• 28/03/2018 02:00

‘Mide tus palabras, no sea que malogren tu destino'

Las últimas semanas estaban pletóricas de palabras altisonantes, pero el que derramó el vaso fue el nuevo director del Idaan

Una frase que aprendí hace mucho tiempo decía muy claramente: ‘Cuida tus palabras, no sea que malogren tu destino'. Lamentablemente, muchos de nuestros principales personajes públicos ignoran este enunciado, que se está convirtiendo en una frase lapidaria.

Demostrando una inopia supina, hemos escuchado algunos personajes lanzando frases o sentencias que luego, a corto plazo, se han convertido en un búmeran contra su propia personalidad.

En atención a nuestra profesión de comunicador, desde hace mucho tiempo, no nos sorprenden muchas de estas manifestaciones de algunos sujetos que luego son objeto de múltiples comentarios en su contra o que afectan a quienes pululan en su entorno.

Algunas frases son amenazantes como la del presidente Varela, cuando señaló que utilizaría todo el poder de su posición en contra de un pequeño grupo de diputados. Ni ha podido utilizar su poder, como bravuconamente lo expresó, y se equivocó cuando señalaba que era un pequeño grupo de diputados que se oponía a sus decisiones. Todo lo contrario, era la gran mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional que lo estaba increpando.

A corto plazo tuvo que tragarse las intenciones de sus palabras cuando anunció prácticamente que no enviaría candidatos a magistrados a la reorganizada Comisión de Credenciales, origen de sus desafortunadas palabras.

En algunas ocasiones las frases pueden expresarse con intención, principalmente para provocar un barullo que nuble el ambiente de una situación determinada.

Para enfrentarse a la disminución que se experimenta en la economía nacional durante los últimos meses, el ministro de Finanzas nos dice que somos un país rico, el de mayor riqueza en el área. No logró su efecto. Todo lo contrario, cometió el desliz de llamar ‘mentecatos' a quienes criticaron su enunciado, y con su respuesta quedó peor parado.

Otro ministro, caracterizado por desplantes y posiciones de superioridad, acusó de ñañecos a quienes lo criticaban, y les agregó que ‘van para el cielo y van llorando'.

Otro dijo infelizmente que nunca había caído en un hueco, refiriéndose a las calles de la ciudad.

Las últimas semanas estaban pletóricas de palabras altisonantes, pero el que derramó el vaso fue el nuevo director del Idaan, quien, como la anterior directora, culpa a otros de la incapacidad de mejorar los servicios de esta importante entidad. Este último acusó como derrochadores de agua a quienes utilizan piscinas de plástico, en las áreas ‘marginadas'. Craso error. Tuvo que pedir perdón y hasta el Ministerio de la Presidencia tuvo que hacer una aclaración.

La anterior directora del Idaan dijo varias veces que el panameño se bañaba demasiado y por eso no había suficiente agua en el resto de la ciudad.

Como se dice vulgarmente, todos son unos ‘mete pata' y lo único que logran es enfatizar que desde el presidente de la República hacia abajo ninguno está cumpliendo con sus obligaciones de funcionario.

PERIODISTA

Lo Nuevo