• 26/01/2021 00:00

Unámonos para defender a la CSS

“Las medidas paramétricas no son la salida […], […], ya en otros países han aplicado estas medidas y hoy, con la pandemia su situación ha sido más grave”

En el año 2005, el sector empresarial, dentro y fuera del Gobierno, hizo campañas indicando “la gravedad en que se encontraba la Caja de Seguro Social (CSS)”. Luego de grandes movilizaciones, huelgas, a nivel nacional por parte del sector docente, trabajador, de las y los servidores públicos y el pueblo en general, el Gobierno de Martín Torrijos tuvo que retroceder en las reformas que había hecho y conformar una mesa que dio como resultado la Ley 51 del 27 de diciembre de 2005. Esta Ley surge en un contexto de maniobras, como las que quieren hacer ahora. En aquel momento impusieron los dos pilares, eliminando el sistema solidario. A casi 16 años después, la Ley 51 ha sido un rotundo fracaso.

La señora Aida Maduro, representante del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) ante la Junta Directiva de la CSS, señaló lo siguiente: “El presidente pidió que no se tomaran en cuenta las medidas paramétricas, pero tiene que ser una solución obligada, así sea gradual o programada en un menor tiempo, en el aumento de cuotas, pero sí se tendrán que adoptar estas, porque no podemos quedarnos parados en el tiempo”. (La Estrella de Panamá, 22 de enero 2021).

¿Qué son las medidas paramétricas? Son aquellas medidas que se imponen a las y los trabajadores, buscando obtener supuestas mejoras. No obstante, estas van en detrimento de las y los trabajadores. Implican, entre otras cosas: aumentar la edad de jubilación para hombres y mujeres por igual (Entre 65-70 años, aún no lo sabemos), aumento de la densidad, de la cuota obrero patronal, y rebajar las pensiones que se reciben luego de una vida de trabajo. Es decir, son una serie de medidas que en nada apuntan a garantizar mejores condiciones de vida de las y los trabajadores.

Antes de la pandemia, el Dr. Lau indicó que cotizaban a la CSS un millón doscientos quince mil aseguradas/os. Después de diez meses de pandemia más de 263 mil trabajadores tienen contratos suspendidos; es decir, no han estado cotizando a la Caja. Se calcula que el desempleo ha subido del 7,6 % al 18,5 % de la fuerza laboral y el empleo informal es de 52,8 %. Ante esta realidad las y los trabajadores no podemos seguir cargando con la crisis de la COVID-19, asumiendo tales medidas paramétricas.

Las medidas paramétricas no son la salida a la situación de la CSS, como las medidas adoptadas en el 2005 tampoco lo fueron, ya en otros países han aplicado estas medidas y hoy, con la pandemia su situación ha sido más grave. En el fondo con estas medidas lo que se busca es privatizar los distintos servicios que presta la Caja, como, por ejemplo, laboratorios, rayos X y resonancias magnéticas, entre otros. Con estas privatizaciones las y los asegurados tendríamos que asumir costos similares a los que cobran los centros de salud privados, los cuales son tan altos que difícilmente estaríamos en condiciones de pagarlos y mucho menos una hospitalización. Este es parte del negocio que busca el sector empresarial: obligar a las y los trabajadores a ir a la medicina privada.

Es importante resaltar que antes de dar inicio al diálogo por la CSS lo dividieron en dos: la mesa de administración y la mesa de la salud, pese a que las y los trabajadores hemos demandado que para participar en el diálogo requerimos: 1) Que no se fraccione la discusión de la Caja de Seguro Social, ya que para darle respuesta a las y los asegurados de manera satisfactoria debe analizarse de forma integral. 2) En el diálogo deben participar las y los verdaderos dueños y actores de la Caja, nos referimos a trabajadoras, trabajadores, las y los pensionados y jubilados, trabajadores de la salud, empleadores y el Gobierno. 3) La moderación debe ser definida por los actores del diálogo y todo el proceso debe ser despolitizado partidistamente; o sea, no debe haber representación de los partidos políticos.

La Caja de Seguro Social es la columna vertebral del pueblo panameño, de allí que se requiere la unidad, la firmeza, el conocimiento y propuestas que sean defendidas por todas y todos los que aspiramos y deseamos una institución que sea humanista, solidaria, universal y pública. Es el momento de estar alertas, de defender la Caja y de demandar la vuelta al Sistema Solidario como una forma de revertir el gran daño que hicieron con la Ley 51 del 27 de diciembre de 2005.

Secretaria general de la Central General Autónoma de Trabajadores de Panamá (CGTP).
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