• 28/06/2017 02:03

Victoria, la orquesta de tango

Cada una impondrá un hilarante, dramático, apesadumbrado o trágico episodio.

Complejo, confuso, mezcla de baile de salón por la coreografía que se arma a su alrededor y popular en cuanto al enfrentamiento de parejas y de sentimientos. Con una variedad de sonidos que hablan de sus raíces extrañas e involucran diversos matices que coincidieron en la confluencia de las dos ciudades a ambas orillas del río de la Plata, cada una con sus manifestaciones particulares para darle una identidad precisa.

El tango es ese ritmo que ‘nació entre las clases bajas de ambas ciudades como una expresión originada de la fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas, auténticos criollos e inmigrantes europeos', dice la nominación para declararlo patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Para el escritor Ernesto Sábato es un híbrido, ‘una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca y excepcional'.

Pero las melodías tienen la potestad de construir un argumento en torno a las vivencias, las sensaciones que experimentan los individuos, grupos humanos de sectores específicos que se viven en forma muy especial y con el acento que brinda el grupo que interpreta. Por esa razón es posible expresarlo desde diferentes perspectivas armónicas. Cada una impondrá un hilarante, dramático, apesadumbrado o trágico episodio.

La Orquesta Victoria fue el segundo capítulo de una trilogía sobre ese ritmo que ofreció World Music Panamá 2017 como cuarto concierto de su programación para este año que Óscar Producciones, S.A. lleva adelante y que tuvo como local el Ateneo de la Ciudad del Saber el pasado jueves. Fue una modalidad diferente, pues melódicamente presenta variaciones de los sextetos en que se acostumbra escuchar esa música.

Este grupo orquestal cuenta con once instrumentos, cuatro violines, dos bandoneones, viola, cello, contrabajo, un extraño clarinete bajo y piano. En conjunto dan una dimensión más amplia por la capacidad de crear los sonidos característicos de las composiciones, pero con un respaldo sinfónico que se esparce por toda la sala y genera la teatralidad detrás de la historia propuesta por la canción.

Su haber es amplio e incluye varios discos y presentaciones en vivo en escenarios del continente, Europa (Alemania y Austria), Rusia (Moscú y San Petersburgo) y Estados Unidos (Nueva York, Chicago y San Francisco). Los álbumes han sido hasta ahora En vivo en café Vinilo, Orquesta Victoria, La media cuadra inmortal, Tangos de Débora Simcovich, Noelia Moncada, En vivo en Uruguay con Osvaldo Peredo.

En su presentación en Panamá, el conjunto trajo la voz de Osvaldo Peredo, un hombre de una vasta experiencia y personaje de la bohemia bonaerense a mediados del siglo XX. Desde el inicio, el enganche con el público fue inmediato. Tanto la orquesta en su primera pieza o cuando el cantante inició Patotero sentimental, se apreció la conjunción y el cuidadoso enlace de diferentes armonías que ajustan la intensidad a voluntad.

Hugo narra las fases y la manera como el equipo de integrantes de Victoria se acopla hasta, incluso con instrumentos extraños, de la calidad del clarinete bajo que protagonizó una de las intervenciones para dejar sentir su protagonismo en medio del rítmico acompañamiento de los otros. El piano impone el ambiente, los bandoneones marcan la pauta y las cuerdas abren o estrechan el acento melódico.

No es necesario ampliar este colectivo hacia un gran formato. Los éxitos clásicos y las modernas composiciones cuentan con los arreglos o enfoques sonoros que dan la caracterización propia a Victoria. Cambalache de Discépolo o Cuesta abajo de Gardel y Le Pera, así como las propuestas del propio grupo le dan versatilidad en la interpretación y un manejo muy particular a los temas.

Es una experiencia irrepetible ese concierto de once maestros y una voz prodigiosa en torno al tango de ayer, hoy y el futuro.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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