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- 25/09/2016 02:00
Ya hay regulación de las redes sociales, pero en dictaduras
Técnicamente existe la posibilidad de que se regule, censure e incluso que se bloquee el acceso a Internet y en consecuencia a las redes sociales; los países que han recurrido a ese extremo están gobernados por regímenes autoritarios, en los que se agudizan problemas sociales o en procesos electorales.
Hay que diferenciar entre regular, censurar o bloquear porque son conceptos diferentes y, por tanto, también requieren mecanismos diferentes para su aplicación.
‘Técnicamente, al igual que en un router, el usuario puede instalar un firewall que permita bloquear el acceso a ciertas páginas o a realizar ciertas búsquedas ', lo que hace posible que haya ‘formas de controlar, censurar o bloquear el acceso ciudadano a redes sociales '. El control es regular lo que se dice o no se dice, la censura es el corte o la sanción de lo que se diga y el bloqueo es no permitir el acceso a ciertos sitios.
Si bien es posible regular, controlar, censurar y hasta bloquear el acceso a Internet, queda claro que los países que recurren a estos mecanismos ‘tienen en común dos características: por un lado, lo hacen en beneficio del poder de turno y no de los ciudadanos. Por el otro, están envueltos en crisis sociales profundas '. Turquía, Irán, China, Bahrein, Egipto, Siria, Guinea Ecuatorial, Birmania, Cuba, Etiopía, Corea del Norte y Eritrea. Incluso, menciona intentos concretos en Venezuela y Argentina.
En Turquía pueden censurar páginas web sin que medie una orden judicial, según una flamante ley. En Irán la censura es el primer paso. Primero rastrean contenidos, luego a las personas que los generaron y después viene lo peor: prisión, torturas, acoso y abusos.
Irán pretende un ciberespacio a medida, la llamada ‘Halal Web '. Allí no hay Facebook, Twitter ni YouTube. China es quizá el caso más emblemático junto con Cuba. Censura la web desde 1996. Filtran todo el contenido que circula y con esa información bloquean páginas y persiguen ciudadanos.
Bahrein: censura la red desde 2008. Sobre todo los contenidos periodísticos y los foros que usan los ciudadanos para expresarse y organizarse.
Egipto: en enero de 2011, en medio de protestas sociales, el régimen de Hosni Mubarak literalmente ‘desenchufó ' toda la Internet. Esto avivó más aún las protestas y lo expuso internacionalmente. Unos días después, el 11 de febrero de 2011, debió renunciar.
Siria: las manifestaciones en marzo de 2011 contra el poder de Bashar al-Assad, quien heredó la Presidencia después de la muerte de su padre en 2000, motivó la censura de la red, extendiéndola a toda la telefonía.
Guinea Ecuatorial: Teodoro Obiang está en el poder desde el golpe de Estado de 1979. Sabe que si no controla la información, tendrá que irse. Tiene el control de Internet y de todos los medios de comunicación del país.
Birmania: el presidente Thein Sein está en el poder desde 2011. Para tener una computadora y publicar información en Internet es necesario contar con una licencia que da el Gobierno.
Cuba: Raúl Castro es tan enemigo de la información libre y de Internet como su hermano Fidel. Pese a las promesas de apertura, acceder a determinadas páginas web y publicar información sigue siendo una misión casi imposible. Quienes logran hacerlo son perseguidos.
Cuando apareció, todos coincidían en que el Internet era un revolución, pero no dimensionaron su alcance. La posibilidad de que la información fuera libre partió en dos los esquemas secretistas de la Guerra Fría, empoderó al hombre común con aquellos que lo manipulaban, y dejó en la orfandad igualmente a quienes hacían de la ignorancia una ventaja alevosa.
Hoy, ante las consecuencias, ante la incapacidad de controlar la libertad de informarse, de pensar y de actuar surgen los Torquemadas del siglo XXI, más que belicosos, asustados por las consecuencias de haber puesto en manos del hombre una herramientas para la cual —dicen— no estamos preparados. ¡Fariseos modernos! Lo que tratan es de devolver al ciudadano común a las cavernas.
ABOGADO