• 08/11/2020 00:00

Los hilos del Imperio

Opinión editorial del 8 de noviembre de 2020

América Latina siempre ha estado controlada por los llamados anillos de seguridad del Imperio. Todo lo que se mueve o salta al final tiene que seguir el patrón diseñado para que continúe la dependencia hacia el coloso del norte. Cuando cayó la Unión Soviética, hace 30 años, se acabó el peligro del comunismo, pero para sorpresa del mundo quedaron bolsones de trasnochados intentando jugar a la fracasada dictadura del proletariado y el astuto titiritero decidió jugar con ellos y utilizarlos en su política de control. Así permitió que continuara Cuba con una supuesta autonomía, le brindó su apoyo encubierto a la Venezuela chavista y contribuyó con su enorme endeudamiento. Después le dio respaldo absoluto a la Nicaragua de Ortega, aliado incondicional de Taiwán en la región. Incluso permitió el arribo al poder de Gobiernos populistas con lenguaje revolucionario, pero respetuosos de las leyes del mercado como los de Lula, Evo, Correa, Kirchner o el FMLN de El Salvador. No hay que llamarse a engaño, siempre han manejado diestramente los hilos de control de todos los ejércitos y de los sistemas de seguridad y espionaje en América Latina. Si Estados Unidos hubiera querido acabar con los regímenes de Venezuela, Nicaragua o Cuba, hace tiempo le hubiera aplicado la receta de Sadam o Kadafi, pero no lo hizo, porque los considera convenientes a su política de control geopolítico. Ahora que Estados Unidos entró en una guerra interna, América Latina está obligada a construir su propio camino que la lleve al desarrollo, porque no tiene opción en esta nueva reconfiguración del mundo. ¡Así de simple!

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