• 29/12/2024 00:00

Reflexiones sobre los principales desafíos del año venidero

Hoy comienza la última semana del año y el pronostico para el año venidero es, por decir lo menos, reservado, pues hay por lo menos cuatro desafíos importantes, y una nueva amenaza -todos de gran envergadura- que deberemos enfrentar juntos y resolver para avanzar en el desarrollo sostenible para todos los panameños.

Dicho lo anterior, dedico el resto de esta glosa a reflexionar brevemente sobre la crisis financiera de la CSS, el futuro de la minería metálica, la inseguridad ciudadana, la modernización de nuestro Canal y las amenazas del futuro inquilino de la Casa Blanca. Es probable que me quede corto, me falten argumentos y otros desafíos. Lo importante es hacer un llamado a la acción inteligente -respetando las leyes de la democracia que disfrutamos-, pues se nos vienen tiempos difíciles y no podemos seguir apáticos, limitados al intercambio de mensajitos en las redes sociales.

Sobre el programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la CSS, es imperativo aceptar que, si no se aprueban las reformas a tiempo, nos quedaremos sin fondo de pensiones. Para superar esta situación hay tres soluciones y dos condiciones, todas conocidas y absolutamente obligatorias. Las soluciones de cumplimiento obligatorio son: aumentar la edad de jubilación, aumentar la cantidad de cuotas y aumentar las tasas de aportaciones del trabajador y empleador. Todas requieren de un modelo de desarrollo económico que genere los suficientes empleos. Igualmente, crítico para aumentar los ingresos de la CSS es la inversión de los fondos de pensiones en activos rentables, como bonos, acciones o bienes raíces, para generar mayores rendimientos y aumentar los recursos disponibles para el pago de las pensiones, y mejorar la eficiencia administrativa de la institución, eliminar el clientelismo político y la corrupción impune en la gestión.

Sobre el asunto de la minería, no podemos ignorar que necesitamos los ingresos que nos ofrecería una minería metálica sostenible, y no podremos enfrentar con éxito las demandas que se nos vienen. Por eso, estamos obligados a analizar -sin apasionamientos ni agendas políticas- si es posible desarrollar un enfoque holístico para la extracción de minerales metálicos, que busque minimizar los impactos negativos en el medio ambiente y en las comunidades, mientras se promueven prácticas responsables y éticas. En todo caso, si podemos avanzar y progresar sin la minería metálica, pues avancemos. Pensemos además qué tendríamos que promover y llevar a cabo para lograr el desarrollo con justicia y equidad y sin minería metálica en nuestro territorio, pues lo que nos estamos jugando es el futuro del país. Por otro lado, la inseguridad en Panamá aumenta cada año, como lo demuestra la percepción de la inmensa mayoría de los ciudadanos, los cuales sienten y afirman que viven en un país cada vez más inseguro. Esta precepción de violencia y criminalidad queda demostrada por la ocurrencia de homicidios en Panamá, que se está convirtiendo en un grave problema de salud pública en los últimos años. Esta situación requiere de intervenciones efectivas para resolver las principales condiciones que contribuyen a explicar este fenómeno, que causa en promedio más de 500 muertes cada año.

Para prevenir el crimen y reducir los homicidios en Panamá será necesario que abordemos los factores que los determinan, como la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades, la violencia social, la cultura de la violencia, la salud mental, el consumo de drogas y alcohol, la historia de violencia, el acceso a armas, el pandillerismo, la presencia de grupos criminales, la corrupción y la impunidad.

Mas importante que cualquier emprendimiento que llevemos a cabo será garantizar el funcionamiento efectivo y permanente de nuestro canal. Representa una fuente significativa de ingresos para el Estado panameño. Estos ingresos se utilizan para financiar proyectos de desarrollo e inversión social. Genera miles de empleos directos e indirectos en áreas como la operación, mantenimiento, logística y turismo. Facilita el comercio global al reducir los tiempos y costos de transporte de mercancías entre el Atlántico y el Pacífico. Esto beneficia a Panamá al convertirlo en un centro logístico importante que, además, atrae -por su importancia para el comercio mundial- inversión extranjera en sectores como la logística, el transporte marítimo y los servicios financieros.

En ese contexto, para garantizar todos los beneficios que nos ofrece nuestro canal, será fundamental ser conscientes de los desafíos que plantea la dependencia de esta infraestructura. Diversificar la economía, promover la innovación, fortalecer las instituciones, mantenernos competitivos en términos de costos, eficiencia y seguridad para conservar su atractivo, invertir en educación y proteger el medio ambiente, son claves para asegurar un desarrollo sostenible e inclusivo para Panamá.

Finalmente, están las lamentables amenazas del futuro inquilino de la Casa Blanca. Aunque desafortunadas y falaces, no podemos ignorarlas y debemos prepararnos para el debate; tanto bilateral, como multilateral, aprovechando todos los espacios que estén a nuestro alcance, incluyendo nuestra participación en el Consejo de Seguridad de la ONU. Ya lo hicimos hace varios lustros y toca retomar y renovar los argumentos. “El Canal es de los panameños, y seguirá siendo de los panameños”.

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