¿Es Panamá un ciudad de personas ‘cochinas’?

La problemática de la basura en la ciudad de Panamá, con cada vez más basura acumulada, parecería no tener arreglo.

Autoridades como el director de gestión ambiental del Municipio, Salvador Avaid Cattan, señalan que de nada sirve que se pongan más de 200 basureros “si los ciudadanos no cambiamos la cultura ni la educación”; esto fue lo que expresó en sus historias de Instagram tras hacer un recorrido por el Parque Nacho Valdés, ubicado en Paitilla.

Tras intentos en hacer llamados de atención a la población por medio de las redes sociales, la Alcaldía y la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) iniciaron la iniciativa “Cazando al cochino”, en la cual se trata de imponer lo que definieron como “multa social” a los ciudadanos que sigan ensuciando los parques y otros tipos de espacios públicos.

Una suerte de escarmiento público que supuestamente va a incidir en el comportamiento de la población y ayudar a reducir la basura en las calles.

Videos de los “cochinos” serán publicados en el Instagram @CochinosPTY_ y otras plataformas digitales asociadas a esta campaña. Según la Alcaldía capitalina, entre más interacciones tenga el video o la publicación del “cochino”, más probabilidades tendrá de aparecer en los mupis (publicidad en las paradas) para “exponer” a quienes ensucien los espacios públicos.

La iniciativa que ha generado opiniones favorables, pero también críticas sobre si realmente estos escarnios públicos mejorarán la cultura de gestión de desechos en la ciudad.

En opinión del sociólogo e investigador Carlos Escudero, el tema de la basura en Panamá tiene dos aristas importantes. El primero tiene que ver con que no existe entre la población el hábito de cargar con sus propios desechos; lo segundo, que la logística de gestión y recolección de basura es deficiente. Un coctel nefasto para la limpieza de la ciudad.

“Decir que los panameños son cochinos es generalizar, yo dudo de usar esa expresión, porque es una cuestión de hábitos”, manifestó el también docente universitario.

Para Escudero, no se trata de que la población es inherentemente “cochina”, sino que hay una carencia en la educación sobre cómo disponer los desechos, un punto en el que también hay parte de responsabilidad de las autoridades.

“No se trata solo si hay muchos o pocos espacios para depositar los desechos, sino cómo se procesa el mensaje de la manera en la que se debe tratar la basura”, explicó a La Estrella de Panamá.

“Siempre se verá a la sociedad como inculta, pero hay que seguir martillando sobre este tema porque es un proceso, y los países que ya solucionaron [la recolección de basura] pasaron por esto mismo”, señaló.

En definitiva, apunta Escudero, la responsabilidad de la basura y la suciedad en los espacios públicos no debe recaer solo en los ciudadanos; elementos como los horarios de recolección y la cantidad de veces a la semana que pasan los camiones recolectores son parte fundamental en el éxito o fracaso de una política de gestión de residuos.

Y es que las principales quejas de la población son, precisamente, que las autoridades han fallado en brindar un servicio eficiente, lo que agrava más la crisis.

La principal herramienta para eliminar la basura de las calles debe ser la educación ambiental, remarcó Escudero, quien rechazó “culpar de todo” a los ciudadanos, ya que son las autoridades las encargadas de trabajar tanto la parte educativa como la de recolección, ambas fallidas actualmente.

De acuerdo con organizaciones ambientales, el país produce alrededor de 4.400 toneladas de basura al día. En la ciudad capital, solo en el mes de julio, se recogieron al menos unas doce toneladas de desechos reciclables.