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- 05/11/2023 00:00
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Diana Morán nació el 17 de noviembre de 1932. Hija de docentes rurales, es originaria de Cabuya, comunidad ubicada en el distrito de Chame. Luego de haber cursado sus estudios primarios se traslada al populoso barrio de poetas, Santa Ana, donde comienza a ver la problemática social de un barrio históricamente combativo. Ingresa al Instituto Nacional donde obtuvo el bachillerato en Ciencias y Letras. En dicho centro educativo, Diana Morán había participado en diversas actividades y luchas estudiantiles como en las jornadas de movilización patriótica contra los tratados Filos-Hines en 1947.
Luego ingresa a la Universidad de Panamá donde obtuvo su título de Licenciatura en Español en 1954 al presentar su trabajo de graduación “El vanguardismo en la poética panameña”. Durante la década del 60, participa en la lucha nacionalista de la gesta de enero de 1964, donde denuncia la masacre y agresión imperialista a nivel internacional y nacional. Este hecho histórico la marcaría definitivamente y sería la punta de lanza para sus escritos literarios.
Fue docente de español en el Instituto Fermín Naudeau hasta que fue detenida y desterrada en 1969 del suelo patrio a Venezuela y México, producto del golpe militar de 1968. Fue una destacada líder magisterial y popular en su época, lo que la llevo a ocupar el cargo de Secretaría de Cultura y Asuntos Educativos en la Asociación de Profesores de la República de Panamá fundada en 1945. Estando en el país azteca, obtuvo, en el colegio de México, el título de Doctorado en Letras Hispánicas con su trabajo de grado “Cien Años de Soledad: novela de la desmitificación”, el cual fue editado por la UNAM. Al momento de su fallecimiento, ocurrido el 10 de febrero de 1987, ocupaba el cargo de docente titular de tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), de la ciudad de México.
Pese a haber vivido lejos de su patria, sus poemas reflejan el sentimiento patriótico por la presencia de los norteamericanos en la zona canalera. Entre sus obras poéticas figuran las siguientes referencias: “Soberana presencia de la Patria”, “”Gaviotas de Cruz Abierta” (obra que le otorgó el premio Ricardo Miró en 1965), “La patria de los niños”, “Al Che, superlativo soñador de lo impensado”, “Vietnam, cinco cuadros”, “¡Oh, Patria!”, “El Color de la sangre jamás se olvida”, “Para el 2000: Debemos ser tercos”, obras estas que son el legados de la única poetisa panameña lanzada al destierro, “despojada de la patria”, como lo afirmara ella misma en sus versos.
En el poema “Soberana presencia de la Patria” como se advierte en el título, Morán nos hace partícipe por medio del discurso poético, cómo los norteamericanos acantonados en la antigua zona canalera atacan a los hombres, mujeres, niños, niñas y estudiantes panameños de forma indiscriminada, no toleraban las exigencias que se habían prometido y no habían cumplido con lo acordado en el Tratado:
Este nueve de enero no es cera de museos,
no es moneda de cambio
ni tiene la firma de Bunau Varilla.
Yo tengo que gritar,
-Oh, prendida garganta de mis muertos- yo tengo que gritar
con su polen de incendio
en los cuatro puntos de la rosa del aire
donde soltó la UPI sus vampiros
En el caso del poemario “Gaviotas de Cruz Abierta”, el tema en general de este libro es patriótico como una forma de homenajear a los mártires de enero de 1964. La forma como se elabora es de las antiguas rondas y juegos infantiles, con metro cortos. Son poemas dirigidos a los niños para que hicieran ronda diaria con estos versos, enlazados de la mano, con fines didácticos mediante el tema del amor, lealtad y sacrificio que se debe a la patria enaltecida por Maritza, Víctor Manuel, Ascanio y Rosa entre otros mártires.
Uno de los poemas es un homenaje a Rosa, mediante representaciones y juegos infantiles. La finalidad es que el lector niño vaya asimilando virtudes, hábitos, formas de conducta y sentimientos que los cincelan para siempre la actitud de Rosa. El mensaje que se hereda de Rosa es que la salomera quede en la memoria y en la conciencia adulta.
Un dato interesante que hay que mencionar de Diana Morán es que, cuando estuvo exiliada en México, pidió una petición, antes de morir: sus cenizas fueran vertidas en su patria querida, en especial en las aguas del Canal de Panamá, como una forma de representar el simbolismo histórico, plasmado en sus poemas. Dicha petición se le cumplió en 2004, cuando se conmemoraba el 40 aniversario de los hechos ocurridos en la gloriosa gesta patriótica de enero de 1964, con la participación de sus familiares, amistades, compañeros de lucha y con el respaldo de organizaciones populares y sindicales del país. Sus cenizas fueron esparcidas en las aguas canaleras.
El autor es académico de la Universidad de Panamá.
Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.