• 19/02/2011 01:00

Súper poderes de Martinelli

El presidente Ricardo Martinelli, se dice, controla no solo el Poder Ejecutivo, sino también el Legislativo y el Judicial y ello le ha m...

El presidente Ricardo Martinelli, se dice, controla no solo el Poder Ejecutivo, sino también el Legislativo y el Judicial y ello le ha merecido innumerables cuestionamientos de parte de sus opositores y de algunos medios de comunicación, en el sentido de que prácticamente se le acusa de estar convirtiéndose, o que ya se ha convertido, en un dictador civil.

Pero resulta que la Constitución que heredamos de los militares es absolutamente presidencialista, y lo digo a manera de crítica, por lo que no se le puede culpar únicamente a él. Tampoco ninguno de los gobiernos democráticos posteriores a la dictadura, ha hecho algún esfuerzo por cambiar esta situación, pues tales poderes presidencialistas y cuasi dictatoriales, les facilitó enormemente el logro de sus objetivos y planes de gobierno, hayan sido estos buenos, mediocres, malos o muy malos, y así hemos visto que cada uno de los que han desfilado por la Presidencia ha actuado a su absoluto antojo en cuanto a todos los temas que se les pudieran presentar.

Sin irnos muy lejos, tomemos el más reciente, el del hijo del dictador, quien también nombró a magistrados de la Corte y a la procuradora de su simpatía, sin suficientes credenciales para que asumieran estas altas posiciones, logrando con ello también, el control de los tres poderes del Estado. Pero además controlaba mayor cantidad de alcaldías, Concejales y representantes de corregimientos que Martinelli, todo como resultado del malicioso sistema electoral de la dictadura, que tampoco ninguno de los gobiernos posteriores ha querido cambiar, pues todos esperan que a ellos los beneficiará en un momento dado. Tenía, además, gran influencia sobre el Tribunal Electoral, que Martinelli no la tiene, sin que se interprete que pretende poner en duda la eficiencia del Tribunal Electoral; solo estoy señalando un hecho público y notorio.

Como si lo anterior no fuera suficiente, un buen día decidió arrebatarle la P.T.J. al Órgano Judicial y constituir una nueva institución que la denominó: D.I.J., pero como dependencia, ahora, de la Policía Nacional; o sea, directamente del Órgano Ejecutivo que él representaba en aquel momento y debido a ello no podría ninguna otra dependencia investigar al Ejecutivo, sino ellos mismos.

Lo peor fue que para disimular esta acción arbitraria la denominó Dirección de Investigación Judicial, nombre por demás engañoso, puesto que, al haber dejado de ser dependencia de aquel órgano y haber pasado directamente al control de la Policía Nacional, debió habérsele denominado algo así como: ‘Dirección de Investigación Policial’, pero no judicial.

Curiosamente, en su momento nadie señaló semejante falla ni montó campañas mediáticas, como las que han montado ahora a Martinelli.

En mi opinión, la institución investigativa debería ser restituida al Órgano Judicial, a la vez que se adecente el mismo, para hacer real y efectiva la independencia de poderes, tal como lo mandata la Constitución; y el momento es oportuno para ello, debido a que se anuncian nuevas reformas constitucionales, que ojalá no vuelvan a ser solo otro maquillaje más de tantos.

*EMPRESARIO.

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