El tema alterno latinoamericano

El presidente Santos de Colombia fue el primero en mencionar, durante su discurso en la VII Cumbre de las Américas, la importancia de analizar regionalmente el tema del cambio climático, sus implicaciones y riesgos continentales. Su enfoque no se quedó en este punto, sino que consideró la necesidad de incluirlo en las agendas de desarrollo de los países y construir una propuesta común para llevar a la próxima reunión de las Partes en París.

El estado de vulnerabilidad que evidencian distintas zonas en cada uno de los países; los gastos no previstos en los presupuestos para atender las afectaciones, destrozos y derrumbes de infraestructura, producto de inundaciones, tormentas, incendios de vegetación; el empobrecimiento de las poblaciones frente a las pérdidas que ocasionan estos sucesos y nuevos problemas de salud a causa de variaciones en el clima, hacen urgente estas acciones.

El fenómeno de nuevos niveles de calor en la atmósfera, a consecuencia de un excesivo maltrato al ecosistema por parte de las actividades humanas, ha alterado las constantes en el comportamiento del clima y éste ha respondido al modificar sus condiciones, así como el normal desenvolvimiento de la naturaleza. Ya es imposible prever y, por tanto, hacer cálculos, basados en indicadores reales o esperados. El pronóstico es ahora un acertijo.

Solo la generación de los gases que emanan de las prácticas productivas y que deben irse a las partes altas de la atmósfera, pero que regresan para trastornar las condiciones, se convierten en un indicativo anómalo, porque evidencian un impacto sobre las propias comunidades. Así lo planteó la presidenta Rousseff, al resaltar que esta nueva realidad climática ‘atribuye penalidades' a los pueblos donde viven los sectores más necesitados.

El esquema económico dominante crea un desmesurado deterioro del entorno y en proporciones increíbles. Grandes bosques, extensiones de pantanos, amplios terrenos planos y laderas montañosas desaparecen para crear fábricas, nuevos establecimientos o diferentes esquemas de actividades que producen emanaciones.

Al comparar estos rápidos emprendimientos que transforman el panorama con la evolución de la naturaleza y su consecuente deterioro, se llega a la conclusión de que existe un enfrentamiento entre el desarrollo y el ambiente. En los países industrializados se piensa que no se puede detener la realidad productiva y se han forjado teorías que niegan la relación entre esa ‘prosperidad' y la merma del desenvolvimiento de los procesos biológicos.

En América Latina el balance es negativo, como lo han advertido los presidentes en esta cumbre y la atención a los escenarios eventuales, desvía cualquier plan de desarrollo. Sin embargo, hay posibilidades de construir una agenda paralela hacia formas más limpias donde asentar la dinámica; siempre y cuando se cambien los esquemas.

El mandatario estadounidense Obama lo puntualizó: ‘Podemos ayudar con los asuntos de la energía limpia', dijo y agregó, ‘... estamos ayudando a combatir el cambio climático...'. Es un asunto que requiere toda la atención gubernamental. El jefe del Ejecutivo panameño también lo consignó y durante los últimos meses lo ha recalcado y convertido en política al crear el Ministerio de Ambiente.

No solo en el caso local se ha elevado el tema a una dimensión ministerial, sino que en la ley que establece esa nueva política se crea, por primera vez en el ámbito de Gobierno, un capítulo dedicado a definir y asignar tareas ejecutivas para hacer frente al cambio climático.

La Cumbre de las Américas propuso, a los diferentes foros paralelos, la discusión de opciones e impulsar estrategias contra el problema común, sin menoscabar el desarrollo comunitario y la reducción de la vulnerabilidad. Este nuevo modelo limpio garantiza un futuro donde se pueda vivir con mayores posibilidades y sin los peligros que ahora se enfrentan. Es un paso positivo, emanado con entusiasmo del magno escenario presidencial celebrado en Panamá.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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‘Grandes bosques, extensiones de pantanos, amplios terrenos planos y laderas montañosas desaparecen para crear fábricas...'