Lo que está en juego en 2024

Actualizado
  • 01/01/2024 00:56
Creado
  • 31/12/2023 18:35
Diversas voces analizan los desafíos y oportunidades que trae este año en materia política, económica, social y ambiental

El año 2024 se proyecta como uno de grandes cambios y desafíos en materia política, social y económica. El nuevo periodo electoral se desarrolla en medio de un clima de profunda fragmentación política y elevada deuda estatal, en donde los panameños deberán acudir a las urnas el 5 de mayo para determinar el rumbo de la nación.

En ese contexto, el economista y profesor universitario Felipe Argote destacó que el país seguirá transitando por una “crisis de demanda” a lo largo de 2024, motivada por los altos niveles de informalidad laboral (47,4% para agosto de 2023) y desempleo (7,7% para agosto de 2023).

“Las personas no tienen suficiente poder adquisitivo, lo que impactará directamente en la actividad económica”, dijo el economista en entrevista con La Estrella de Panamá.

El docente aclara que aunque no debe ser el Estado quien se encargue de generar empleo, sí tiene la responsabilidad de establecer mejores políticas para garantizar una mejor redistribución de la riqueza.

Según el catedrático, esta meta se consigue aumentando el salario mínimo a la población, a una cifra cercana a los $1.500. Aunque de momento el tema del salario mínimo se mantiene en análisis por una comisión instalada por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel), y los empresarios y trabajadores organizados no se han puesto de acuerdo.

“Tú tienes que generar demanda. Los países desarrollados con economías modernas aumentan la demanda, poniéndole plata en el bolsillo a la gente, sobre todo a la clase media, que es la que carga con la economía”, destacó Argote, algo que será un desafío para el próximo gobierno que transitará con una economía altamente endeudada ($47.406 millones, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas).

A esto hay que sumarle el incremento del 11% en el presupuesto que el Estado busca manejar para 2024, el cual, aunque se recortó, sigue siendo de $30.690,4 millones. “Ese presupuesto está diseñado para priorizar los subsidios, las bolsas de comida y los ‘empleos inventados’, en lugar de usar ese dinero para hacer inversiones positivas que produzcan empleo”, indicó el profesor universitario.

En ese sentido, Argote aboga porque la persona que ocupe la silla presidencial, tras las elecciones, establezca una estrategia país para generar mayor empleo e inversión.

El economista pide la fabricación de una estrategia que permita aprovechar las oportunidades que trae consigo la eventual salida de Minera Panamá del territorio nacional. “Hay muchas personas en el mundo que ven con buenos ojos el movimiento ciudadano que se produjo en noviembre. Esa buena imagen debe ser aprovechada para salir a los mercados y atraer nuevas inversiones, con una óptica que preserve el ambiente”, resaltó.

De concretarse esa planificación, el especialista aseguró que los ciudadanos pueden estar “muy optimistas” ante el desempeño económico que tendrá la nación en 2024.

“Somos un país en el que a pesar de todos los obstáculos que atravesamos en 2023, crecimos cerca del 4%”, recalcó el catedrático, quien cree que si se toman las decisiones adecuadas, 2024 puede ser un “gran año”, en materia económica.

El 5 de mayoA juicio del catedrático en ciencias políticas de la Universidad de Panamá, Rubén Rodríguez Patiño, algo que debe preocupar a la población nacional es el tema político, dado que aunque las elecciones transcurran con normalidad y transparencia, será “verdaderamente complicado” que los ganadores puedan tener gobernabilidad.

“Es una coyuntura inédita para el país. Antes las elecciones se podían ver con esperanza, porque le daban legitimidad a los candidatos y los órganos del Estado. Ahora, nuestra situación económica, política y social nos lleva a pensar que la gobernabilidad va a ser altamente conflictiva”, analizó el especialista en una entrevista con La Estrella de Panamá.

Rodríguez prevé que la Asamblea Nacional, acostumbrada a tener grandes bloques partidistas, va a pasar a ser un órgano profundamente atomizado, porque las alianzas que se perfilan terminan por dividir el voto de los electores, y considera que no hay figuras que cuenten con un amplio respaldo popular.

“Eso va a generar una parálisis en las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, en medio de una sociedad altamente crítica con los actores políticos, que va a reaccionar si considera que no se satisfacen sus demandas”, ponderó.

Según el profesor, el problema radica en que aunque se dé el improbable caso de que un partido o alianza política obtenga un gran respaldo electoral, no hay garantías de que las personas que conforman esa alianza permanezcan unidas entre sí. Este escenario ya está presente en el actual gobierno del Partido Revolucionario Democrático (PRD), en donde aunque el presidente Laurentino Cortizo tiene mayoría en la Asamblea Nacional, se han dado algunas “incomunicaciones y fricciones” a lo interno del colectivo que han entorpecido su capacidad de impulsar algunas políticas.“Este año va a ser extremadamente explosivo porque tenemos un sistema político vulnerable, que puede desembocar en nuevas crisis sociales”, dijo Rodríguez, a quien le preocupa que el nuevo presidente sea elegido con cerca del 30% de los votos o menos. Un presidente con poca legitimidad popular, que lo va a dejar muy vulnerable ante posibles chantajes que provengan del Legislativo.

El sociólogo Enoch Adames explicó a este medio que el problema es que la oferta electoral que competirá en las próximas elecciones, no ha sido capaz de “identificar las causas estructurales de las grandes desigualdades cuyas necesidades exigen soluciones de fondo”.“El liderazgo político en Panamá es plano, chato, en circunstancias en que en otros países existen distintos tipos de liderazgos. El perfil raso que tiene el liderazgo local se explica por la presencia de partidos políticos burocratizados, de argollas políticas internas, sin plataformas programáticas”, ponderó Adames.Esa falta de planificación “obliga [a los partidos] a fabricar mediáticamente liderazgos. A convertir políticos mediocres en falsos competentes presidenciables”, añadió.

Por si fuera poco, esta realidad tendrá lugar en un entramado institucional “débil”, el cual, según el docente Rodríguez, quedó rezagado. “No tenemos reglas constitucionales que nos garanticen una solución a la crisis política que se avecina y eso vuelve a destacar la necesidad de un cambio constitucional”, explicó el catedrático.El magistrado del Tribunal Electoral Eduardo Valdés Escoffery reconoció que una segunda vuelta electoral sería útil para aumentar el respaldo del mandatario presidencial. “Conviene la segunda vuelta presidencial para darle más legitimidad al presidente de la República”, aseguró en entrevista con este medio.“Los elegidos deben rendir cuentas a los electores y eso solo ocurre en Panamá cada cinco años”, indicó Rodríguez, quien cree que se deberían implementar las elecciones de medio término, para generar una mejor dinámica social.“El que gane las elecciones del 5 de mayo va a estar caminando en una cuerda floja, desde el primer día de mandato, y eso será peligroso”, puntualizó el analista político.

Se trata de una “cuerda floja” que pondrá a prueba la capacidad del próximo gobernante para aplacar el creciente descontento social y darle respuesta a las demandas profundas que tiene la ciudadanía. “De no encararlas de manera seria y responsable, la próxima crisis será más intensa. El debate del modelo de crecimiento y desarrollo inclusivo, más la institucionalidad política, están en la agenda nacional”, acotó Adames.

El lado optimistaRodríguez ve en las nuevas generaciones y movimientos políticos una alternativa real al clima de fragmentación política que, a su criterio, se avecina.“La juventud panameña será fundamental en el devenir político de las elecciones del próximo año, como ya lo fue durante las protestas contra el contrato minero. Ese fue el punto de partida y creo que lo seguirá siendo”, pronosticó.

El profesor manifestó sentirse “esperanzado” con el trabajo que movimientos como Sal de las Redes o la Coalición Vamos están haciendo en materia social y espera que este accionar se traslade al escenario político. “Si el voto de la juventud se encauza en apoyar a esos candidatos, en todos los cargos de elección popular, puede haber esperanza”, resaltó.

El fenómeno de El Niño se va a extender hasta junio de 2024, aproximadamente, aseguró Vianca Benítez, especialista de la Dirección de Climatología, del Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (Imhpa), en conversación con La Estrella de Panamá.

Se trata de un fenómeno que, en promedio, produce una disminución de las lluvias en las regiones ubicadas en la vertiente del Pacífico y aumento en la vertiente del Caribe, con algunas variaciones locales asociadas a la orografía de cada lugar y a la intensidad del evento.

Desde el Impha aseguran que hay una probabilidad del 62% de que este permanezca, entre abril y junio de 2024. “Esto no significa que no vaya a haber lluvias puntuales, porque podemos atravesar algunos frentes fríos que ocasionen lluvias”, aclaró Benítez.

A esto hay que sumarle que, en Panamá, el mes de diciembre es cuando empieza la transición de la temporada lluviosa a la época seca, aunque en 2023 se vio obstaculizada por la presencia del fenómeno.

En mayo de 2023, el Ejecutivo declaró el estado de emergencia ambiental en todo el territorio nacional, debido a las consecuencias de la sequía prolongada que continúa impactando el país. Una sequía que seguirá muy presente durante la primera mitad de 2024, por el descenso en los valores de lluvia esperados.

“Los valores de lluvia esperados para el próximo año están debajo de los niveles habituales en Panamá, Coclé, Bocas del Toro, Colón, Darién, Herrera, Los Santos, norte y sur de Veraguas, Panamá Oeste y Guna Yala”, indicó Benítez. Los lugares en donde estos valores permanecen en un buen rango son: Chiriquí, comarca Ngäbe Buglé y el centro de Veraguas.

La temperatura

“En los meses de transición aumenta la temperatura, preservando los niveles de humedad, lo que hará que se perciba más calor”, detalló.

Desde el Imhpa pronostican que hasta marzo de 2024 se prevén nubosidades dispersas y altos niveles de brillo solar, lo que hará que la temperatura relativa se incremente en aproximadamente, 1°C con base en la zona. Esto se verá sobre todo en el Pacífico panameño (Herrera, Los Santos, Chiriquí y el sur de Veraguas).

Benítez añadió que la región de Azuero tiene pronosticado entre 35° y 38° C. En la zona de Tierras Altas (Chiriquí), entre 27° y 29° C. En Veraguas, Coclé y Panamá Oeste, entre 34° y 36° C. Para el área de Bocas del Toro, Colón y las comarcas Guna Yala y Ngäbe Buglé, entre 32° y 34°.

Estos factores hacen que la especialista no descarte que los niveles de sensación térmica en algunas zonas del país asciendan a 40° C.

Acciones clave

El pasado 21 de diciembre, el presidente de la República, Laurentino Cortizo, anunció medidas para hacer frente a las implicaciones de la sequía, dado su impacto en el sector agropecuario.

Es por eso que el plan de emergencia aprobado por el Ejecutivo, que cuenta con más del 90% de ejecución, busca incrementar la apertura de abrevaderos y pozos, además de la entrega de insumos y la siembra de pasto mejorado.

Por su parte, la Autoridad del Canal de Panamá ya comenzó a fortalecer la coordinación para optimizar el uso de agua del lago Alajuela que abastece del líquido a la población y a la vía interoceánica.

Según la administración de la ruta interoceánica, 2023 fue el segundo año más seco de su historia, lo que los llevó a tener que limitar la cantidad de barcos que pueden atravesar por el canal.

La buena noticia es que aunque la entidad tenía previsto limitar los cupos diarios a 18, para el mes de febrero ya anunció que elevará la cantidad a 24, con base en los análisis meteorológicos que hizo.

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