Sandino, un general traicionado

Recientemente, el pasado 21 de febrero, se cumplieron casi cien años del asesinato del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino, cuando huestes de Tacho Somoza lo mataron junto con sus lugartenientes, precisamente al terminar de acordar un pacto de paz con este dictador.

El vil asesinato de Sandino produjo la evacuación de sus tropas de las montañas de La Segovia, quienes tuvieron que disolverse, algunos atravesando la selva, entre ellos mi padre, hasta llegar a la costa del Atlántico, y luego pasar a Costa Rica y tiempo después radicarse en Panamá.

Desde aquellos acontecimientos diversos seudolíderes montaron movimientos antisomocistas, cobijándose bajo el paraguas de un sandinismo que a la postre estamos experimentando cómo, a sangre y fuego, lo han aprovechado con cinismo y sin límites, principalmente cuando llegaron al poder.

Conclusión, la lucha y el asesinato del General de Hombres Libres, parece que fue en vano, ha servido a unos cuantos para aplastar aún más al pueblo nicaragüense, con mas saña y maldad que como lo hicieron los propios somocistas.

En estos momentos no se trata solo de defender los derechos y los bienes de quienes han sido despojados de su legítima nacionalidad de nicaragüense; el hecho concreto es que la América india mira pasivamente a un nefasto e ignorante, pero atrevido seudodirigente, quien, sin contemplaciones, tiene sojuzgado a todo un pueblo sin perspectivas de liberación, como lo soñó en su momento Sandino. Ha sido traicionado en sus luchas y principios por quienes hoy solo se han convertido en codiciosos aduladores.

Daniel Ortega debe saber que sus días están contados. Varios de sus adláteres internacionales le han dado la espalda y lo critican acremente.