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Asimetrías en educación: particularidades recurrentes de la exclusión
- 03/02/2019 01:00
- 03/02/2019 01:00
DESEMPEÑO EDUCATIVO
En los últimos veinte años, Panamá mejoró sustantivamente los indicadores de acceso y cobertura, pero quedan tareas pendientes. Los indicadores de retención, deserción y abandono escolar aún muestran asimetrías excluyentes. En 1997, de cada diez estudiantes matriculados en primaria, seis no terminaban la secundaria. Para el 2017, de cada diez estudiantes matriculados en primaria, cuatro no terminan la secundaria. Asimismo, entre 1997 y 2017, se duplicó la cobertura en preescolar y premedia, al mismo tiempo que se redujo en primaria y premedia. Es decir, mejora la retención escolar pero se mantienen los problemas con la eficiencia terminal en los niveles y subniveles educativos.
Los programas de transferencias condicionadas, las ayudas económicas y las becas, resultaron eficientes, tanto en el incremento de la cobertura en las áreas rurales e indígenas, como en la promoción de la inserción en el sistema educativo. Sin embargo, no incidieron en las formas de exclusión por lo que se mantuvieron casi estáticas las tasas de retorno en educación, la productividad del trabajo y la movilidad social.
EQUIPARACIÓN DE OPORTUNIDADES: ESCOLARIZACIÓN PREESCOLAR
En los últimos siete años, la matrícula de los niños y niñas menores de 5 años se incrementó, pero la brecha entre la población en la edad y la matrícula escolar se redujo entre el año 2010 (74.4%) y el año 2016 (75.5%), apenas un 1.1%. Aun y con los esfuerzos realizados, la brecha se mantiene en tanto un 24.5% de los niños y niñas de 5 años, en edad de ingresar a la educación preescolar, según las estimaciones, aún no están insertos en el sistema educativo. Inciden en la velocidad de la reducción de la brecha, la tasa de natalidad, la tasa de reposición por migración, además del incremento en el número de registros de nacimiento.
En el caso de Panamá Oeste y Veraguas, la reducción de las asimetrías existentes fue más rápida, como resultado de la ampliación de la oferta y la gradual concentración de la población en las áreas urbanas. Mientras que en Panamá, Emberá Wounaán y Ngäbe Buglé la velocidad en la reducción de las asimetrías fue más lenta. Aunque el incremento de la matrícula para la edad fue importante en el caso Ngäbe Buglé. En todo caso, las asimetrías no parecen relacionarse con la proporción de población indígena, ni con la existencia de centros educativos porque en uno y otro caso, en provincias y comarcas distintas, se mantienen las proporciones en las coberturas.
ASIMETRÍAS EMERGENTES: ASISTENCIA Y PARIDAD
Las tasas netas de asistencia y el índice de paridad son indicadores que muestran las brechas emergentes entre los niveles y subniveles educativos. Para el 2010, en las edades de 6 a 12 años, para los casos de las provincias (98.1%), comarcas (95.6%), área rural (97.6%), área urbana (98.0%), mujeres (97.9%), hombres (97.9%) la tasa de asistencia es alta. Asimismo, los índices de paridad se mantienen con valores similares. Es decir, no se perciben asimetrías significativas en esas edades en el caso de la población escolarizada. Para el 2017, en las edades de 6 a 12 años, aunque se registra una baja en las tasas de asistencia, la misma es mínima en las comarcas (94.8%), provincias (95.2%), áreas rurales (95.3%), áreas urbanas (95.1%), mujeres (95.0%), hombres (95.3%), indígena (93.4%), no indígena (95.6%), afrodescendientes (96.8%), no afrodescendientes (94.9%). Las asimetrías no parecen registrarse en la asistencia de la población en esas edades.
Sin embargo, este panorama cambia significativamente en la medida que los años de edad aumentan. En las edades comprendidas entre los 12 y 14 años, por ejemplo, las tasas de asistencia se reducen drásticamente. En el 2010, las mismas eran del 43.2% para el área indígena, 70.9% para provincias, 60.1% para áreas rurales, 74.8% para áreas urbanas, 71.5% para mujeres y 66.1% para los hombres. Es decir, las tasas de asistencia se reducen a la mitad con relación a la población en edades comprendidas entre los 6 y 12 años. Para el 2017, aunque se registra un incremento de más del 10%, en la tasa de asistencia, el mismo no alcanza a cerrar las asimetrías existentes. La tasa de asistencia en las edades de 12 a 14 años, se mantienen por debajo de las tasas para las edades comprendidas entre los 6 y 12 años.
En el caso de las edades comprendidas entre los 15 y 17 años, se producen cambios más significativos. La tasa neta de asistencia escolar para el 2010, registra una reducción a la mitad con relación a las edades comprendidas entre 12 y 14 años, en el caso de las comarcas (18.9%). En las provincias (56.3%), áreas rurales (38.2%), áreas urbanas (62.4%), mujeres (59.8%) y hombres (46.8%), la reducción de la tasa neta de asistencia es también significativa. Para el 2017, las tasas de asistencia se incrementaron en todos los casos en las edades comprendidas entre los 15 y 17 años en las comarcas (33.1%), provincias (71.0%), áreas rurales (56.5%), áreas urbanas (73.8%), mujeres (72.4%), hombres (63.7%), indígenas (41.7%), no indígenas (73.7%), afrodescendientes (71.2%), no afrodescendientes (67.2%). Pero las mismas no alcanzan a recuperar los niveles que tienen las edades comprendidas entre los 6 y 12 años.
ANTINOMIAS RECURRENTES: INCONSISTENCIAS DEL MODELO.
Los cambios registrados en el ingreso a premedia y la asistencia en media provocaron variaciones en el índice de paridad. Es decir, en la medida que la edad de los matriculados aumenta, se incrementan las tasas de asistencia de las mujeres. La ausencia de modalidades educativas que amplíen efectivamente la cobertura, los mecanismos de retención escolar deficientes y la inserción temprana en el mundo del trabajo y las actividades informales inciden en esos cambios.
Con ello quedan en evidencia la exclusión en el acceso (cobertura), la exclusión en los aprendizajes (calidad), la exclusión en el espacio escolar (retención). Cada una de ellas con implicaciones distintas en la calidad de vida en tanto generan baja escolaridad, pocas competencias tecnológicas y bajos salarios. Este desempeño educativo recurrente a lo largo del siglo veinte, más que capacidades genera desigualdades. Cabe preguntarse, entonces, por qué perdura.
MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.
El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.