Los errores que se están cometiendo en torno al Presupuesto 2025 nos traerán graves consecuencias. La iniciativa del Ejecutivo, que se encuentra en su recta final de aprobación a contrarreloj, ha estado envuelta en polémicas, y las alertas están plenamente justificadas. El presidente de la República, José Raúl Mulino, pidió un Presupuesto “conservador”, sin embargo, la última propuesta entregada a la Asamblea Nacional será de $30.111 millones, por lo que se esfuma la histórica contención del gasto. Recordemos que el Presupuesto aprobado para la vigencia fiscal de 2024 es de $30.690 millones, lo que implica que la reducción es de $580 millones. Adicional a esto, lo que se vio la noche del lunes en una caldeada Comisión de Presupuesto causa suspicacia: la suspensión de las vistas presupuestarias para luego aprobar en primer debate el proyecto del Presupuesto pone en tela de juicio el rol transparente de los diputados. Y es que eliminar la sustentación de instituciones tan cuestionadas como la Unachi y el Ifarhu entorpece el proceso de fiscalización, tan necesario en un país enfermo de corrupción. No se puede condenar a la Nación a una senda de inestabilidad macroeconómica. Los recursos deben ser defendidos con una visión clara. Gobierno y Legislativo deben garantizar que no quede ninguna amenaza latente para el país en los próximos años.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones