“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 02/11/2023 00:00
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Era la mañana del shabat, día de descanso judío, cuando Israel fue sorprendido por un ataque sin precedentes, al recibir más de 5.000 cohetes lanzados desde Gaza por el grupo terrorista Hamás y más de 1.000 milicianos entraron a territorio hebreo, tras abrir unos 20 boquetes en la valla divisoria.
Unas 1.400 personas murieron como consecuencia de los ataques de Hamás. El ataque fue el pasado 7 de octubre, casi en coincidencia con la conmemoración de la Guerra de Yom Kipur, que también sorprendió a Israel, conflicto bélico librado por la coalición de los países árabes, liderados por Siria y Egipto, desde el 6 al 25 de octubre de 1973.
Egipto y Siria querían recuperar el Sinaí y los Altos del Golán, respectivamente.
El grupo Hamás, que gobierna la franja de Gaza desde 2007, se fundó en 1987 durante la primera intifada o levantamiento, que se caracterizó por protestas generalizadas contra la ocupación israelí.
La organización política y paramilitar, integrada hoy por unos 30.000 terroristas, juró aniquilar a Israel y ha sido responsable de muchos atentados suicidas y otros ataques mortales contra civiles y soldados israelíes.
El embajador de Israel en Panamá, Itai Bardov, tiene una apretada agenda. Muchas personas panameñas y de otros países lo visitan para expresarle su solidaridad y muestras de apoyo al pueblo de Israel, en tanto que compatriotas suyos piden hablarle para ponerse a su disposición ante la difícil situación por la que atraviesa el país.
Bardov es un diplomático de carrera que se incorporó a Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, en abril de 2006.
Nos recibe en su despacho y, luego de presentarnos, inmediatamente comenzamos la conversación. No fue una entrevista nada fácil para el diplomático, pues, en ocasiones, sobre todo cuando hablaba de las víctimas, sus ojos se humedecían. Se veía acongojado, pues atraviesa por un estado de pena y tristeza provocado por un hecho que ha marcado la vida de los israelíes.
“Estamos tristes, muy tristes, pero no hemos tenido tiempo ni siquiera para estar de luto”, afirma.
En 1993 los acuerdos de Oslo sentaban una nueva era de entendimiento entre israelíes y palestinos. Una nueva manera de concebir las negociaciones de paz en donde se establecía el marco diplomático a seguir.
Hay testimonios de Bill Clinton y de Hosni Mubarak, entonces presidentes de Estados Unidos y Egipto, respectivamente, acerca de los desafíos que tuvo Arafat en ese tiempo; a Rabin lo asesinaron, pero luego llegó Simon Peres, y después Benjamín Netanyahu, y nosotros seguimos con los acuerdos. Unos años después surgió la denominada Intifada de Palestina que conllevó mucha violencia contra Israel, lo que significó que los acuerdos terminaran.
Sí, nosotros logramos la paz con Egipto y le cedimos la península de Sinaí; hicimos paz con Jordania y cada año le proporcionamos agua, miles de litros de agua van desde Israel a Jordania como parte del acuerdo de paz; hicimos paz con los países árabes, como Marruecos; y estamos también en conversaciones con Arabia Saudita. Lamentablemente, entre los palestinos hay muchas fuerzas extremistas, como Hamás, que no permiten la paz. Ojalá esta situación cambie en el futuro.
Es lo que nosotros quisiéramos, pero lo veo difícil por ahora y más por lo sucedido el 7 de octubre.
Es muy importante que la comunidad que cree en democracia, en libertad, en los derechos humanos, apoye a Israel durante esta guerra con Hamás, porque, ellos, al igual que el grupo Isis, tienen terroristas en todo el mundo. De modo que pueden cometer sus actos de terrorismo, no solamente en Israel, sino en cualquier lugar del mundo. Nosotros no buscamos que alguien luche en nuestro lugar, no, nosotros hacemos nuestra lucha, nuestra pelea...pero sí necesitamos el apoyo de países democráticos en estos tiempos, cuando hay tanta maldad contra Israel.
Asesinaron a 1.400 personas, la mayoría de ellos civiles, ancianos, familias enteras. Hace poco escuché de una niña autista, de 12 años, que se encontró muerta junto a su abuela; hay mujeres jóvenes que sufrieron violaciones de los terroristas de Hamás al lado de los cadáveres de sus amigos. Quemaron a niños frente a los ojos de sus padres... todo eso ha sido terrible. Sí, lloré. El dolor es grande. Lamentablemente no tenemos mucho tiempo para estar de luto, porque estamos en medio de una lucha, de una campaña. Cuando acabe todo, vamos a unirnos con las víctimas y sus familias, pero por ahora no tenemos mucho tiempo para estar de luto.
Hay 240 israelíes que están secuestrados sin ningún derecho; en cambio, nosotros tenemos en nuestras manos terroristas que fueron capturados y en las cárceles son visitados por personal de organizaciones como La Cruz Roja y también reciben tratamiento médico.
Ellos tienen niños nuestros de nueve meses, de 4 años, ancianos de 85 años y más que hemos sabido están en jaulas, en búnkeres; están aislados, sin acceso a nadie. Yo no puedo entender cómo hay personas normales que pueden apoyar a Hamás.
Sí, lo ha dicho. Al igual que Isis, tiene una ideología religiosa islámica muy extremista. Sus mujeres viven cubiertas, son regidos por la Ley de Sharía, una norma religiosa musulmana que también practican en Afganistán. Muchos de los palestinos en Gaza están sufriendo bajo el yugo de estos grupos extremistas.
En Israel viven casi un millón de árabes que son parte de nuestra sociedad, son miembros del parlamento, son jueces, también hay jugadores en nuestro equipo nacional de fútbol, hay empresarios, médicos, son parte nuestra. Coexistimos con armonía, porque tienen todos los derechos humanos que se le otorgan a cada ciudadano en un país democrático, pero el problema que tenemos es con los palestinos extremistas, como los que pertenecen a Hamás.
Hemos entendido que necesitamos eliminar esa amenaza, no podemos permanecer con ese riesgo permanente contra nuestra gente, ya no más.
Oh, sí. Hay mucho de eso. Cuando la noticia sale, es muy difícil cambiar la versión original. Recientemente hemos tenido un caso que se refiere a su pregunta y es el ataque que se hizo a un hospital. Gracias a Dios que tenemos evidencia de que el cohete fue de Palestina. Tenemos también la grabación de una llamada entre dos terroristas de Hamás que confirman que el cohete era de PIJ (Jihad Islámica Palestina). También hay imágenes en las que se puede ver que es un cohete fallido. Por eso logramos que muchos de los medios de comunicación en el mundo lo entendieran y corrigieran la información.
Quiero dejar muy claro que Israel nunca atacará hospitales. Un día antes de los hechos narrados, el hospital en Ascalón, en Israel, recibió un cohete de Hamás, que, afortunadamente, cayó sobre un lugar más nuevo del hospital en el que todavía no hay personas laborando, pero sí causó daños materiales. Hamás lanzó este cohete a propósito. Es muy fácil culpar a Israel.
Para el ejército de Israel es más fácil hacer una guerra contra otro ejército. Con Hamás es muy difícil, porque ellos están escondidos entre los civiles, usan a los civiles como escudos humanos, y para el ejército es muy difícil todo esto, porque queremos evitar daño a los civiles, pero por otro lado, necesitamos eliminar a los terroristas de Hamás, no tenemos opción. Esto es algo muy difícil de hacer para un ejército, pero estoy seguro de que al final se va a lograr y Hamás pagará con un precio muy alto por las atrocidades que realizó el 7 de octubre.
Nosotros no queremos guerra. No queremos exterminar a Gaza, como han dicho los palestinos en sus manifestaciones. Lo que queremos es vivir en paz, con tranquilidad, que en nuestro pueblo se pueda vivir en armonía con nuestros vecinos de la región. Lamentablemente, hay muchos extremistas del otro lado y ahora estamos en guerra.