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Nidal Waked ya en casa y aún en ‘Lista Clinton'
- 11/05/2018 02:00
- 11/05/2018 02:00
Alas 12:21 p.m. de ayer aterrizó en Panamá el avión procedente de Miami, EE.UU., en el cual viajó Nidal Waked, el empresario colonense que pasó 27 meses privado de su libertad.
Era el fin de una larga pesadilla que se inició el 4 de mayo de 2016 en Bogotá, Colombia, por requerimiento de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA). Luego, fue extraditado a EE.UU., donde un juez desestimó prácticamente todos los cargos que la Fiscalía había señalado en su contra: pertenecer a una de las organizaciones de lavado de dinero más grandes del mundo.
Eso había quedado atrás. Nidal arribó al istmo porque no tenía ninguna visa para permanecer en territorio norteamericano. El 19 de abril, luego de la audiencia presidida por el juez Robert Scola, culminó un amargo episodio en su vida. Inmediatamente quedó en custodia de las autoridades de migración, para los trámites burocráticos correspondientes.
En el aeropuerto lo esperaban su familia: sus hijos, su esposa, sus padres; y un socio. El primer contacto fue en el Salón Diplomático de la terminal. No los veía desde su detención.
En Miami, estuvo en la Prisión Federal, situada en el centro de la ciudad, la misma en la que actualmente espera el proceso de extradición el expresidente Ricardo Martinelli, ante una solicitud que reclama el gobierno panameño.
Al llegar al aeropuerto, Waked salió por un lugar distinto al que utilizan todos los pasajeros. Su abogado, Yasser Williams, recordaba los inicios del caso. ‘Las acusaciones que se hicieron contra él fueron sumamente serias. Se le señalaba como parte de la organización criminal de blanqueo de capitales más grande del mundo', dijo.
Eso es, añade, independiente de un proceso que tenía en Florida. ‘Que regrese a su país habiéndose desechado los cargos de lavado de dinero y se reúna con su familia es una respuesta clara y contundente de que las declaraciones vertidas por el entonces embajador de Estados Unidos en Panamá, John Feeley, carecen de sustento', señaló Williams.
En abril pasado, cuando se realizó la audiencia, el juez Scola se dirigió a Waked y reconoció que el suyo era un caso único. Williams recuerda que Scola le dijo a Waked que nunca había visto un caso en el que se acusara a alguien por fraude bancario cuando el dinero nunca estuvo en riesgo de perderse. ‘En la sentencia el juez dio a entender que no comprendía las razones por las que la Fiscalía había presentado cargos. En ese sentido, no veía cómo la Fiscalía pudo pretender una sanción pecuniaria. En una audiencia posterior, el juez no impuso sanción económica para Waked', añadió.
La Fiscalía había solicitado que se le impusiera una multa por $20 millones con el argumento de que ‘el dinero que circuló entre las cuentas del empresario a lo largo de 10 años sumaban esa cantidad'.
Williams recuerda como si fuera ayer aquel día. ‘Parecía algo trágico cómico: de una posible sentencia de más de 50 años de prisión, en tres meses, Waked salió libre'.
El empresario admitió culpabilidad de fraude bancario por falsificar unas facturas de empresas que le pertenecían. ‘No hubo falsificación, sino que se emitieron unos documentos para que se enviara un producto que no fue enviado', explica Williams.
Fueron dos años de sufrimiento para la familia, puntualiza el defensor.
Waked aún permanece en la ‘Lista Clinton' de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de EE.UU., que le impide hacer negocios a través del sistema financiero o con cualquier empresa estadounidense.
Había sido acusado por el Gobierno de EE.UU. de blanqueo de capitales producto del tráfico de drogas, conspiración y fraude bancario. Sin embargo, se trataba de acusaciones débiles de la fiscalía, lo que redujo el caso a una confesión de fraude bancario sin lesión económica al sistema financiero norteamericano.