El Canal: ¿maximalismo o pragmatismo? De 1975 a 2025

Actualizado
  • 10/02/2025 00:00
Creado
  • 09/02/2025 18:05
En 2025 la coyuntura ha cambiado y no a favor nuestro a pesar de que dos de los tres viejos problemas, la Zona del Canal y las bases militares norteamericanas, han desaparecido

En febrero de 1975, sí hace medio siglo, fui invitado a dictar conferencias e intervenir en debates sobre el Canal de Panamá en los Estados Unidos de América. La gira la organizó el Consejo Mundial de las Iglesias con oficinas en ese país y la invitación me llegó a través del economista y sacerdote jesuita Javier Gorostiaga, quien había sido mi profesor.

Había yo regresado de estudios de posgrado en Gran Bretaña. Se requerían, me dijeron, tres cosas: ser nacionalista, hablar muy bien el idioma inglés y tener valor para decirle a los norteamericanos nuestras verdades sobre su presencia en Panamá.

Sin pensarlo dos veces acepté y durante dos meses me dediqué a estudiar exhaustivamente la literatura sobre el Canal, que en ese tiempo era abundante y tuve acceso a diversas bibliotecas, entre ellas la del Ministerio de Relaciones Exteriores, que en ese momento dirigía Juan Antonio Tack, mi profesor de historia en secundaria y quien un año antes había firmado un trascendental acuerdo de 8 puntos con Henry Kissinger (Acuerdo Tack-Kissinger), que sentaba las base de una nueva relación con EE.UU. partiendo de la eliminación de la perpetuidad del Tratado Hay-Buneau Varilla y de la devolución a Panamá de su territorio ocupado por aquella nación (Zona del Canal y bases militares).

En esa gira, participaron junto a mí tres compatriotas panameños: Jorge Arosemena Román y Marco A. Gandásegui (q.e.p.d.), quienes cubrieron el oeste de EEUU y George Priestley (q.e.p.d.) quien me acompañó en el este de ese país. Los cuatro éramos profesores universitarios.

Los dos que fueron al oeste finalizaron su gira antes y nos encontraron en Nueva Orleans en abril para cambiar impresiones de su gira y prepararnos mejor para lo que nos esperaba. Mientras dictaba mi primera conferencia cayó Saigón. Los EE.UU. habían perdido la guerra de Vietnam, las fotos de primera plana con los comunistas entrando a su embajada fue un shock para ellos.

Esa era la coyuntura, un país dividido, derrotado en Vietnam y desmoralizado además por el escándalo de Watergate que había llevado a la renuncia del Presidente Richard Nixon.

Nuestra postura era maximalista: queríamos que se resolvieran íntegramente y en nuestro favor tres grandes problemas. Ellos eran: el Canal y su propiedad y administración; la Zona del Canal como un enclave colonial y las bases militares norteamericanas.

La experiencia fue excelente pues duró varias semanas, casi un mes, muy intenso y con grandes debates televisivos, radiales, en universidades, centros comunitarios, iglesias, periódicos entre otros.

Algo fue evidente en 1975: la inmensa mayoría del pueblo norteamericano no sabe mucho del Canal de Panamá y tienden a creer lo que dicen sus gobernantes sobre el tema. Eso no ha cambiado. Además, una parte dominante de la clase gobernante de EE.UU. estaba abierta a un cambio en los tres grandes temas que mencioné antes.

En 2025 la coyuntura ha cambiado y no a favor nuestro a pesar de que dos de los tres viejos problemas, la Zona del Canal y las bases militares norteamericanas, han desaparecido.

Además de la usual asimetría de poder, ahora frente a una clase gobernante en EE.UU. que parece hostil al estado de cosas en cuanto al Canal, una seria desinformación sobre la injerencia china en el manejo del Canal agravada por la falta de adhesión de la República Popular de China al Tratado de Neutralidad como garante, han creado una situación muy complicada para Panamá. En adición, tenemos una situación interna más complicada: grave desempleo y mayor pobreza, una seguridad social en peligro, el tema minero, una democracia con mucha división parlamentaria y la falta de internacionalización del problema del canal, como la había en 1975.

Ante esta coyuntura se impone el pragmatismo, no el maximalismo de hace medio siglo. Quizás habrá que hacer algunas concesiones compatibles con nuestro interés nacional.

Nuestra diplomacia debe perseguir una salida a esta delicada situación que sea práctica, útil para preservar lo esencial: nuestra propiedad y administración soberana del Canal sin perder de vista que estamos en otro contexto, el de una competencia de grandes potencias entre EE.UU. y China que ahora ha encontrado su teatro de lucha en nuestro país. El historiador conservador británico-estadounidense Niall Ferguson, asegura que la estrategia que debe seguir el actual presidente de EE.UU. frente a China es la de Reagan. no desestabilizar a los gobiernos amigos y frente al adversario “paz con fortaleza” (revista Foreign Affairs,” How to Win the New Cold War”, enero-febrero de 2025), los norteamericanos no deben perder esto de vista mediante posturas maximalistas imprácticas y que desestabilicen a Panamá.

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