Forense analiza restos óseos y piel

Actualizado
  • 20/10/2014 02:00
Creado
  • 20/10/2014 02:00
Medicina forense analiza un tejido blando, alargado, hallado a finales de agosto, junto a la tibia y fémur de Lisanne Froon

Al Laboratorio de Análisis Biomolecular ADN, ubicado en la Ciudad del Saber, arribó, la primera semana de septiembre, una encomienda con nuevas evidencias relacionadas con el caso de Lisanne Froon y Kris Kremers, las jóvenes holandesas desaparecidas.

El forense a cargo del laboratorio se prepara para revisar el contenido del paquete, tomando precauciones para no contaminar la muestra: se coloca los guantes, gorro de tela, bata, cubrezapatos, mascarilla y lentes. Ya listo, abre con cuidado el sobre de manila.

La curiosidad del investigador se incrementa a medida que va desprendiendo los bordes del sobre para adentrarse en el contenido. Se trata de un caso particularmente interesante, de versiones encontradas.

Las jóvenes fueron vistas por última vez mientras intentaban recorrer el sendero El Pianista, en el distrito de Boquete, el 1 de abril pasado.

En agosto, fueron declaradas muertas por el Ministerio Público sin que aún se conozca la causa.

Por un lado, la fiscal superior de David, Chiriquí, Betzaida Pittí, a cargo del caso, no ha considerado que se trate de un crimen. Ella plantea la tesis de que las jóvenes murieron a causa de un accidente.

En cambio, Enrique Arrocha, defensa de la familia Kremers, y Octavio Calderón, uno de los criminólogos consultados por La Estrella de Panamá , sostienen que fueron asesinadas.

Anteriormente, el forense ha analizado otras evidencias óseas halladas por habitantes de Alto Romero, a orillas del río Culubre, en la provincia de Bocas del Toro, un sitio ubicado doce horas a pie de El Pianista.

El científico saca del sobre una masa terrosa en forma de bola. Después, retira un hueso largo —posteriormente determinará que se trata de un fémur— y otro más corto, similar a una tibia o un radio.

El paquete, que tiene como remitente la Fiscalía de David, ha llegado acompañado de una escueta nota cuyas instrucciones se resumen en un renglón: ‘Estos restos fueron encontrados a orillas del río Culubre, se envían para análisis’. La nota tiene la firma de Betzaida Pittí.

El documento carece de una descripción detallada de la cadena de custodia, información obligada en casos de procesos controlados que pretenden preservar la evidencia.

Los datos que debería incluir son el lugar donde se ubicó la evidencia, fijación, recolección, embalaje y traslado en la escena. Pero este no era el caso.

DESDOBLANDO LA PIEL

El laboratorio donde se analizan las pruebas pertenece al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá (IMELCF), único sitio en el país que efectúa este tipo de análisis.

El forense se sorprende de la masa terrosa que tiene frente a sí y comienza a hurgar el material para descifrar de qué se trata. Poco a poco, desdobla el cuerpo alargado, de aproximadamente treinta centímetros, que parece un trozo de piel.

Toma la precaución de hacer varias muestras antes de iniciar el procedimiento. Busca un balde de plástico con agua para sumergir el material.

Extendido sobre la superficie de trabajo, se percata de que el tejido no es uniforme.

Algunas partes, las más anchas, miden entre ocho a quince centímetros de ancho. En cambio, otras solo alcanzan los tres centímetros.

Es la primera vez que el forense examina un tejido de esta naturaleza en el caso de las holandesas. 

Los restos óseos de las chicas y el tejido en forma de bola fueron hallados el 29 de agosto pasado.

Es un dato relevante para el proceso de investigación, porque permitirá establecer con certeza el momento de la muerte o las condiciones en que permaneció el cuerpo después de esta. Si partiéramos de la suposición de que las chicas murieron durante la primera semana de abril, hoy, tras cinco meses del hecho, las larvas no deberían estar presentes.

Tienen apariencia blancuzca y miden aproximadamente un centímetro y medio. No llegan a la docena. Son los primeros devoradores del cadáver.

Esto indica al forense que el cuerpo permanece, o permaneció, en un espacio húmedo, bajo la sombra, a bajas temperaturas.

Con sumo cuidado, observa que en uno de los extremos del tejido aparecen unas manchas circulares negras que ocupan, aproximadamente, una quinta parte de la superficie.

Son de distintos diámetros; la más grande, de siete milímetros. Un estudio químico o histopatológico concluirá, más adelante, a qué responde este grupo de lunares negros.

El mismo estudio determinará si hubo otras lesiones en el tejido.

El forense continúa el recorrido. Ahora revisa otras manchas rojas, producto de la hemoglobina del músculo.

En algunas partes del tejido hay orificios, entre ocho y diez en toda la superficie, seguramente señal de la presencia de otro tipo de insectos.

Información actualizada

Luego del analisis forense, el forense determinó que la piel en mención era un tejido de origen animal. 

HUESOS CONSERVADOS

Al examinar la tibia, el forense se da cuenta de que ésta no tiene alteraciones óseas. Cuando corta el hueso hasta la médula, detecta un estado seco, bastante conservado y sin huellas de putrefacción. Con el fémur ocurre algo muy similar, la médula está casi intacta. ¿Cómo pudieron concluir quienes recolectaron los huesos que aquella bola cubierta de tierra formaba parte de las evidencias?

¿IGNORANCIA O DISEÑO?

Las pruebas deben manejarse con sumo cuidado, indica el criminólogo Calderón, quien critica que en varias ocasiones la fiscal haya solicitado el manejo de la evidencia a particulares.

Esta ha sido la costumbre de Pittí, desde el momento en que aparecen los restos a orillas del río Culubre. Ni siquiera ha llamado a Criminalística o seguido los principios básicos de la cadena de custodia, dice.

Éste es un motivo válido para descalificar a la fiscal, concluye el criminólogo.

Calderón se pregunta cómo esta persona está a cargo de investigaciones en el Ministerio Público.

Todas las pruebas que pudieran dar información sobre la causa de la muerte fueron ignoradas, en clara violación al protocolo investigativo.

‘No sabemos si, por ignorancia o por diseño, pero toda oportunidad para llegar a la verdad fue echada a perder’, indica Calderón. Y añade, ‘si es por ignorancia, la pregunta es la misma: ¿cómo una persona con cero conocimiento en investigaciones puede ser la autoridad que representa el MP?’

El criminólogo continúa: ‘Y si es por diseño, ¿qué motivos tiene para no hacer una investigación profesional?’.

Recientemente, la fiscal señaló que los informes forenses no han logrado determinar las causas de la muerte y que los restos óseos encontrados no presentan evidencia de armas punzocortantes o mutilaciones. También indicó que en los parajes donde las chicas se extraviaron hay animales salvajes y víboras.

Los celulares de las jóvenes fueron utilizados correctamente hasta el 6 de abril.

Con la cámara ,se tomaron 90 fotos en solo tres horas, el 8 de abril, último día de registro.

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