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- 21/09/2023 00:00
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La pandemia de covid-19 nos dejó preguntas que nos hacemos constantemente; ¿qué sucederá una vez que finalice este período? En ocasiones parecía que la cuarentena nunca tendría fin, pero esa incertidumbre nos llevó a examinar, en primer lugar, la sociedad en la que vivimos y, en segundo lugar, las diferentes situaciones que enfrenta la familia panameña. Sin una solución clara a la vista, muchas personas se sienten perdidas. La falta de preparación psicológica y social para una pandemia de esta magnitud complicó la crisis, generando efectos psicológicos negativos y enfrentándonos a una realidad socioeconómica que no podemos controlar.
En nuestra sociedad, el aspecto económico es esencial para llevar una vida con los recursos básicos necesarios. Esto me recuerda una frase de José Luis Clerc que dice: “El ego se queda sin aliento y no hay con qué llenarlo después”. Así que, como sociedad, nos preguntamos: ¿hacia dónde queremos dirigirnos? ¿Qué decisiones tomarán las personas? Lo peor que podríamos hacer es abandonar nuestras costumbres anteriores a la crisis. El aislamiento nos forzó a renacer, ya que durante mucho tiempo hemos estado programados por la sociedad para seguir una serie de pautas sobre cuándo comer, qué vestir, cómo comportarnos y cuándo formar una familia. Cuando estas pautas desaparecen de nuestras vidas, nos encontramos con un mundo completamente diferente.
Después de la pandemia, nuestros días han sido más difíciles de lo que imaginábamos. Nos estamos preparando para enfrentar sus desafíos diarios, pero nos topamos con una realidad transformada. Desde la implementación de protocolos de seguridad en las empresas, hasta aprender a lidiar con el contacto físico, debemos procesar nueva información y construir nuevas formas de interpretar la realidad que modificará nuestra conducta. Valoramos más a nuestra familia, apreciamos una cena en compañía, los fallecimientos nos hacen reflexionar, cuidamos mejor de nuestra salud física y mental, buscamos a aquellos seres queridos que se habían distanciado, y rompemos barreras entre estratos sociales. ¿Te ha sucedido o lo has visto en tu entorno?
El ser humano siempre ha demostrado la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias, ya sea en tiempos de crisis, pandemias, guerras o dictaduras. Nunca se ha visto que una batalla perdure indefinidamente, y es crucial que, como sociedad, estemos mentalmente preparados para los desafíos que vendrán en una nueva vida pospandemia.
No debemos olvidar la importancia de la preparación para la jubilación y la muerte después de la pandemia. La prevención es clave, y debemos anticiparnos para evitar riesgos y buscar la excelencia en nuestras vidas. No se trata solo de luchar contra la pandemia, sino de ganar la batalla con nuestros propios pensamientos y formas de vivir el día a día. Debemos ver la pandemia como una crisis evolutiva que cierra una etapa y da inicio a otra en nuestras vidas. No debemos considerar esta situación como una crisis accidental, sino como una oportunidad para reflexionar sobre lo que hemos perdido y aprender de esas experiencias para reinventarnos como seres humanos.
Incluso para la crisis del aislamiento y la nueva etapa que nos aguarda, debemos estar preparados. La adaptabilidad y la capacidad de aprender de nuestras experiencias nos permitirán enfrentar el futuro con confianza y resiliencia.