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- 20/02/2011 01:00
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PENONOMÉ. Desde hace una semana, las frescas y cristalinas aguas del río Zaratí, que se deslizaban con un caudal de bajo relieve, vuelven a serenarse sobre un extenso espejo de agua al nivel de la plataforma de concreto que nacionalmente e incluso internacionalmente se conoce como el famoso balneario Las Mendozas, epicentro cada sábado de los inigualables ‘Carnavales Acuáticos de Penonomé’.
Lo que antaño fue —según la historia oral— el punto de llegada de balsas de indígenas para el trueque, repletas de productos del norte o de vía de traslado de familias campesinas; con el transcurrir del tiempo se fue convirtiendo en el lugar favorito para los residentes de la villa zaratina en lavandería al aire libre, largos chapuzones, buceos y pesca de especies nativas y de no pocos románticos y escondidos amoríos.
Ya han pasado muchas décadas y quizás no exista un nacional en todo el país que no haya visitado o escuchado nombrar Las Mendozas de Penonomé y relacionarlo con el desfile acuático de balsas adornadas y sobre ellas hermosas princesas ataviadas de trajes de colores y plumas, además del jolgorio musical y bullicioso de miles de visitantes que colman el extenso perímetro ribereño de ambos lados de este sinuoso río.
Sin embargo, su apacible calma esconde el peligro de su profundidad o el embrujo de su atractivo que lo ha convertido en el escenario fluvial que alcanza un significativo número de fallecidos en sus aguas, por excesivo consumo embriagante o descuido.
Las víctimas se cuentan de todas partes, edades y género.
Los penonomeños siempre advierten a los foráneos de tener cuidado, pero muchos se olvidan de ello y en estos carnavales 2011 ya no estarán.
Sin embargo, la nefasta leyenda no es impedimento para seguir siendo el remanso atrayente en cada ‘verano’.
Desde hace un año, se inició el entendimiento legal por la propiedad de este globo de terreno que se pensaba eran municipal, pero la existencia de planos titulados de la familia Candelaria - Chérigo develaron derechos que respetar, a favor de la descendencia familiar reclamante.
No obstante, la vía negociada ha ido por buen camino entre ambas partes, incluyendo las históricas gestiones festivas de las Juntas de Carnaval para seguir disfrutando de su cristalina corriente.
La festividad del carnaval en el centro geográfico de Panamá se reviste de un entusiasmo contagiante en la medida que se acercan los días de la ‘ponchera’, como llaman las nuevas generaciones a este lapso de cuatro días.
Con antelación, muchos de los que llegan a los carnavales acuáticos, ya sea por nexos familiares o a través de amistades, apartan residencias completas a precios que van desde 250, 400 y 600 dólares, que representan un ingreso envidiable para la ocasión.
Otra característica son los puestos de ventas de bebidas, refrescos y comidas que corresponde vender a la Junta de Carnaval.
Para esta fecha, los vendedores tramitan los requisitos sanitarios o impuestos correspondientes.
VUELVEN LOS CISTERNAS
Por otra parte, las reuniones de los organismos de seguridad pública están adelantadas, toda vez que el flujo de personas asistentes que se espera es mayor de lo acostumbrado.
Para las mojaderas, la Junta del Carnaval Acuático dispuso el retorno de los carros cisterna que fueron reemplazados años atrás por tuberías por bombeo desde Las Mendozas, pero cuya efectividad no llenó las expectativas de la multitud deseosa de ‘agua, agua, agua’.
Según informó Edgardo Sánchez, vicepresidente del comité organizador, habrá unos 16 carros cisterna ubicados en la avenida Juan Demóstenes Arosemena hasta El Manguito.
Ya a todas las comparsas se les adelantó una partida de dinero para invertir en los carros alegóricos y vestuarios, entre otros atuendos.
Este sábado, los grupos iniciaron la izada de la bandera en sus respectivas sedes en Las Lomas, Los Centauros y en la barriada 8 de Diciembre Los Acuarios.
Allí, sonaron sus ritmos inéditos de sambas y murgas, pero también se escuchó hasta altas horas de la madrugada el inconfundible retumbar del tamborito coclesano.
Esta semana el turno de la herencia festiva acuática le corresponderá a los niños, en lo que ya también es motivo de orgullo penonomeño, el Carnaval Infantil, donde habrá desfile, mojaderas, reina y princesas.
El año pasado la responsable de engalanar la fiesta fue la niña María del Pilar Pérez, que encabezó un nutrido desfile de niños y niñas, la reina del único Carnaval Infantil de la República de Panamá, inició en la noche del sábado el programa previo con que la Junta del Carnaval de Penonomé hace entrada esta semana del ‘menú’ de fondo para la celebración de los renombrados Carnavales Acuáticos.