El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
Diciembre, mes de paz y amor en el que se celebra el Día de la Madre y el nacimiento del Niño Jesús. Mes de serenatas, villancicos, desfiles, arroz con guandú, jamón, tamales, regalos y alegres bombas navideñas. Y como siempre, se hará presente el rubicundo Santa Claus. Tal como marchan las cosas en nuestro país, creo que esta Navidad será algo diferente; las modificaciones a la Caja de Seguro Social, asunto que nos tiene sobre ascuas no logra consenso hasta ahora y los serruchos ya están haciendo su tarea. Empezando el mes, el revuelo por el regalo a 17 educadoras de 17 automóviles fabricados en China, gestionado por la alborozada ministra de Educación, Lucy Molinar. Creo que la bien intencionada ministra no imaginó el “congo” que alborotaría; es obvio que no fue advertida de que la Ley No. 33 de 25 de abril de 2013 (Transparencia, Código de Ética) prohíbe a funcionarios recibir regalos directa o indirectamente. Cuántos agradecimientos y elogios hubiera recibido la ministra si el valor del regalo, en vez de autos, los hubiera destinado a reparar algunas de las escuelas. Algo es algo. A esto se suma que siguen en el candelero los millones ($ 241,724.400) puestos a buen resguardo para destinarlos al programa escolar de laptops sobre el que opiné en mi escrito “De Laptops y terquedad” (La Estrella de Panamá (1/12/2024) .
Fue sorpresa el manifiesto enojo del siempre ecuánime y sereno ministro Chapman, enojo justificado por las provocaciones del asilado expresidente Martinelli a quien parece habérsele agotado la paciencia por su encierro forzado en la embajada de Nicaragua desde febrero 2024, situación que tal vez creyó poder resolver en un pim pam pum y no ha sido así. Ojalá su can, el simpático Bruno logre bajarle la temperatura con su terapéutico afecto canino. El presidente Mulino hace bien en mantenerse al margen de los pleque pleque judiciales del señor Martinelli.
Me sorprendió que el Ministerio de Desarrollo Social suspendiera, y sin aviso previo, la ayuda económica a personas con discapacidad severa no consideradas dentro de la calificación de pobreza extrema. ¡Se me hizo un nudo en la garganta al ver la escena de las personas afectadas por esta situación! Me costaba creer lo que mostraba la pantalla del televisor y me preguntaba cómo se estarían sintiendo los familiares de parientes con discapacidad severa, que en esos momentos trataban de asimilar la mala noticia. De manera oportuna la ministra Carles anunció que había logrado los fondos para resolver la situación. ¡Aleluya!
La Ley 39 de 14 de junio de 2012, programa “Ángel guardián”, creada durante la presidencia de Ricardo Martinelli, es el programa de asistencia económica para personas con discapacidad severa en condición de dependencia y pobreza extrema. La ayuda consiste en B/.80.00 mensuales pagados trimestralmente, ($240.00) para que tengan acceso “a sus necesidades básicas de alimentación, medicamentos y acceso a los servicios”. La “corresponsabilidad” indica que deben asistir regularmente a revisiones periódicas cuando la discapacidad lo permita; si es discapacidad severa, “podrán ser visitados por el equipo técnico”. En mi mente se fue formando un mosaico de escenas de hogares con pacientes con retardo mental, niños paralíticos, ciegos, jóvenes con parálisis cerebral, etc. ¡En hogares de pobreza extrema $80.00 mensuales solo sirven para no morir de hambre! ¿Alcanzan para medicinas, transporte y necesidades básicas de aseo, por ejemplo? Y tal como lo dijo una del grupo que estaba allí para protestar por la sorpresiva medida que excluyó a los no considerados en “pobreza extrema”, esa ayuda no cubre ni de cerca los gastos de familiares que, según la condición, requieren pañales desechables, alimentos especiales, tanques de oxígeno, medicamentos, agua, electricidad, silla de ruedas, etc.
Lo sucedido con los beneficiados con Ángel Guardián me hizo recordar una tira cómica con intención de crítica que mostraba una discusión doméstica para reducir los gastos ¡y la señora de la casa proponía dejar de comprar alpiste para el pajarito! Ojalá que los recortes no vayan camino al alpiste del gobierno sino a meterle tijera a renglones “peso pesado”, como por ejemplo gastos ¡mensuales! de, entre otros, los diputados Nelson Jackson $79,733.00; Arquesio Arias (de ingratísima recordación); 68,383.00; Ariel Vallarino, $67,253.00; Francisco Brea, $65,867.00, y Julio de la Guardia, $65,173.00, datos suministrados, aunque usted no lo crea, ¡por la Contraloría! Y multiplique esto por 12 meses. ¿Y qué tal poner orden en la paveadera y descontar a los diputados los días que no asisten a su “oficina de trabajo”? Y calibrar bien los “viajes oficiales” para irse a turistear. Hay gastos superfluos de donde recortar lo que hace inaceptable que se exija ser “de pobreza extrema” para auxiliar a los que sufren alguna discapacidad severa.
Según pintan las cosas, el plazo señalado por el Ejecutivo para reformar la Ley Orgánica de la CSS no se cumplirá; hay mucha resistencia ciudadana y de ñapa, un grupo de diputados del RM (con el conspicuo Camacho en primera fila) y sus aliados PRD, le están moviendo el piso al presidente Mulino. Este es el poco tranquilizador panorama para diciembre 2024 que auguro no será un rifirrafe.