A pesar de que Panamá cuenta con una planta productora de moscas estériles del gusano barrenador del ganado para mantener la barrera biológica al este de Panamá, la plaga sigue ganando terreno y ya rebasó las fronteras. Esta realidad requiere un enfoque integral desde la parte de salud animal, pública y ambiental. La miasis (gusanera) es la enfermedad parasitoria causada por larvas de la mosca del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), que al alimentarse del tejido vivo, invade y destruye la piel de animales de sangre caliente como el ganado, animales domésticos y seres humanos. La miasis provoca cavidades profundas, infecciones severas, estrés, dolor e inapetencia. Según los especialistas, cuando la infección ocurre en el cuerpo humano, puede causar úlceras cutáneas, obstrucción de las vías respiratorias, infección en el canal auditivo, dolor abdominal, fiebre y, en algunos casos, las larvas pueden incluso migrar al cerebro. Es necesario tomar en cuenta que si se afecta el ganado, la producción de carne y de leche se compromete y entra en riesgo la seguridad alimentaria de la población. La vigilancia epidemiológica es crucial. Es fundamental que los organismos responsables de garantizar la salud del país tomen control, junto con los gobiernos locales. A su vez debemos ser más agresivos en las campañas de información y sensibilización pública. A todos esos factores hay que sumar que existe desconocimiento de los productores tras la larga ausencia de esta amenaza. La capacitación no debe dejarse en segundo plano. No pasemos por alto que esta cepa es más resistente y agresiva y que los factores de hoy (cambio climático, flujos migratorios y cambios demográficos) son muy diferentes a los de hace 20 años cuando se logró neutralizar.

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