Pensamiento de la juventud patriótica

Actualizado
  • 12/08/2023 00:00
Creado
  • 12/08/2023 00:00
Todos somos unidades de una humanidad que tiende a una estrecha vinculación. Todas las constituciones nuevas excluyen las discriminaciones raciales. Sólo una Alemania Hitlerista se atrevió a promulgar ante las sociedades humanas ese fetichismo de las razas superiores. Se trata, pues, de calcar los errores y lacras de la “civilización” o de sublimizar las igualdades y los derechos de los hombres
Pensamiento de la juventud patriótica

En 1945, cuando Carlos Iván Zúñiga Guardia tenía solo 19 años y era graduando del Instituto Nacional de Panamá, escribió estos extraordinarios artículos que demuestran el interés en los temas nacionales y la capacidad intelectual de la juventud estudiosa de una generación que dejó huella en la consolidación de la nacionalidad. Estos artículos salieron publicados en la Revista Esfinge del Instituto Nacional, de la cual uno de sus directores era el estudiante Carlos Iván Zúñiga Guardia.

La Esfinge ante algunos problemas

Problema Antillano: Con el título de “El problema antillano” hemos leído diferentes opiniones sobre las trabas necesarias para darles o negarles la carta de nacionalidad a algunos hijos de Jamaica, de color de ébano, de religión distinta, de lengua inglesa y de costumbres exóticas.

Los estados modernos tienden, con justa y laudable razón, a apartar de los cánones constitucionales todo vestigio, todo retazo de discriminación racial. Esas exclusiones de las cartas fundamentales no son producto de presuntas demagogias. Son el resultado final de una serie de largas y cruentas luchas sociales. Son conquistas gloriosas de los hombres. De aquí que pensar en posibles inclusiones discriminatorias en nuestra nueva constitución, sería desconocer, lamentablemente, la historia misma de la humanidad, las luchas democráticas de este siglo del “hombre de la calle”.

Pensamiento de la juventud patriótica

Deben nuestros actuales legisladores plasmar la realidad social de Panamá. No mirar en los solicitantes la pigmentación. Exigir, sí, afecto por nuestra tierra e integridad personal. Adaptar a los nuevos ciudadanos a su nuevo ambiente es ya una labor ardua y encomiable del Gobierno de turno.

Todos somos unidades de una humanidad que tiende a una estrecha vinculación. Todas las constituciones nuevas excluyen las discriminaciones raciales. Solo una Alemania Hitlerista se atrevió a promulgar ante las sociedades humanas ese fetichismo de las razas superiores. Se trata, pues, de calcar los errores y lacras de la “civilización” o de sublimizar las igualdades y los derechos de los hombres.

Mercados para los Campesinos: Hace un año presentamos ante la segunda Convención Regional de la Joven Veraguas una proposición que trataba sobre las conveniencias de que nuestros campesinos tuvieran casas especiales para vender sus productos.

Todos sabemos que los llamados caminos de penetración aún están en proyecto. No se han hecho. Por lo tanto, los campesinos continúan con sus rústicas vías de comunicación. Con sus incambiables caballos y balsas.

Estos campesinos al llegar a los pueblos vecinos a vender sus productos son explotados, en la mayoría de los casos, por los comerciantes de las localidades. Comerciantes que a su vez explotan a sus mismos pueblos. De aquí que nosotros creímos conveniente en aquella ocasión, al igual que en la presente, que los tesoros provinciales o municipales destinen una suma de dinero para construir en los principales distritos de las provincias, pequeños mercados en donde el campesino pueda vender, libremente, todos sus productos, sin temor a la explotación y amparados por las autoridades administrativas de los distritos.

De llevarse ese proyecto a la práctica, nuestros cholos sufridos y callados verán cristalizar algunos problemas que oyeron por primera vez hace ya más de cuarenta años.

Tuberculosis: En el pasado mes de julio se anunció desde las oficinas del cementerio que el 27% de los casos de muerte correspondían a la tuberculosis.

Si en Panamá le tomaran mayor atención a las sugestiones que vienen haciendo las autoridades médicas relativas a la tuberculosis, se evitarían muchísimos casos. Por ejemplo: La Tercera Conferencia de Salubridad y Asistencia Social recomendó:

a) Exámenes radiológicos en masa de grupos sanos.

b) Ampliar la legislación social existente a fin de que abarque, además de la fase curativa, la protección económica de la familia, mediante el establecimiento del seguro obligatorio contra la tuberculosis.

c) Adoptar las medidas necesarias que tiendan al mejoramiento de la vivienda y la descongestión de los barrios pobres.

Allí está todo plenamente consultado: a) la atención médica; b) la legislación social; c) el problema de la vivienda. Sin embargo, nada se ha cumplido. Todo permanece inalterable.

Esa especie de abulia que ha caracterizado a algunos gobiernos pasados no debe, por ninguna razón, caracterizar a los futuros gobiernos. Y menos al presente que ha traído el renacer de las auroras decentes.

Se trata de la salud del pueblo panameño; ataquemos y resolvamos sus problemas.

Aviación: Hace cosa de meses leímos en uno de los diarios de la localidad un anuncio verdaderamente significativo y mortificante.

La compañía chiricana de aviación, netamente panameña, se quejaba de algunos “mandatos” de las autoridades de la Zona del Canal. Se impedía a los aviones de dicha firma comercial aterrizar en los campos de la ciudad capital y les asignaban el lejano campo de La Chorrera como punto de partida y de arribo.

Ante esos “mandatos” que influyen tan hondo en la vida interna y soberana de la patria, nosotros, los futuros ciudadanos, nos hacemos dos preguntas: ¿Por qué razón las autoridades administrativas de la Zona del Canal son las encargadas de asignar puntos de aterrizaje a los aviones de panameños? ¿Por qué no hay leyes panameñas que amparen a las firmas nacionales?

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