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- 16/08/2016 02:05
Primeras señales
Para el hombre común, las estadísticas y los índices se estrellan con la realidad que él vive. Al panameño le puedes habar de crecimiento del 5.6 %, desempleo del 6 %, pero él siente la economía con sus experiencias y el desempleo lo mide con la dificultad de vecinos, amigos, familiares de lograr un trabajo.
No me voy a ocupar de las señales que puedan estar viendo los miembros de las clases más adineradas, veamos lo que está recibiendo como señales la clase media. Las primeras señales son preocupantes, la Zona Libre en una crisis que nadie está viendo el final de la misma, negocios cerrando, más de 9000 destituidos, por un lado el Gobierno con un plan de renovación de Colón impresionante, pero, y ¿el pueblo colonense qué?
Luego ve los hoteles, poca ocupación, muchos bajando finalmente sus tarifas al darse cuenta de que la bonanza acabó, los precios de los bufés en hoteles bajando igualmente, aceptando que los tiempos no son los mismos que hace un año, las arrendadoras de autos viendo más autos en sus estacionamientos que antes.
Luego la vida de los restaurantes. Cada vez más los empiezas a ver medio llenos, los que antes tenías que reservar para entrar, muchos inclusive donde solo te encuentras con extranjeros y turistas, pocos nacionales. Cada vez más vez los ‘malls ' con gente, pero sin paquetes de compras, aprovechando para caminar y distraerse en un ambiente elegante y fresco. Las propias compañías de celulares con promociones no vistas antes y los grandes almacenes igual, con todo tipo de rifas, tómbolas o descuentos directos para atraer a los posibles clientes.
Los apartamentos terminados y sin vender, no se logran ni alquilar, mientras el Gobierno, en lo que directamente toca al usuario, no resuelve la escasez de medicinas ni arregla las fugas de agua, mientras hay falta de agua por doquier. Las calles aumentan en su deterioro por pocas reparaciones por el MOP, las escuelas siguen deterioradas.
Pero, para el Gobierno, las estadísticas son positivas, crecimiento de 5.6 estimado, desempleo bajo el 5 %, mientras continúan los macroproyectos que darán supuestamente más empleos y más dinero a los consumidores, la Línea 2, el proyecto Colón, la Línea 3 y ahora también hablamos ya de la 4, el cuarto puente sobre el Canal, el puerto de Corozal, la ampliación a 8 carriles de Arraiján a Panamá y también luego la Arraiján-La Chorrera.
Nuevamente hemos caído en las dos Panamá. La que vive el panameño, la que vive el Gobierno. Por supuesto que la Panamá del pueblo es la que protesta, cierra calles, se manifiesta en las redes sociales. Para el Ejecutivo, ya vimos, son ñañequerías. Un funcionariado que al pueblo le parece mediocre, porque efectivamente no le resuelve los problemas, pero efectivo al Ejecutivo.
Las señales están, pero muchos no las quieren ver ni entender. La clase media empieza a sentir una recesión, los indicadores no lo muestran y el Gobierno sigue ajeno a esa realidad, ventas bajas, cierre de empresas, reducción de personal. Una oferta cada vez mayor de locales y apartamentos. Curiosamente los panameños nos perdemos en temas que no resuelven, como discutir una constituyente o los temas alrededor de los ‘Panama Papers ', hasta manifestaciones por órdenes de detención.
Señores, hay que encarar los verdaderos problemas que nos pueden llevar a una crisis que todos lamentaremos, donde ya no habrá migración de venezolanos para reanimar la economía. Al contrario, las migraciones predecibles son de cubanos y africanos que lejos de ayudarnos nos pueden perjudicar más.
Señores, la solución no es la Jornada Mundial de la Juventud, la solución no está en el Vaticano ni la Iglesia, está en nosotros, nuestra creatividad, nuestro ingenio. Panamá ha pasado por crisis antes, siempre las hemos superado, pero primero las hemos aceptado, luego juntos, en concertación, hemos diseñado las soluciones. Pero hoy, ¿estamos aceptando la crisis? El Gobierno tiene una extraordinaria ventaja para resolverla, no tiene oposición. Puede convocar a los mejores panameños para empezar a diagnosticar las causas y buscar las soluciones.
Estamos a tiempo, antes de que la crisis haga explosión, pero se requiere la iniciativa del Ejecutivo en un país donde la Asamblea no tiene capacidad para atenderla. Para mí las señales están claras, no es problema de austeridad de Gobierno, al revés, su gasto alimenta la economía nacional, pero son las medidas necesarias para reactivar la economía en los diversos sectores.
ANALISTA POLÍTICO.