• 11/07/2023 00:00

El señor presidente y el pensamiento positivo

“Al hablar de pensamiento positivo, nos enfocamos en el reto propio. “¿Puedo yo comprometerme a algo que no puedo llevar a cabo?”. “¿Puedo yo exigirle a mi equipo que haga algo de lo que no soy capaz?”. Esto es fundamental”

El pensamiento positivo y lo que ello involucra tiene una conceptualización tridimensional: frases, retratos y vidas. ¿Cuál es el real significado de lo que aquí se plantea? Las metáforas nos brindan la oportunidad de hacer paralelismos y crear vínculos con el contexto propio que nos proporciona el entorno que nos rodea y la realidad labrada de la ilusión, de las emociones y de las posibilidades intuitivas, de los sueños y de la habilidad para atreverse a soñar.

Existen aspectos que debemos tener en cuenta cuando trabajamos con el arte de pensar positivamente, y especialmente su relación con el desafío que esto involucra. El orden no involucra nada en especial. Lo primero es que debe existir buena comunicación en el equipo de gestión. Esto es fundamental, lo positivo debe fluir de manera correcta entre los responsables de los resultados. Cómo se comunica la intención, cómo se informa es vital. Esta debe ser, como dicen por ahí, con traje y corbata, caso contrario, no muestra su naturaleza de seriedad. Por ejemplo: en las pasadas elecciones, el discurso del candidato ganador fue enérgico: “Uniendo fuerzas”. Como se puede observar, el mensaje es claro y el reto es directo. El debate se asemeja a un acto de agresión. Esto nos indica que la comunicación representa una acción de seriedad. No puede nunca ser planteado como algo débil ni fracasado, sino como algo contundente y absoluto.

Segundo, argumento. El pensamiento positivo, además de saber comunicarse, debe tener un razonamiento que lo justifique. En el desafiante mundo de la gestión, que posee una dinámica exclusiva de la competencia, no carece por cierto de críticos de la simple retórica. Los gestores deben desarrollar aspectos que antes eran desconocidos en el campo de la misión. En la actualidad, son importantes la inteligencia y los conocimientos de los empleados. En otras palabras, es fundamental que los mensajes comunicados sean comprendidos e implementados correctamente, ya que es responsabilidad de todos alcanzar las metas trazadas. Siguiendo con el ejemplo utilizado en el primer aspecto, existe un argumento contundente para utilizar la frase “Uniendo fuerzas”, y es la división existente en el partido involucrado y en el país actualmente. No solo a nivel político, sino en todos los escenarios analizables.

Tercero, habilidad y compromiso. En la gestión debe existir cierto matrimonio entre el arte de pensar y la seriedad con que se piensa. Por tanto, los desafíos se dan como una mancuerna entre la posición y la lucha. El arte de pensar debe funcionar como el resultado de un ente colectivo. Antes de su planteamiento ya debe tener a sus seguidores que defiendan el camino que se ha de elegir. La gente que piensa positivamente debe tener un enfoque correcto, lo cual requiere habilidad y compromiso. No se puede desafiar al equipo que ayuda a la gestión, si no se está lo suficientemente claro en que usted como guía puede suministrar y proveerá los recursos y el apoyo requerido para que su gente haga lo necesario. Existe el planteamiento histórico que exige un Gobierno que realmente presente estas dos características. Probablemente, por la vía de “Uniendo fuerzas” se podría lograr.

Cuarto, elaboración. La realidad no solo exige acciones impulsivas, sino también la evaluación de las consecuencias que esto acarrea de manera sensata y razonable. El hecho de que un pensamiento positivo nos conduzca a una situación deseable debe tener consigo su real valoración de los resultados que se pueden obtener. Para esto es necesario todo un conjunto de elementos, tales como tiempo, arrojo, responsabilidad, agitación, pasión. Es importante pensar muy cuidadosamente antes de hacer. Parte del pensamiento positivo nace de la experiencia de quien lo experimenta. Es muy probable que el señor presidente cuente con la experticia necesaria para hacer el llamado de “Uniendo Fuerzas”, lo cual le ayudará a exigirse a sí mismo, lo que tendrá que exigirle a su equipo.

Quinto, conducta. En el arte de pensar positivamente la conducta es fundamental. Existen elementos que nos exigen mantener los parámetros establecidos y considerarlos como inviolables para el logro de una buena gestión. Puede ser el caso de los tiempos establecidos para el logro de los retos, entre otros elementos. Cuando el equipo o los involucrados cuestionan el discurso sin cabida, acciones sin compromiso, responsabilidad o emoción; lo que están censurando es la falta de conducta de quien aporta la línea. El poco compromiso con los recursos, el apoyo moral, el esfuerzo personal y la falta de responsabilidad, están en la misma línea. Es necesario que quien plantea el pensamiento positivo esté claro en la conciliación que debe existir entre lo que se pide y lo que eso conlleva. Dándole continuidad a nuestro ejemplo, ahora lo importante es definir claramente los tiempos de acción. Por ejemplo, al criterio de “Uniendo fuerzas” se le deben agregar, de manera correcta y disciplinada, las acciones que se esperan en los xxx días de gestión, lo cual debe estar sustentado en una buena base moral, respetando los criterios de comunidad y la costumbre de la gente.

Sexto, convivencia. Como ya hemos mencionado en las líneas precedentes, el trabajo en equipo es vital en el pensamiento positivo. La colaboración y el complot forman parte del buen enfoque y del éxito. Es como buscar aquella situación en que el retador se reta a sí mismo. La hipocresía no es una característica válida en el pensamiento positivo. Al final del camino, es más sencillo de lo que se piensa. Al hablar de “Uniendo fuerzas” se aduce a la convivencia, al esfuerzo conjunto, a la necesidad de todos velar por el bien común y conducir hacia el mismo destino.

Y séptimo, empatía. Al hablar de pensamiento positivo, nos enfocamos en el reto propio. “¿Puedo yo comprometerme a algo que no puedo llevar a cabo?”. “¿Puedo yo exigirle a mi equipo que haga algo de lo que no soy capaz?”. Esto es fundamental. Aun esperamos para ver qué pasa. “Uniendo fuerzas”.

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