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Equidad de género: Panamá avanza en el cierre de las brechas, pero aún queda camino por recorrer
- 10/01/2022 00:00
- 10/01/2022 00:00
Según el documento '¿Cómo aprovechar el potencial de las mujeres para acelerar el desarrollo?', publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (Análisis para Centroamérica, Haití, México, Panamá y República Dominicana) todavía persisten brechas en la equidad de género considerables que impiden que las mujeres alcancen su potencial de contribución al crecimiento económico, de manera similar al que realizan los hombres. Sin embargo, hay avances.
En Panamá, a junio 2021 la mujer participa menos en el mercado laboral (48.3%) que los hombres (72.6%); a pesar de contar con mayor nivel educativo ya que al 2019 las mujeres contaban con 12 años de escolaridad mientras que los hombres 11 años.
Las diferencias se incrementan al analizar el nivel universitario, donde el 55% de los que se gradúan, son mujeres. Sin embargo, éstas no se ubican en los sectores mejores remunerados: ciencia y tecnología, y economía digital, explicó el Centro Nacional de Competitividad (CNC).
La informalidad es otro tema por atender, de acuerdo con el CNC, al 2019 las mujeres tienen un porcentaje mayor de empleo informal que los hombres con 45.4% y 44.5% respectivamente, esto sugiere que las mujeres presentan mayor precariedad laboral, la cual se refiere a las condiciones que afectan el desempeño de los trabajadores como: la discontinuidad en el tiempo; la inexistencia de contratos; la falta de respeto al salario mínimo; los horarios muy amplios y la carencia de seguridad social, entre otros aspectos; lo que afecta la igualdad en que ambos géneros podrían contribuir al desarrollo del país.
En el Índice de Brecha de Género 2021 del Foro Económico Mundial, Panamá ocupó la posición #44 de 156 países, con un puntaje de 0.737, mejorando dos escaños al comparar la posición 2020 (#46) y se lograron 0.007 puntos más que el año anterior.
El CNC indicó que los datos mostraron avances en los puntajes de participación económica y oportunidades y en empoderamiento político. Resultados iguales presentan los logros educativos, mientras la evaluación de la salud y supervivencia decreció de un año a otro. “Esto nos indica que Panamá ha avanzado en el cierre de las brechas, pero aún queda camino por recorrer”, resaltó.
De acuerdo con el documento antes citado del BID, en 2017 la brecha salarial de género es de 13.8% en promedio. Adicionalmente, las mujeres contribuyen en gran medida al bienestar económico y social mediante la realización de trabajo no remunerado. En promedio a nivel mundial, las mujeres realizan tres veces más tareas de trabajo no remunerado que los hombres (OCDE, 2019), y en los países seleccionados este valor es de 3.5 en promedio.
Entre los principales resultados que sugieren que existen diversos factores que contribuyen a la desigualdad de género se encuentran:
Salud: en la cobertura de atención prenatal Panamá, Guatemala y Haití tienen niveles inferiores al promedio de América Latina, y en particular, Panamá muestra una tendencia a la baja en este indicador contrario a la tendencia observada en el resto de los países. En cuanto a la razón de mortalidad materna, muestra reducciones importantes con excepción de República Dominicana que registra una tendencia creciente y opuesta al resto de países.
Protección Social: la cobertura de ésta en promedio es baja, y es aún menor para las mujeres. La brecha de género en la cobertura de seguridad social es más alta en Costa Rica, México y El Salvador
Educación: en la primaria el aumento en la cobertura ha contribuido a las reducciones de las brechas de género; mientras que, en la secundaria, se observa que la cobertura se reduce. En todos los países analizados la tasa de asistencia de las mujeres en promedio es mayor que la de los hombres. Mientras que, en las pruebas estandarizadas, las mujeres registran un menor puntaje promedio en matemáticas y ciencias en comparación con los hombres, y un mayor puntaje promedio en lectura. En educación superior, en promedio, las tasas de asistencia para las mujeres son más altas que la de los hombres. No obstante, las mujeres optan en mayor proporción por carreras en leyes, negocios, salud y humanidades, y en menor medida por carreras STEM.
Participación laboral: en los países analizados la tasa de participación laboral femenina y la tasa de ocupación de las mujeres es más baja que la de los hombres. Destacando altas tasas de desempleo para la mujer, así como de empleo informal. Además, las mujeres registran un mayor porcentaje de empleo informal y los datos indican que las mujeres están en actividades de menor productividad, enfocadas en ramas y ocupaciones de comercio y servicios.
Transferencias: indica el estudio, que, como resultado de la baja participación laboral de las mujeres, así como mayores niveles de informalidad, el porcentaje de mujeres mayores a 65 años que recibe pensiones es menor que el nivel reportado por los hombres. En Honduras, El Salvador, Guatemala, y República Dominicana, el porcentaje de mujeres que recibe pensiones es inferior al 10%. De igual manera, se observan brechas de género en el acceso a servicios médicos durante la vejez.
El documento del BID concluye que para los países analizados se deben:
• Continuar con los esfuerzos para mejorar la calidad y la cobertura de los servicios de salud; aumentar la cobertura y calidad de los servicios de cuidado infantil y de educación preescolar.
• Introducir programas y acciones que promuevan la participación de las mujeres en campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como en formación técnica y vocacional; implementar un marco institucional más eficiente que reduzca los costos de las mujeres para participar en el mercado laboral.
• Establecer como parte de la estrategia de desarrollo de los países planes y acciones explícitas para la lucha contra la violencia de género.
• Promover políticas que busquen un cambio en las actitudes sociales y estereotipos de género; mejorar la recolección de datos y estadísticas en la región. Para lograr un país competitivo, todos sus habitantes deben contar con las mismas oportunidades que le permitan ser productivos y aportar a la nación.
“Para ser un país competitivo, todos sus habitantes deben contar con las mismas oportunidades que le permitan ser productivos. Se requieren implementar políticas y programas que sean equitativos en inversión para la mejora del capital humano que permitan el cierre de brechas de género y lograr condiciones de igualdad y equidad”, mencionó el CNC.