La discusión del futuro de la Caja de Seguro Social es la oportunidad de oro de la Asamblea Nacional para empezar a revertir la mala imagen que se ha ido construyendo en las últimas décadas. Los matraqueos y negociaciones a espaldas de la gente no pueden marcar este primer debate con los diputados, que comienza hoy. Está en sus manos la responsabilidad de lograr una reforma que realmente tenga el consenso del país, tanto de las fuerzas políticas representadas en el hemiciclo, como de la población que cumplió al llamado del Legislativo para ser consultada. Toda imposición, tráfico de intereses o dilación innecesaria podría acercarnos a un peligroso escenario de inestabilidad social. No es seguir una línea de gobierno, partido o grupo económico; es legislar por Panamá. Asuman su rol o aténganse al escarnio de la historia y de la ciudadanía.

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