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- 10/03/2024 00:00
‘Votar con el tenedor’
En estos momentos de campaña electoral, es oportuno que las personas comprendan que pueden influir en la definición de la política alimentaria nacional. Sabemos que los temas de alimentación son importantes para todos, pero por razones distintas, la gente en general no se involucra en estos temas. La pregunta clave aquí es saber de qué manera podemos como ciudadanos y consumidores, actuar o influir para mejorar nuestro sistema alimentario.
Una forma efectiva sería votando por aquellos candidatos que de verdad entienden y quieren cambiar nuestro sistema alimentario. En inglés existe la expresión vote with your fork (votar con el tenedor), que significa votar por los candidatos que consumen y comen lo que es correcto, y abogan por una producción y distribución de alimentos que es sostenible y saludable para todos. Cuando votas de esta manera, apoyas a los agricultores, procesadores, productores y chefs de restaurantes que están trabajando para crear un mejor sistema alimentario. Y haciendo eso das el ejemplo, ayudas a que sea socialmente aceptable preocuparse por los problemas alimentarios y facilitas que otros compren en mercados de productores, cultiven alimentos en casa, dejen de comprar comida chatarra y enseñen a los niños a cocinar.
Parte de asumir esa responsabilidad personal por la elección de alimentos saludables también significa asumir la responsabilidad social. Porque cuando actúas de esa manera, facilitas que todos los demás hagan lo mismo que tú haces. ¡Y sí!, una persona hace la diferencia.
Mi ejemplo favorito es el trabajo que realizó mi sobrina Natasha Carles en New Jersey, cuando estudiaba su posgrado en la Universidad de Rutgers y tenía una parcela de tierra donde cultivaba, investigaba (y promovía) políticas públicas para incentivar el cultivo ecológico de hortalizas. Igualmente aquí en Panamá hay decenas de ejemplos, como Andrés de la Guardia (Verdes & Co, Lourdes Guerra (La Granjerita) y Jonathan Kardonski (Panama Naturals) que día a día hacen la diferencia en cada una de sus fincas al promover una producción de alimentos saludables. Es muy fácil ser complaciente y quedarse esperando para que los políticos decidan sobre unas leyes populistas y terminen creando subsidios irracionales y regulaciones absurdas que no ayudan a los productores ni consumidores, y mucho menos a los animales y al planeta. Mi opinión es que mientras existan esas políticas clientelistas, las personas nunca aprenderán a cultivar y mucho menos a comer bien.
Como ciudadanos tenemos ahora la oportunidad de ver y buscar en el abanico electoral, quiénes son esos candidatos que apuestan por una mejor alimentación. Por ejemplo, preguntémonos qué candidatos son los que tienen la alimentación escolar como una de sus prioridades. Las escuelas son importantes porque los niños están allí todo el día y dan un ejemplo para toda la vida. Si tienes niños en la escuela, fíjate en lo que comen porque le vendría bien una mejor comida. Se supone que todas las escuelas deben tener kioscos escolares y políticas de bienestar. Pues entonces, descubra cuáles son y hable con el director, los profesores y los padres sobre cómo mejorar el acceso a una alimentación más saludable y a más actividad física.
Otro tema que debemos averiguar es cómo mejorar instituciones como el ministerio de Desarrollo Agropecuario. Preguntémosle a los candidatos presidenciales a quién, de ganar las elecciones, escogerían para ocupar la cartera agropecuaria. Y la de la salud también. Y por supuesto la de educación. Porque si sabemos de antemano quiénes serán esos ministros, sabremos con antelación qué esperar.
Igualmente, nos podemos interesar en conocer qué grupos y organizaciones dedicadas a cuestiones de alimentación y producción están participando activamente en el acontecer nacional. El Movimiento de Alimentación Saludable y otros más han publicado guías para comenzar a desarrollar políticas de bienestar nutricional. La idea es convertir esas políticas prácticas en políticas nacionales. Actualmente estos grupos preparan iniciativas para abogar por cambios como el etiquetado de alimentos, eliminación de grasas trans, y promoción de productos orgánicos.
Vivimos momentos en que debemos pensar cómo crear un sistema alimentario más saludable. En consecuencia, todos debemos ejercer un lobby firme para defender los beneficios existentes y obtener una mayor proporción de lo que está disponible. Para tal efecto, exijamos que los candidatos escuchen nuestra voz y busquemos un tiempo para identificar los que comparten nuestros puntos de vista y estén dispuestos a luchar duro por ellos.
La capacidad de los individuos, actuando individualmente o en conjunto, de ejercer derechos democráticos como ciudadanos encierra grandes esperanzas de lograr un equilibrio de poder más equitativo en asuntos relacionados con la alimentación y la salud. Únase al movimiento alimentario. Utilice el sistema para trabajar por lo que crea que es correcto. Actúe solo o únase a otros, pero participa. Y haz la diferencia.