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- 09/10/2023 00:00
Un sistema educativo distraído
Frederick Douglas, en unos de sus enunciados, manifestaba lo siguiente: “La educación es el único camino para escapar de la esclavitud mental”. Una de esas reflexiones sobre la educación que ve este fenómeno como una herramienta de emancipación que nos ayuda a ser libres.
Al intentar observar con claridad el significado del término libertad me llama la atención lo dicho por José Martí, el cual expresaba que es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía. Este pensamiento resulta interesante de analizar, aunado a la postura que hoy manifiesta con determinación, el Dr. Julio Manuel Góndola Vega, especialista en currículo de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá.
El Dr. Góndola como especialista, en una de sus recientes intervenciones, contagiaba el auditorio con algunas frases relevantes, entre ellas manifestaba que no es necesario la vinculación con otros países, entre ellos los europeos, ya que la realidad es que no estamos allá, sin embargo, efusivamente nos decía, lo que pasa es que estamos en Panamá, vivamos nuestra propia realidad y enfoquémonos en soluciones tangibles.
Sin disipar mis pensamientos en ese momento, delante de una población educativa, resuena en mi mente algunas reflexiones, las cuales considero dignas de compartir con ustedes.
Inicialmente resalta mi postura nacionalista, pero logro puntualizar un escenario real, el cual actualmente vivenciamos como profesionista de la educación. Por ejemplo, debemos clarificar que nuestro sistema educativo, reclama 44 años de espera por una verdadera reforma educativa, siendo la última reforma educativa de 1979, la cual fue impulsada por el gobierno militar de Omar Torrijos.
La reforma fue derogada el 9 de octubre de 1979, por una presión popular del pueblo panameño, retornándose a la Ley 47, de 24 de septiembre de 1946, Orgánica de Educación.
Otro enfoque propuesto para discusión sería la desvinculación de realidades curriculares educativas, citando como ejemplo lo que pasa en la provincia de Colón, ciudad donde se resalta el servicio tecnológico, portuario, turismo, comercial, industrial y recientemente el minero.
Este escenario nos produce interrogantes significativas, entre ellas el inicio del despegue de una correcta adaptación curricular, la cual responda a las necesidades educativas regionales de acuerdo con sus propias características, más allá de la permanencia de criterios subjetivos de un sistema habitual que para mi concepto se ha quedado corto en su accionar.
No cabe duda de que queda en entredicho las prioridades educativas que cada gobierno considera al manejar su propia estructura ideológica cada cinco años, luego de manera desesperada intentamos como nación nivelar las deficiencias mostradas al no determinar las acciones necesarias, las cuales nos lleven progresivamente a la evolución positiva de la educación panameña, donde los beneficios sean ramificados en la comunidad educativa, sin en parapetos producto de una acción gubernamental mal enfocada.
Hoy día nos quejamos por la internacionalización de mano de obra, pero es justo reconocer que como en el caso de la minería, no nos preparamos como nación para formar hombres y mujeres panameños, que respondieran a estas exigencias y nos hagan un país más competitivo, ya que al parecer nuestra realidad es que tenemos un sistema educativo distraído.