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- 24/10/2020 00:00
Seguridad social, tema obligado del diálogo
El tema sobre la seguridad social debe ser parte de la agenda en el diálogo nacional convocado por el Órgano Ejecutivo.
No solo durante la presente administración, sino durante varias anteriores, se han hecho algunos esfuerzos por mejorar las condiciones de la Caja de Seguro Social (CSS), que muchas veces se constituyó en caja menuda de políticos y empleadores. Los trabajadores, que cotizan, no tienen acceso a sus finanzas.
La pandemia de la COVID- 19 ha servido para aflorar ambiciones desmedidas en contra de las finanzas de esta institución, sin importar el padecimiento de miles de panameños, no solo por los efectos de salud, sino también porque se han agudizado los problemas económicos. Los índices de desocupados se alteraron como nunca.
Sin embargo, a quienes le otorgaron el manejo de la seguridad pública, se han dedicado a buscar fórmulas, que en vez de mejorar y hacer más efectiva la acción contra el virus, plantearon, entre otros adefesios administrativos, comprar ventiladores y otros instrumentos de salud a precios exorbitantes. La presión ciudadana impidió estas compras millonarias.
También, y argumentando la necesidad de solucionar ciertas necesidades, se intentó finiquitar un acuerdo de más de 180 millones para un servicio de distribución de medicinas con una empresa mexicana. Este contrato solo está en suspenso.
Utilizando otras explicaciones, hubo el propósito de vender activos de la institución, que no logró convencer ni a los más incautos.
Alrededor de la administración de la CSS se han planteado toda clase de argucias financieras sobre las cuales la opinión pública tiene puestos sus ojos, como utilizar el fondo financiero, hacer acuerdos con la empresa a la que un Gobierno extranjero ha tenido que procesar por coimera, y ahora, más reciente, tener que enfrentarse a un proyecto de ley (311), que la obligará a atender la salud de todos los que habitan este país, sean asegurados o no lo sean.
Pero la cereza que en estos momentos colocan sobre los hombros de nuestra débil y saqueada principal institución de salud, es el acuerdo que recientemente aprobara su Junta Directiva, sin el aval de la comisión respectiva, mediante el cual los asegurados tendremos que sufragar costos del controversial hospital modular. Una nueva carga a los dineros del seguro social, que todos los trabajadores y jubilados depositamos mensualmente en las manos de administradores que no gozan de nuestra confianza.
Lo que está ocurriendo sobre la CSS no es una buena muestra de lo que es gobernar en tiempos de pandemia.
En el diálogo nacional, que está por conocerse cómo se realizará o quiénes participarán, es posible que salgan a la luz otras “bellezas”, que definitivamente esperamos se corrijan y se enrumbe a nuestra seguridad social por mejores derroteros.