada en el centro político. Voté por Petro sin ser la mejor opción desde mi punto de vista, pero en términos de la segunda vuelta es lo que le toca hacer a uno, con muchos reparos voté por él. Yo tengo que sentirme satisfecha por una razón muy simple, nuestro sistema político por fin se abrió y se diversificó. Estos dos candidatos, Petro y Hernández, son personas que en otras épocas de este país jamás hubiesen podido tener la posibilidad de acceder al poder en la forma en que lo hicieron. Hoy esta democracia es una mejor democracia que la de ayer.
¿Habrá alternancia del poder con la llegada de Petro?
Siempre ha habido, y la razón por la que Petro está en el poder es porque existe. Esperemos que él la siga respetando.
¿Cree que Petro haga un gobierno de izquierda moderada o extremista?
Moderada por una razón fundamental, no porque él sea moderado, sino porque tiene intención de consolidar su fuerza política como partido. Creo que sabe perfectamente que una muy buena parte del éxito de su gestión depende directamente de convencer a otros sectores que no son de izquierda, de que lo que está haciendo está bien. Esa posibilidad de convencimiento solo depende de que se pueda mover un poco para el centro.
El mapa de Latinoamérica tiene varios países pintados de izquierda. ¿Cómo vislumbra la relación de Estados Unidos con la región, especialmente cuando busca aliados por el tema de la migración y de Rusia, ¿descuidaron la región o se trata de procesos evolutivos que tenían que pasar?
Yo creo que ellos abandonaron la región por mucho tiempo y con la llegada de la inversión china y Rusia en Venezuela ya se dieron cuenta que eso no fue una buena idea. Siento que en América Latina hay izquierdas e izquierdas. Estados Unidos no va a ir por Nicaragua, por Venezuela, por Cuba. ¿Por dónde sí puede ir? Por Chile, Argentina, Colombia y eventualmente por Brasil. Creo que el gran reto de esos gobiernos de izquierda moderada o democrática va a ser tratar de reconstruir los sistemas de integración y de acción colectiva en la región porque llevamos mucho tiempo disparando en direcciones distintas sin lograr nada. Petro apunta a tratar de reconstruir a América Latina como bloque, pero sin vetar la participación de Estados Unidos, no va a ser Unasur, por ejemplo, sino que quiere que esté Estados Unidos sentado en la mesa.
¿Cómo será la relación de Colombia con Estados Unidos? ¿qué tan cercana será?
Él se ha preocupado por enviar un mensaje de que no planea reformar profundamente, o patear el tablero de la relación con Estados Unidos. En su discurso de victoria dijo que quiere trabajar colectivamente, quiere mayor integración latinoamericana, pero que incluya a Estados Unidos, quiere una conversación más constructiva y comparada con el gobierno anterior, lo que apunta es una conversación más horizontal, menos acostumbrada al alineamiento irrestricto de Colombia con los intereses de Washington, sino una conversación más diversa. Quiere incluir el tema medioambiental en la agenda binacional y seguramente apuntará a ese norte sin grandes reformas.