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- 18/05/2013 02:00
Crimen y castigo
La muerte del dictador argentino Jorge Rafael Videla, a los 87 años de edad, luego de haber pasado 10 años bajo prisión domiciliaria y 10 más en una cárcel, es una escandalosa historia de horror. Muchas naciones latinoamericanas, en la década de los setenta y ochenta, compartieron vivencias similares. La muerte de este siniestro dictador no cierra el círculo de la justicia, pues bajo su régimen desaparecieron unos 30 mil argentinos. Los juicios siguen en esa nación que le ha demostrado al mundo en democracia que la justicia sí es posible. Son crímenes donde el olvido no es una opción moral. En Argentina, en el 2012, unas 244 personas (militares en su mayoría) fueron condenadas a prisión. Este año unas 68 más esperan juicios por 789 delitos de lesa humanidad y más de 900 testigos darán su testimonio sobre una historia que no tiene aún punto final. La historia de horror de los militares argentinos es un ejemplo de que no hay justicia con impunidad u olvido.