Salario mínimo en tiempos de campaña política

Actualizado
  • 15/07/2023 00:00
Creado
  • 15/07/2023 00:00
La tarea de fijar las nuevas tasas de salario mínimo requiere ser un esfuerzo permanente del Estado y no un trámite obligado y/o acelerado que se da cada dos años con un tono politiquero y en ciertos casos populista
Según cifras del Inec de Abril 2022 aproximadamente un 63% de la población con empleo formal gana un salario mensual menor a 800 dólares.

Ya han empezado a sonar las campanas que anuncian que posiblemente en agosto de este año se dé la instalación de la Comisión Nacional de Salario Mínimo, organismo que tiene la responsabilidad de dar las recomendaciones al Órgano Ejecutivo de cómo se debe fijar el salario mínimo para los próximos dos años, 2024 y 2025.

Existe una percepción cultural de que el salario mínimo debe ser incrementado de forma perpetua cada dos años; esta percepción fue rota en 2021 cuando, producto de la pandemia, el Órgano Ejecutivo decide al fijar las tasas de salario mínimo mantener algunos sectores sin cambio ni incremento, salvo excepciones en industrias con evidente crecimiento, por ejemplo, la minería.

Es importante recalcar que la norma laboral no habla de incrementar, sino de “fijar”, verbo que por definición se refiere a determinar, limitar, precisar y designar de un modo cierto, en este caso el salario mínimo para cada actividad económica a nivel de Panamá.

Esta tarea de fijar las nuevas tasas de salario mínimo requiere ser un esfuerzo permanente del Estado y no un trámite obligado y/o acelerado que se da cada dos años con un tono politiquero y en ciertos casos populista.

La Comisión Nacional de Salario Mínimo por ley debe visitar los lugares de trabajo durante las horas de actividad, para los efectos de formular adecuadamente su recomendación. Adicionalmente, al momento de determinar el salario mínimo debe tener en consideración los siguientes parámetros:

1. Las diferencias regionales en el costo de vida.

2. La política económica y social general del país, en los aspectos del desarrollo nacional integral y sostenido.

3. La política de empleo y de redistribución de ingresos.

4. La naturaleza y el riesgo del trabajo.

5. Las condiciones, el tiempo y el lugar en que se realice el trabajo.

6. Cuando fuere procedente, las diferencias entre las profesiones u oficios.

Toda esta labor se debe hacer teniendo en cuenta que el objetivo constitucional de fijar un salario mínimo es que este alcance para cubrir las necesidades normales de la familia del trabajador, mejorar su nivel de vida, según las condiciones particulares de cada región y de cada actividad económica.

Existe un grado enorme de falta de transparencia en lo que respecta a los datos que se utilizan para definir el costo de vida, el costo de la canasta básica (y lo que incluye), productividad de cada sector y cómo se clasifican las actividades económicas. En diferentes periodos el gobierno de turno ha decidido unilateralmente incluir o eliminar del decreto de salario mínimo, categorías o subcategorías de actividades económicas, cambios que obedecen generalmente a un interés político y no a una política económica de Estado.

Según cifras del Inec de abril 2022, aproximadamente un 63% de la población con empleo formal gana un salario mensual menor a $800. Este grupo de personas es el que inmediatamente se vería directa o indirectamente afectado por un incremento al salario mínimo. Recordemos que el salario mínimo no aplica ni para los trabajadores informales ni para los empleados del gobierno y sus autoridades autónomas y semiautónomas.

Las campañas electorales para las próximas elecciones ya se encuentran a toda máquina orbitadas por temas medulares como el desempleo, la informalidad y la crisis del programa IVM de la Caja de Seguro Social. Los tres temas están íntimamente relacionados con el salario mínimo y las decisiones que se tomen en esta materia en los próximos seis meses pueden tener consecuencias no deseadas que debemos tener presentes.

Algunos puntos para considerar

Costo del salario: cada dólar que un empleador paga en salario acarrea en promedio un costo mensual de aproximadamente 36% adicional en cargas sociales más pasivo acumulado.

Efecto de espiral entre el salario mínimo y la inflación: al analizar y cruzar cifras de inflación con los aumentos de salario mínimo, podemos ver que el salario mínimo ha incrementado desproporcionadamente en comparación con el costo de inflación. El aumento del salario mínimo en Panamá no sirve para recuperar una pérdida de poder adquisitivo, muy por el contrario, termina siendo la consecuencia del aumento de los precios por el incremento en costo de mano de obra que no va acompañado de productividad.

Reducción de la jornada semanal. A nivel mundial hay un sinnumero de estudios donde se demuestra que ciertas actividades comerciales (en especial las actividades de servicio) se pueden ver beneficiadas con una jornada de trabajo más corta orientada a resultados. El incremento del salario mínimo dificulta la conversación y análisis para implementar un cambio de este tipo en Panamá, ya que al incrementar el costo, el sector empleador se vería más reacio a disminuir la jornada pagando un precio más alto por la mano de obra.

El país vecino de Colombia ya ha puesto en marcha una ley que busca reducir la jornada de trabajo paulatinamente de 48 a 42 horas semanales, sin afectar el ingreso mensual del trabajador, lo que se resume en una mejora a la rata por hora sin necesidad de aumentar el salario mínimo. Esta política alcanza a toda la población trabajadora y no solo a los que ganan salario mínimo.

Inversión internacional directa versus mano de obra calificada: La creación de empleo formal bien remunerado y de calidad depende de que tengamos mano de obra altamente capacitada que justifique el costo salarial. Panamá no podrá beneficiarse de vertientes económicas como el nearshoring ya que se ve plagada de una fórmula donde la mano de obra es cara y con pocas capacidades técnicas. Lo que determina un buen salario es que se creen empleos de calidad y no subir el costo de empleos base o de poco requerimiento técnico.

Emprendimiento: hoy se vanagloria al “emprendedor”, persona que decide incursionar directamente en una actividad económica y no ser un empleado. Los emprendedores pueden empezar como una microempresa, pero el nivel de éxito está en que crezca a ser una pequeña, mediana, e incluso gran empresa que genere empleo formal. Al incrementar el salario mínimo reducimos la capacidad de un emprendedor en generar empleo formal, más cuando ya está asumiendo un riesgo financiero enorme asociado con “emprender” en una actividad a título personal.

Caja de Seguro Social: El incremento del salario mínimo pareciera que mejoraría los ingresos por recaudación de la CSS, pero si producto del incremento del salario mínimo se disminuye la creación de empleo formal e incrementa la informalidad, entonces lo que se está haciendo es darle otra estocada mortal a un sistema ya ineficiente en su estructura interna.

No es un aumento general: El aumento de salario mínimo solo aplica a los trabajadores que estén en ese escalafón específico de salario, sin embargo, al subir el salario mínimo se forma un efecto de acordeón ascendente donde las diferencias entre escalafones de salarios se ven disminuidas. Esto tiene un efecto psicológico negativo en los trabajadores que sienten que sus aumentos por antigüedad o por ascenso se ven mermados al incrementar el salario mínimo del trabajador que está en un escalafón menor. La expectativa de trabajadores y sindicatos es que esta diferencia se mantenga, lo que es imposible ya que la mayoría de las empresas (pymes) no están en la capacidad de hacer aumentos generales a toda su estructura salarial, y tampoco se justifica si consideramos la productividad.

La famosa paz social. El costo político asumido por esta administración en 2021 al no incrementar el salario mínimo en la proporción que deseaban los sindicatos es ficticio y no afecta en nada la denominada paz social, ya que la mayoría de los sindicatos organizados de este país cuentan con una convención colectiva donde se pactan aumentos generales anuales, lo que hace que el trabajador sindicalizado esté ganando por encima del salario mínimo. La única forma que quede por debajo del salario mínimo es que el aumento que decrete el Estado sea superior a los negociados en un convenio colectivo, lo que no es común ni usual.

A falta de una política económica y de empleo clara y transparente, toca a la clase empresarial empezar a hacer reservas y aproximaciones de cuánto podría ser el aumento del salario mínimo para los periodos 2024 y 2025, teniendo muy presente que la decisión será tomada por un gobierno que busca reelegirse.

La “mesa de diálogo” de 2022 producto de la crisis nacional es un claro ejemplo de la poca capacidad de negociación y mediación que tiene el Estado para solventar este tipo de temas nacionales. Pensar que el sector trabajador y empresarial se podrán de acuerdo es ilusorio cuando los representantes de ambos sectores son las mismas personas que no han logrado acuerdos en temas de mucha más relevancia, como la crisis del programa de IVM de la Caja de Seguro Social.

Como es mala costumbre de esta administración, es mi pronóstico que tocará esperar hasta el 31 de diciembre de 2023 (al último momento) para saber cuál será el aumento del salario mínimo, y las empresas que les toque aplicarlo deberán correr a ajustar sus planillas con solo 15 días para la implementación.

El aumento del salario mínimo no es una panacea ni solución integral a la desigualdad en la calidad de vida que sufre el panameño asalariado. La desigualdad se combate con una política económica de educación y de empleo integral que llegue a todos los sectores productivos de la población y no solo a los de menor ingreso en el sistema formal.

Consultor laboral
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