• 08/07/2022 00:00

UP: Evaluación o ponderación de los programas de posgrado

Los títulos de posgrados representan la validación formal de un esfuerzo personal de profundizar en conocimientos especializados

Quiero referirme al artículo “Nicaragua, nuevo guía de abogados procesalistas y penalistas panameños” publicado por La Estrella de Panamá y suscrito por el abogado y docente Emanuel Castro. El texto enfila contra la labor de fiscalización, homologación y evaluación de los títulos señalando que: “...Actualmente para la Universidad de Panamá, un título de una maestría del Instituto de Estudio e Investigación Jurídica, INEJ, tiene el mismo valor que un título de maestría de Harvard, de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM o de la Complutense, en el respectivo área del conocimiento”.

Lo primero que debo señalar es que, en ninguna parte del artículo, encuentro una referencia crítica al contenido curricular de las maestrías que ofrece la institución que demerita, ni respecto a la calidad de su planta docente, lo cual sería el sustento académico lógico para la descalificación.

Los títulos de posgrados representan la validación formal de un esfuerzo personal de profundizar en conocimientos especializados, cuya validación material, deberá reflejarse en ejecutorias profesionales, académicas e intelectuales de excelencia. Ningún título de Harvard, ni de la Sorbona, ni del INEJ garantiza que ello ocurra.

De manera que la pretensión del profesor Castro de que, la Universidad de Panamá establezca un índice de ponderación en el cual, un título de Harvard sea mejor que uno de la UNAM, y tal o cual mejor que, uno de Costa rica y así, de mejor a peor en una ponderación casi infinita de millones de títulos de miles de Instituciones de nivel superior resulta, además de impracticable, un sin sentido pues, la producción intelectual del titulado no viene asegurada por la fama de la institución que lo tituló.

Lo peor de la idea es que conduce a un elitismo perverso en que, los que acceden a Yale o Harvard, serían los primeros en la fila y luego, en escala descendente los demás, incluidos los poseedores de títulos de posgrado de nuestra propia Universidad.

Otro aspecto es el de la función social del conocimiento y que atañe a la misión y visión de la Universidad de Panamá. Desde este horizonte de visibilidad y finalidad, las perspectivas epistemológicas, la producción teórica, los objetivos curriculares de Harvard no pueden ponderarse de mejor calidad, por ejemplo, que los estudios de postgrado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) institución dedicada durante décadas al estudio, investigación y producción teórica sobre la realidad latinoamericana. En igual sentido, a menos que la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá, necesite docentes en “administrative law,” una maestría de Derecho Administrativo de muchas Instituciones de educación superior latinoamericanas, incluida el INEJ comporta más valor para nuestras necesidades académicas y de la administración pública panameña que, un máster de Harvard; por la sencilla razón de que, los fundamentos doctrinales, principios y control jurisdiccional de los actos de la administración son totalmente distintos al sistema jurídico norteamericano.

Abogado y docente de la Universidad de Panamá
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