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Betito Quirós, en palabras del arzobispo José Domingo Ulloa
- 23/08/2015 02:00
- 23/08/2015 02:00
Estamos celebrando la Eucaristía que es acción de gracias. Y en ella hoy damos gracias a Dios por Betito, por el don de su vida entre nosotros, por el tiempo que pasó en este mundo.
Damos gracias, delante de Dios no solo por el, educador, el comunicador el ciudadano de carta cabal, sino que damos gracias a Dios por el esposo, el padre, el abuelo, el amigo, el creyente y lo hacemos no con nuestras fuerzas, que siempre son pequeñas, sino con la gracia y la fuerza de Jesucristo que se ofrece y se hace presente en el misterio de la Eucaristía, poniendo su vida al lado de la del Señor para ofrecérsela así a Dios.
En esta partida se conjuga un doble sentimiento el de tristeza y a la vez de serenidad, - pues tenemos la certeza de estar recordando a un hombre que gastó su vida haciendo el bien. Y lo más importante fue que supo vivir cada momento. Supo aprovechar al máximo el tiempo que Dios le regalaba para compartir su vida, su fe, su cercanía, su confianza.
Por eso nos deja un legado que trasciende no solo a su familia sino que ha permeado en la sociedad, como lo pudimos experimentar desde el conocimiento de su muerte.
Por eso hoy en medio de la tristeza podemos decir que hoy, es un día de acción de gracia porque en el cielo sin duda tenemos a un patriota que goza de la gloria Eterna.
¡Qué más grande honor puede recibir un cristiano que el ser premiado con la Vida Eterna prometida por el mismo Jesucristo!
Quienes somos creyentes, y por eso estamos aquí reunidos para darle nuestro adiós al cuerpo mortal de Betito Quirós, estamos convencidos que él hizo camino para estar junto al Padre.
Porque fue un hombre que sin lugar a dudas degastó su vida por su Patria, por su fe, por la democracia, por sus principios pero sobre todo por su familia.
Al conocer de su muerte, quienes le conocieron expresaron frases como estas: Radio Impacto de Betito Quiros, era la única radio que se atrevía, voz del patriotismo; Betito Quirós, ejemplo de lucha, honradez y perseverancia. Un gran hombre y un gran ciudadano. Un ejemplo a seguir. Una persona que demostró con su ejemplo que es posible ser fiel a tus principios hasta el final. Inclaudicable! Nunca se entregó a ningún interés político. Su independencia frente a micrófonos fue siempre total. Nos deja Betito Guardia -Hombre de opinión con una nobleza de espíritu motivadora. Ha sido ejemplo de activismo ciudadano. Incansable, valiente, humanista, líder democrático.
Estas expresiones de distintas personas, con diversas posiciones políticas, sociales y religiosas, es el mejor testimonio de lo que fue la vida de Betito Quirós, un hombre coherente en su discurso con sus actuaciones. ¡Cuánto nos ha enseñado Betito con su vida!
Por eso hoy la Iglesia como madre, siendo consciente de que su principal función es amar. Ante el cuerpo del hijo que se ha ido a la casa del Padre, nos recuerda que en estos momentos casi el único modo de amar y recordar a nuestro querido Betito es rezar por él.
Todos necesitamos la oración de todos. Y quizá más que nadie aquellos a quienes Dios ha encomendado la tremenda tarea de mandar o dirigir. Los medievales habían entendido bien esta hora final cuando en sus ‘danzas de la muerte' pintaban a reyes, gobernantes, Papas, cardenales, obispos, ricos y guerreros dejando sus coronas, sus entorchados, sus mitras, sus tesoros y sus espadas, para llegar ante Dios desnudos e inermes.
Sin embargo, no llegamos desnudos ante Dios. El bautismo es nuestro vestido y las buenas obras son nuestro equipaje, el único que tiene valor en esta hora. Como decía San Juan de la Cruz, ‘a la caída de la tarde seremos examinados de amor'.
Y este amor de Betito por esta pais es el que sí podemos elogiar en esta hora. Por eso su muerte nos recuerda que la obligación de trabajar y sacrificarse por la patria no es sólo función de los que gobiernan, sino de todos.
Todos somos responsables de que Panamá viva en paz, de que todos los panameños gocen de la libertad y los medios suficientes para desarrollar su propia personalidad y para mantener su dignidad de hombres y cristianos.
Pienso que, ante sus cenizas, debemos formular todos la promesa de borrar todo cuanto pueda separarnos y dividirnos, la de olvidar nuestros egoísmos e intereses personales, la de evitar cualquier tipo de partidismos excluyentes que puedan entorpecer esa felicidad de todos. El respeto, el diálogo, la aceptación de las diferencias lícitas debe sustituir a la lucha; la convivencia debe borrar los exclusivismos. Convivencia sin excluir a nadie.
Todos tenemos una gran tarea ante nosotros. Tendremos que recoger cuanto de positivo Betito ha contribuido y construido en estos años.
De su padre, José Manuel Quirós a quien admiraba profundamente aprendió lo que durante toda su vida fue su norte: ‘Lo importante es ser honesto y luchar por valores'. Y esta admiración la tradujo en el modelo a seguir en su vida.
Estudió en Inglaterra y Estados Unidos en el campo de la economía. Se graduó en lo que hoy conocemos Derecho Internacional e hizo un post grado en Economía. Esa experiencia le permitido comprender los ideales laboristas de Inglaterra, pero también la discriminación hacia los indígenas, los latinos y negros en los Estados Unidos. Todo esto va moldeando a Betito.
Betito fue un hombre de hogar, y digo de hogar porque es necesario entender la diferencia entre una casa y un hogar. Hoy día muchos tenemos casa sin embargo carecemos de ese calor de hogar.
Betito junto a su esposa Aixa supo educar a sus cinco hijos, -Albertín, Lina, Aixa, Alfonso e Irma- a hacerlos ciudadanos de bien. Hizo la mejor y mayor inversión en su vida, dedicar horas enteras jugando, pero a la vez formando a sus hijos y amando a su esposa. Vivió y murió rodeado de sus seres queridos, quienes en su lecho le prolijaron besos y el cariño que se cultiva durante toda una existencia de unión familiar. Tanto así que hasta se inventan expresiones para hacer más particular su manera de comunicar ese amor.
En sus últimas horas en este mundo, Betito pudo escuchar a Aixa, a sus hijos y sus nietos, decirle ‘gulumbitai sabala anduti', una frase inventada por él para expresarle a sus familiares cuánto los quería. Para Betito ‘el único oasis posible es la familia. El antídoto para que la violencia cese es la familia extendida'. ¿Cuántos Betitos necesitamos hoy para salvar a la familia panameña, que está tan carente de amor, y sufre violencia y maltrato?
Esos son los verdaderos valores que debemos cultivar sin miedo y temor a que lo confundan con debilidad. Un verdadero hombre es aquel que es capaz de expresar públicamente su amor a su esposa y sus hijos, porque reconoce que su fortaleza está en su familia.
EL HOMBRE DE FE
Es evidente que fue un hombre de fe, que supo asumirla en su vida, siempre vínculado a la Iglesia y preocupado también por ella. Quizá el hecho de haber estudiado en La Salle le permitió acercarse más a su fe.
No podemos olvidar que formó parte de la Asociación Católica Nacional de Comunicadores, casi desde su fundación.
Pero como alma rebelde cuestionando todo lo que consideraba necesario cuestionar, lo cual evidenciaba su preocupación por su Iglesia y vivencia de fe. Dios me regaló la oportunidad de conferir el sacramento de la unción a Betito, que es el balsamo para los enfermos y en algunos casos un aliciente antes de dar el paso final a la Vida Eterna. Fue una hermosa experiencia de fe, que me ha fortalecido en mi ministerio sacerdotal, y creo que ayudó a la familia a asumir con serenidad esta realidad de la pérdida de un ser tan especial.
Betito se fue como el hombre cristiano, que alegre pasó al regazo del Padre, dejando un testimonio cristiano de la confianza de abandonarse porque se tiene la certeza, que el Señor le espera en su morada santa. ¡Qué testimonio digno de imitar!
EL PATRIOTA Y CIUDADANO
Su amor a la Patria, a la democracia y a la institucionalidad lo hizo un ciudadano activo en las distintas épocas de la vida política nacional. Se opuso a la guerra de Corea, en 1953. Es la época en que conoció a Alberto Eisntein. Participó en movimientos de reivindición nacional. Siendo secretario del Consejo por la Soberanía de 1964, impulsó la recuperación de la soberanía, tras el 9 de enero. Jugó un rol clave en el proceso de devolución del Canal. Cuestionó los gobiernos autoritarios Por sus posturas nacionalista tuvo que salir del país el 20 de enero de 1976. Cuestionó el régimen de Manuel Antonio Noriega, y apoyó también la cruzada contra el fraude de las elecciones de 1984. En 2009, dos décadas después de la caída de Manuel Antonio Noriega, cuestionaba que la causa de Estados Unidos para intervenir Panamá en 1989 ‘no fue justa'.
Consciente de que los documentos importantes para conocer la historia, entregó las actas de las reuniones históricas a disposición del Consejo Municipal de Panamá, lo que es un signo de su preocupación para cultivar en las presentes y futuras generaciones ese urgencia de conocer su historia para construir su futuro.
Ciertamente que Betito supo ganarse el respeto, incluso de quienes le adversaron, porque fue un hombre de principio que defendía el derecho y la libertad de todos sin importar quien fuese.
EL COMUNICADOR
Un comunicador a carta cabal, con una voz vehemente y apasionada, no había otra forma de transmitir; algunas veces hasta con ‘alguna palabrita un poco antisonante', cuantos carajos y bellacos …le salían de su alma a lo muy panameño para darse a entender más claramente.
Ese era Betito, el comunicador, que apostó a la libertad de expresión de manera radical. Así lo dejó claramente evidenciado en una entrevista que le hicieran. Nada opacó su estilo de cuestionar y sobre su inquebrantable cruzada por la libertad de hablar, de pensar y de gestionar la paz como un derecho de todos.
Fue dueño de la Radio LeBlanc en AM, que tenía como lema ‘la voz de los que no tienen voz'; que luego sería Radio Impacto, donde transmitió su conocido su programa ‘En Diálogos de Impacto, que se extendió hasta el ocaso de los 80. En los 90 fue dueño de Radio Libre. Llegó a dirigir Radio Nacional. Su espíritu era buscar la verdad entre todos, darle acceso a personas de comunidad, a fin de darle la voz que no podía ser escuchada en otros lugares.
Hasta el final de sus fuerzas, continuó con sus programas radiales en Radio Metrópolis, alzando su voz, con sus comentarios que despertaban pasiones y remecían la conciencia ciudadana. Un verdadero heraldo de la verdad y de la libertad de expresión.
EL CATEDRÁTICO
También tuvo en su ser esa vocación a enseñar, quizá porque él mismo siempre tuvo latente en toda su vida ese deseo de aprender. En los 60 se convirtió en profesor de la Universidad de Panamá, y también fue catedrático de la Universidad Católica Santa María la Antigua. En la USMA fue director de la Escuela de Administración y decano. Presidió la Asociación de Profesores. Dirigió la Extensión Universitaria, lo que le despertó el deseo de hacer una universidad que logró fundar con sus hermanos, llamada Universidad del Istmo.
En enero de este año la USMA en reconocimiento a su trayectoria profesional y a sus aportes como docente de la Universidad Católica le entregó un certificado de reconocimiento y la medalla Santa María La Antigua.
Con un talante único Se ha ido el comunicador, educador, empresario, el político y activista cívico, ejemplo de honestidad y probidad, el patriota, nacionalista, humanista y hombre solidario, y tantos otros adjetivos que pocas veces podemos describir en una sola persona.