La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
Walkiria Chandler: 'Panamá pierde una oportunidad de oro en materia electoral'
- 08/11/2021 00:00
- 08/11/2021 00:00
Las mujeres que se llaman Walkiria son sensibles e intuitivas. No se conforman con llevar una existencia rutinaria. Ellas viven la vida de forma muy intensa y tienen la necesidad de experimentar siempre cosas nuevas.
Así lo supo el padre de Walkiria Chandler, que la bautizó con ese nombre, pues, desde que la vio el día de su nacimiento, dijo: “se llamará Walkiria, pues esta niña será una guerrera”.
Y el padre de Walkiria, Walter Chandler (q.e.p.d.), un diplomático de carrera, no se equivocó, pues ella se declara como una mujer apasionada que cree en cada una de las causas que adelanta.
“El amor es la fuerza que nos mueve y en la medida que le ponemos esa energía al día a día, sale la fortaleza para continuar”, sostiene Walkiria con determinación.
Afirma que su madre le cultivó la resiliencia y que ambos (madre y padre) forjaron su identidad orgullosa “de mi negritud, mis ancentros y mi esencia”.
A Walkiria siempre le gustó la política. Piensa que nació para ser una mujer política y que los años y estudios la han pulido, y las experiencias negativas la han fortalecido. Nunca ha podido callar ante situaciones de desigualdad y discriminación. Es abogada de profesión, pues siempre tuvo la idea de que la manera más adecuada de incidir en la política, es a través del conocimiento del derecho y de las normas que rigen a la sociedad, por ello se recibió como licenciada en derecho y ciencias políticas.
Como ciudadana dio el paso de la indignación a la acción, porque, según sus palabras, lo importante no es solo criticar y denunciar lo que está mal, sino vincularse, entrar y, desde adentro, cambiar el sistema.
Se pudo trabajar en la construcción de unas reformas que garantizaran igualdad de condiciones ante los próximos comicios, justo los temas que se rehusaron a debatir, e incluso el presidente a sancionar; eran los que la ciudadanía anhelaba para robustecer la democracia.
Los topes de campaña, donaciones privadas, alternancia del poder donde no procedan las reelecciones infinitas y la paridad. No se generaron condiciones para un proceso participativo ni transparente.
Tras 75 años de haber obtenido el voto universal con el derecho a elegir y ser elegidas, mujeres políticas seguimos clamando por una paridad real, sin válvulas de escape. Tal y como fue aprobada la reforma electoral, lejos de avanzar, retrocedemos. Como diputada suplente me indigna el hecho de que algunos y algunas colegas de la comisión de Gobierno no manejen el concepto de paridad, y lo rechacen alegando que no regalarán “cupos”. Las mujeres no queremos nada regalado, luchamos por la oportunidad de presentar al electorado una oferta paritaria con igual cantidad de candidatos y candidatas, lo que no obliga al momento de seleccionar que sean todas mujeres ni todos hombres, el voto se mantiene al libre juicio del elector. Siendo la mitad de la población, requerimos acceder a cargos de elección popular y lograr incidir en la política, no solo como suplentes, pues la suplencia no es paridad.
Sin duda. Se aprueban reformas electorales que distan de lo consensuado en la Comisión Nacional de Reformas; acaba de pasar el tercer debate el Presupuesto del Estado, el cual no es coherente con el llamado a austeridad que hizo el Gobierno Central; se reduce el presupuesto del Instituto Conmemorativo Gorgas, que jugó un rol primordial en el combate a la pandemia, a la vez que se beneficia a instituciones sin justificación con sustanciales aumentos.
Solo son dos ejemplos recientes, si detallo más, la entrevista se tomaría todo el diario.
En nuestro país tropical se ha dado una interpretación sui generis a estos vocablos que son parte de las matemáticas , por medio de los cuales se selecciona a los elegidos en torneos electorales, cuando debería ser una fórmula para garantizar una representación democrática que contemple también a las minorías; no obstante, se beneficia a grandes partidos políticos, que son los que obtienen de manera opaca sus curules. Hoy tenemos una Asamblea Nacional con algunos miembros que si no fuera por la “r” (de residuo), no estarían legislando en el país.
Completamente... aquí estamos viviendo un gatopardismo, es decir, hacen el simulacro de que todo cambie, para que nada cambie. Nos convocaron a una Comisión Nacional de Reformas Electorales por 16 meses, con representantes de partidos políticos, sociedad civil, y representantes de fuerzas vivas de la sociedad; y el resultado de la comisión fue ignorado, deslegitimado y se establecieron modificaciones inconsultas que responden al interés de unos cuantos.
Mis esperanzas reposan en una sociedad que va despertando poco a poco... ya se levanta, ya escucho voces inconformes que cuestionan el manejo clientelar que profesan figuran tradicionales.
Lo ocurrido con las reformas electorales, tanto en la Asamblea Nacional como en el Ejecutivo (al vetar por vetar), manda un mensaje de resistencia a un manejo transparente, participativo, y con alternancia para 2024.
Desde la comisión de Asuntos de la Mujer hemos realizado todo lo que está a nuestro alcance, según nuestras facultades legales. Lamento y condeno la inactividad de un Ministerio Público que luego de casi nueve meses de estar en conocimiento de la denuncia y de poseer copia íntegra del informe que levantamos en la subcomisión que investigó el tema, no se le ha observado la celeridad ni la seriedad que amerita algo tan deleznable como el posible abuso mental, físico y sexual de niños y adolescentes.
Solo hasta hace tres semanas logramos que comparecieran ante la comisión de Asuntos de la Mujer, la exministra de Desarrollo Social, la actual directora de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf) y una exdirectora de esa entidad, solo tres de los cinco personajes que habían sido citados para esclarecer lo acontecido en los albergues.
Del proceso únicamente puedo decir lo que ha sido público en los medios, y es que solo existen cerca de seis imputados por este caso tan grave, y estas son personas de mandos bajos. Pareciera que el Ministerio Público no identifica a responsables por omisión, ni que fuera posible que en este país se procese a tomadores de decisión, al contrario, aquellos que tienen vínculos sólidos con el gobierno, vínculo familiar o político partidista, significa que será intocable y hasta pueda que lo promuevan a un cargo público mejor remunerado que el que ocupaba durante algún manejo dudoso que derive en alguna investigación.
Despolitizar una institución tan técnica como es la Senniaf. No podemos consentir que se siga manejando como botín político. Se improvisa con figuras para potenciarlas a otros cargos, y es precisamente la falta de idoneidad en temas de protección a los niños y adolescente, lo que ha generado los abusos. Menores de edad en orfandad, con discapacidad física o mental, fueron dejados a su suerte en centros de rehabilitación por consumo de drogas para adultos, el resultado ya lo conocemos, aunque en lo personal me mantengo esperando una respuesta de qué criterios se emplearon para permitir algo tan detestable que contraviene todos los protocolos de manejo de niños y adolescentes.