• 21/03/2020 04:00

Síndrome de Down: inclusión, igualdad y contribución

La Organización de las Naciones Unidas declaró, en el 2012, el día 21 del tercer mes de cada año, el Día Mundial del Síndrome de Down, con el objetivo de crear conciencia en la sociedad de la importancia que tienen estos seres humanos con una condición especial.

La Organización de las Naciones Unidas declaró, en el 2012, el día 21 del tercer mes de cada año, el Día Mundial del Síndrome de Down, con el objetivo de crear conciencia en la sociedad de la importancia que tienen estos seres humanos con una condición especial.

También tiene como objetivo dar a conocer los atributos y derechos que tienen las personas con síndrome de Down a ser independientes y con iguales derechos que los otros, en la toma de decisiones en temas que impactan a la sociedad para coadyuvar en su desarrollo personal.

Aunque parezca inverosímil, en la actualidad existe un gran porcentaje de personas que considera que el síndrome de Down es una enfermedad y no es así, es una condición que ocurre cuando aparece una alteración genética en los cromosomas.

Hoy en día se han dado avances significativos referentes, a las habilidades cognitivas, la integración social, la atención temprana y la estimulación que potencian y mejoran la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y la de sus familias, no obstante se requiere resaltar la gran importancia de implicar a toda la sociedad, como los medios de comunicación, la comunidad educativa , los profesionales de la salud y la comunidad en general respecto al tema que se ha elegido para este año 2020, “Decidimos”, el cual busca resaltar el valor de la participación activa y plena de estas personas en adoptar medidas que puedan emplear para la ejecución de acciones sobre los asuntos que les afecten.

El Día Mundial del síndrome de Down es una fecha oportuna para realizar ese trabajo de concientización extra y dar a conocer las acciones que vienen desarrollando las organizaciones a nivel internacional y las nacionales, las cuales elaboran un plan de acción sostenible que enmarca salvaguardar a estas personas contra cualquier tipo de abuso, atropello o discriminación.

Una de las principales barreras que existen, tanto para las personas con Síndrome de Down como para sus familiares, es el estigma, la discriminación y el prejuicio, al ver esta condición como un problema. Esto lo podemos ver reflejado cuando un padre o madre de familia se dirige hacia un centro educativo, hacia el supermercado o en lugares en los que se desarrollan actividades de esparcimiento, parques, etc., donde se refleja la actitud esquiva e inapropiada de las personas para con los que presentan características propias del síndrome de Down.

Inexplicablemente, y a pesar de que en algunos colegios, aulas especiales, los niños con síndrome de Down son incluidos conjuntamente con compañeros que no tienen la misma condición, lo que impide una dedicación exclusiva a los de síndrome como debiera ser para que estos tengan oportunidad de ejecutar y aprovechar conocimientos impartidos (aunque hay que reconocer que en muchos colegios sí reciben el trato que merecen, acorde con sus indiscutibles actitudes), en el aspecto laboral es recomendable que se les trate como queda dicho de acuerdo con sus actitudes y no se les relegue a labores en donde no se requieren cualidades específicas, coartando así el derecho inalienable que ellos tienen de trabajar en igualdad de condiciones y rendimiento con los que no presentan características del síndrome de Down.

Sería prudente que todas las fuentes de empleo, las escuelas, los centros de diversión y todo aquel sitio en donde se trata al ser humano como objeto y sujeto del desarrollo sepan tratar adecuadamente a las personas con síndrome de Down porque ellos son tan capaces como el que más.

La historia registra casos de famosos personajes con síndrome de Down que, por sus virtudes probadas en la sociedad, se han destacado y constituyen hoy día iconos admirables en diferentes acciones del quehacer humano.

Espero que en el futuro venidero logremos como sociedad el doble de los avances que se han venido desarrollando para las personas con síndrome de Down y que, indistintamente que las personas tengan un familiar o conocido con esta condición, tengan presenten que, como personas que forman parte de la sociedad en la que vivimos, su valor y contribución para la humanidad no deben ser inferiores, a pesar de su condición, ya que ahora se sabe que, con trabajo, atención y ayuda, las personas con síndrome de Down pueden ser incorporadas a la vida social, desempeñando múltiples actividades.

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