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Los números rojos de la niñez y la adolescencia
- 29/11/2022 00:00
- 29/11/2022 00:00
Los niños, niñas y adolescentes panameños afrontan retos asociados a la pobreza, la violencia, la discriminación, la educación, la salud, que se han agravado con la emergencia sanitaria de la pandemia de la covid-19.
Este grupo de la población panameña que suma 1.3 millones de personas y que ansían convertirse en maestros, médicos, músicos o pilotos, por ejemplo, encuentran grandes retos para lograrlo.
Cada año, nacen 70 mil niños y niñas en el país. Pero, debido a que muchas madres no contaron con el adecuado control prenatal, 13 de cada 1.000 de ellos no llegaron a celebrar su primer cumpleaños. Un tercio de estos niños crece en condiciones de pobreza multidimensional, viviendo en barrios marginales y en áreas inaccesibles.
La desigualdad es más notable en las comarcas Guna Yala, Ngäbe Buglé y Emberá, donde la mayoría de los niños entre 0 y 17 años están privados de cinco, seis y hasta siete de 10 aspectos claves de la vida de un niño para crecer y desarrollarse adecuadamente.
Esto se convierte en un problema mayor hoy, luego de la pandemia y con los crecientes desafíos de la economía mundial, con una crisis climática visible, que amenaza la seguridad e ingresos de la familia y que convierte el periodo de la infancia en una etapa aún más vulnerable, alertó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Antes de cumplir los cinco años, un 16% de los niños que sobreviven al primer año de vida, presentan baja talla debido a la desnutrición, lo que afecta su desarrollo físico, cerebral y les resta oportunidades.
La educación representa uno de los más grandes desafíos para alcanzar sus sueños. Las cifras de Unicef establecen que 127 mil están fuera de la escuela y 190 mil están en riesgo de abandonar el sistema.
El abandono escolar se experimenta con mayor fuerza a partir de la premedia. De cada 10 estudiantes que inician el primer año de premedia, uno queda fuera de la escuela, otro repite el año, otro pasa a octavo, pero no lo aprueba. En esta etapa aumenta la repetición y aparece el abandono escolar.
Las situaciones que impulsan el abandono escolar están relacionadas con los costos asociados a la educación.
Asociado al abandono también está el tema sociocultural. Hay padres y madres que están convencidos de que el niño debe trabajar, no estudiar a cierta edad. El proceso de enseñanza que no genera aprendizaje también se convierte en otro factor para el abandono escolar.
El tema de la educación es preocupante. Antes de la pandemia, el 70% de los estudiantes de 15 años no alcanzaba las competencias mínimas de lectura y matemáticas. Unicef estima que la cifra puede haber aumentado en un 90%.
Otro de los factores que amenaza la niñez es la disciplina violenta en los hogares, en donde deberían sentirse más seguros.
Las denuncias de maltrato están incrementándose.
Las estadísticas del Ministerio Público reportan un incremento de 342 denuncias más de maltrato de niño, niña y adolescentes, en el periodo comprendido entre enero y octubre de 2022.
A medida que atraviesan el periodo crítico de la adolescencia, en el que se producen importantes cambios físicos y mentales, si no reciben los cuidados y apoyo pueden experimentar otros problemas: embarazos o abusos de grupos. Del total de mujeres gestantes, el 26% son adolescentes. Los últimos reportes del Ministerio de Salud, sobre adolescentes embarazadas, datan del año 2020. Las mismas hacen referencia a 36,053 embarazos adolescentes.
En el marco de la celebración del Día Mundial de la Infancia, el 20 de noviembre de 2022, el presidente Laurentino Cortizo firmó dos decretos: uno que adopta la nueva ruta de atención integral a la primera infancia y el que reglamenta la Ley 285 de 2022, que crea el sistema de garantías y protección integral de los derechos de la niñez y la adolescencia. Los documentos buscan fortalecer la aplicación de las políticas de infancia y adolescencia en el país.
Panamá ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño mediante la ley 15 de 1990. De esta manera, el Estado panameño asumió la responsabilidad ineludible de cumplir con los compromisos como país y como sociedad en materia de protección y atención de la niñez y la adolescencia.
“La mejor inversión que Panamá puede hacer es en sus niños, niñas y adolescentes, especialmente los más vulnerables...”, dijo Sandie Blanchet, representante de Unicef.
La organización internacional también ha hecho particular énfasis en el alarmante aumento de niños y adolescentes migrantes que atraviesan en Tapón de Darién.
De enero a octubre 32,488 niños, niñas y adolescentes transitaron la selva darienita rumbo a Estados Unidos, un 10% más que en el mismo periodo de 2021.