El presidente de la República, José Raúl Mulino, dio a conocer al país la propuesta del Gobierno para la reforma al sistema de pensiones y salud de la Caja de Seguro Social (CSS), un problema postergado irresponsablemente por administraciones anteriores y que ahora debemos afrontar como sociedad.
Las mesas de escucha del Ejecutivo dejaron ver el tenor del debate hasta ahora, con posiciones encontradas y dificultades para construir consensos mínimos sobre el futuro de la CSS. No podemos repetir los mismos errores del pasado con otros debates nacionales que terminaron dilucidándose en las calles y no en las instituciones. Trabajadores organizados y empresarios deben comprender que las agendas interesadas tienen que quedar a un lado. La Asamblea debe cumplir su rol y no convertir la discusión en una baza política, mientras que el Gobierno está obligado a construir consensos reales, sin imposiciones. No se trata solamente del destino de la seguridad social, sino también de cómo las desgastadas instituciones democráticas del país canalizarán las demandas de los distintos sectores de la sociedad. La forma como se lleve esta discusión también jugará un rol clave en el éxito o fracaso del proceso. Llegó la hora de la verdad y de pensar en Panamá.

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