Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
Esta semana, como todos los años, los líderes del mundo asistirán a la Asamblea General de la ONU para debatir los problemas del mundo. Una cita más bien simbólica, ante la incapacidad del organismo y sus miembros de resolver los desafíos de la humanidad. Desde las crisis migratorias en Darién y el Mediterráneo, a la debacle democrática en América Latina, Europa y Estados Unidos; los crímenes de guerra contra los pueblos de Ucrania, Yemen y Gaza. La emergencia climática y una posible recesión global. El mundo arde, no hay tiempo para paños tibios. ¿Dónde está Panamá en ese escenario? El presidente José Raúl Mulino, propone hablar de las listas grises, la crisis venezolana y la tragedia migratoria. Son temas correctos y urgentes, sin embargo, no deja de ser una visión cortoplacista para un país que asumirá un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Nuestro país tiene décadas de tener perfil bajo, imperceptible en el concierto de naciones. Falta una política exterior de Estado, en función del interés nacional y a largo plazo, que realmente ubique a Panamá en las grandes discusiones globales. Una proyección soberana y sin la sombra de ninguna potencia.