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José Renán Esquivel, el maestro de la medicina social
- 11/04/2020 00:00
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José Renán Esquivel Oses (1925-2010). Médico pediatra panameño que revolucionó la medicina social en Panamá durante la época del general Omar Torrijos, bajo el lema: 'Salud igual para todos'. Nació en David, Chiriquí, el 21 de noviembre de 1925, como hijo de Ricardo Esquivel y Adriana Oses de Esquivel.
Hizo su escuela secundaria en el Instituto Nacional de Panamá. Gracias a una beca, terminó sus estudios de medicina en la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Cumplido el período de internado, optó por la especialización en Pediatría. Terminó estos estudios en el Hospital Infantil de México. Regresó a Panamá y se incorporó al cuerpo médico del Hospital del Niño, que a la sazón estaba en proceso de estabilización y fortalecimiento.
Era la década de 1950. Durante este período, en el año 1954, Esquivel fundó la Sociedad Panameña de Pediatría junto con siete colegas pediatras. En 1958, mediante la Ley 17 del 23 de agosto, que fue sancionada por el presidente Ernesto De la Guardia Jr., se estableció el Hospital del Niño como una entidad autónoma regentada por un patronato que contaba con cinco miembros principales en representación del Ministerio de Salud, el Club de Leones, el Club Rotario y la Sociedad Protectora del Hospital del Niño y sus suplentes.
José Renán Esquivel fue nombrado director del Hospital del Niño en 1963. Era el segundo de cuatro directores que ha tenido este hospital desde su fundación hasta 2012. En 1969 fue nombrado ministro de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública cuando el gobierno ejercido por los militares observó el buen trabajo social realizado por Esquivel en el barrio de San Miguelito.
Es notable que para aceptar el cargo puso como condición que el ministerio se dividiera en dos: Salud y Trabajo. Esquivel aceptó entonces el cargo de ministro de Salud con libertad de acción en todo el país. Además, pidió un presupuesto que sirviera para cumplir con las demandas de la gente.
Desde esta entidad estatal, el doctor Esquivel inició un proceso innovador en la salud bajo el lema 'Salud igual para todos' en el año 2000. Llevó a cabo una gestión identificada con la población para que fuera ella la que, de forma organizada, participase en el mejoramiento de su salud. Para ello, creó los comités de salud y en ese periodo se colocó la atención primaria en el lugar fundamental: la familia; una estrategia que fue acuerpada, apreciada y repetida a lo largo y ancho de América Latina y llevó a Panamá a mejorar los índices sanitarios.
El país ocupó durante ese período los primeros lugares en salud de este continente. Proliferaron los centros y subcentros de salud, la dotación de agua potable mediante la construcción de acueductos rurales aumentó, la intensificación del saneamiento ambiental fue notable, la creación de huertos comunitarios, la promoción de la lactancia materna, el impulso del programa materno infantil y de salud de adultos, la promoción de una buena nutrición, el programa de vacunación, la atención del embarazo y parto. Entre otras, estas fueron la clave de su actuar.
La forma de trabajar de los centros de sanitarios cambió, y el personal ya no esperaba a los pacientes en su recinto, sino que salía a buscarlos de casa en casa, apoyándose en los comités de salud y sus líderes comunitarios para llevar sanidad a la población.
Por otro lado, creó la figura de la enfermera asistente técnica pediátrica. El hospital las formaba, las capacitaba y las enviaba en vehículos de la institución a ver a los pacientes en sus comunidades.
Creador, desde el ministerio, de la sectorización (los niños se hospitalizaban según su área de procedencia, y el pediatra que los veía en el centro los seguía viendo en el hospital), hizo un cambio de enorme repercusión y abrió las puertas del hospital a los padres y madres para que participaran en el manejo de la enfermedad de sus hijos. Eso, que en un momento provocó rechazo, sobre todo de los profesionales de la medicina, es fundamental en el manejo del niño hospitalizado, según comenta el doctor Alberto Bissot, quien fuera posteriormente director del hospital. Esta acción fue luego repetida en otros nosocomios de América Latina.
En 1973 dejó el Ministerio de Salud y regresó a la dirección del Hospital de Niño, desde donde impulsó el manejo de los infantes, con un enfoque comunitario, basándose en la frase siguiente: 'Las enfermedades no están en los hospitales... están en la comunidad'.
En 1981 fue nombrado director general de la Caja de Seguro Social, y en su corta gestión generó una serie de medidas que dejaron una marca permanente en dicha entidad; entre ellas, hizo público e informó sobre un escándalo financiero registrado con los proyectos de viviendas de la institución, en 1982.
Regresó a su cargo en el hospital (posición que ejerció por 27 años con interrupciones) hasta el año 1989, cuando se le nombró nuevamente ministro de Salud.
En el año 1990 se acogió a su jubilación y regresó al campo, en Bajo Mono, Boquete, para disfrutar de lo que siempre había sido su gran pasión: el cultivo de la tierra y cuidado de los animales.
Esquivel hizo que el presupuesto hospitalario (médicos, paramédicos, equipo y recursos) se proyectara en las comunidades de la ciudad de Panamá y del resto del país, según reconocen los sociólogos. Además, abrió las puertas del hospital para que entrara la comunidad a ayudar en la recuperación de los enfermos. Esta era su metodología.
Su planteamiento central consistía en que el médico y el equipo debían hacer énfasis en la producción de salud en las comunidades y prevenir la enfermedad. El concepto de producción de salud era revolucionario, porque reconocía que el bienestar de la población es el resultado del trabajo y cuidado de la misma gente que necesita ser saludable.
En el campo, continúan los sociólogos, el equipo de la salud tenía que trabajar con el agricultor produciendo más, y asegurando que las nuevas generaciones asistieran a la escuela. Si el agricultor no tenía tierra (o muy poca) era candidato a la enfermedad. Si el niño no iba a la escuela, sus probabilidades de ser una persona saludable eran ínfimas. En la ciudad, la familia y su comunidad eran los únicos que podían asegurar la salud para la población.
Esquivel promovió el concepto de comité de salud para darle vida a la comunidad que luchaba para producir un bienestar común y fue a trabajar con la gente en las comunidades de todo país a la cabeza de su equipo. Enseñaba a sembrar jardines, a cuidar vacas, a construir puentes, a leer y escribir, y a pelear por sus derechos. Hubo quienes no lo entendieron y lo acusaron de abandonar sus labores porque no estaba encerrado en un cubículo hospitalario. No entendían, concluyen los sociólogos, que un pueblo que no es dueño de su naturaleza, de su tierra, de sus ríos, jamás gozará de sanidad.
Esquivel fue profesor de medicina preventiva en la Universidad de Panamá, Facultad de Medicina. Seguramente allí florecieron sus ideas sobre el cambio que debe lograrse en este campo, mediante la comprobación de que, en la práctica, la salud individual y pública nos compete a todos, y debe practicarse como lucha organizada, permanente, aprovechando los recursos que la época pone a la disposición del hombre.
José Renán Esquivel estuvo casado con Vilma García de Esquivel, con quien formó un numeroso núcleo familiar. Es autor de múltiples publicaciones, y fue conferencista en un sinnúmero de eventos académicos internacionales.
Recibió en 1968 la medalla Federico Gómez en el Hospital Infantil de México, en reconocimiento a su brillante carrera en beneficio de la niñez.
En 1979 fue condecorado por el Gobierno Nacional con la Orden Vasco Núñez de Balboa.
En 1996, la Organización Panamericana de la Salud le otorgó el premio Abraham Horwitz. En el año 2000, el Hospital del Niño le rindió un homenaje especial. Y en el año 2003, la Sociedad Panameña de Pediatría lo distinguió al darle el nombre de José Renán Esquivel al XIII Congreso Latinoamericano de Pediatría celebrado por primera vez en Panamá, en noviembre de ese año.
Finalmente, en enero de 2009, el Ministerio de Salud creó la Medalla José Renán Esquivel, una distinción que se le otorga a personas destacadas en este ámbito. El doctor Esquivel fue el primero en ser galardonado con este reconocimiento.
Hombre sabio, enamorado de la humanidad, maestro intachable, supo inculcar en quienes trabajaran en un hospital para mejorar la salud de los niños (profesionales, trabajadores manuales, equipo de mantenimiento, trabajadores domésticos del campo de la salud), la importancia de desarrollar una forma de ser que se dirija y reconozca la humanidad en el niño y su familia.
Los pediatras formados bajo su influencia quedaron marcados para siempre. La idea de que hay que escuchar a la madre, porque ella dará el diagnóstico de lo que tiene el niño, se quedó grabada en la memoria de todos ellos, reconocen sus colegas. Habría que añadir que los oídos de las madres que fueron atendidas por él, junto a sus hijos, guardan la voz tranquilizadora que les recuerda que la salud de su familia está en sus manos, y que deben observar y escuchar sin angustias ni espavientos el ritmo vital de sus hijos para acompañarlos a vivir y disfrutar de su compañía. Este ha sido mi caso.
El Dr. Esquivel falleció el 2 de noviembre de 2010, a pocos días de cumplir sus 85 años.
Texto de Margarita Vásquez Quirós, para la enciclopedia digital EnCaribe, en 2014, con el apoyo del Lic. Jorge Enrique Salazar.