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- 13/01/2015 01:00
Samuel Huntingnon y el choque de civilizaciones
En 1993, con motivo del Duodécimo aniversario de la publicación de su libro ‘The Clash of Civilizations’, Samuel Huntingnon público un interesante artículo en la revista ‘Foreign Affairs’ que cobra vigencia con lo que está sucediendo en el Medio Oriente y Europa, y puede suceder en nuestro Pueblo de América.
Huntingnon sostiene que el mundo ha entrado en una nueva era que ‘los intelectuales no han titubeado en proliferar su visión de lo que será el final de la historia y el retorno a las tradicionales rivalidades entre Naciones-Estados con el declive de la Nación-Estado por los empujes de tribalismo y globulismo, entre otros’. Mas, Huntingnon no comparte esa visión, indica que excluye un aspecto crucial, central, de lo que más probable suceda; mantiene la hipótesis de que la fuente de conflictos no será primariamente ideológica ni económica y que las grandes divisiones entre la humanidad y ‘la fuente dominante de conflictos, será cultural’. Los conflictos entre el mundo musulmán y el occidental parecen darle razón.
Según Huntingnon, las Naciones-Estados continuarán siendo los actores más poderosos en los asuntos de carácter global, pero que los conflictos de política de grupos serán entre naciones y grupos de diferentes civilizaciones. El choque de civilizaciones dominará la política global. Las líneas de batallas entre civilizaciones serán las líneas de encuentro entre las civilizaciones y añade que conflictos entre civilizaciones es la última fase de evolución de conflicto en el mundo moderno.
Describe la evolución de la naturaleza de los conflictos entre las Naciones Estado, después de la emergencia del orden internacional con el Tratado de Westphalia hasta nuestros tiempos, cuando, como resultado de la Revolución Rusa se convirtió en un conflicto ideológico hasta el final de la Guerra Fría y a cuyo el final toma como teatro principal las interrelaciones entre las civilizaciones del Mundo Occidental y las del Mundo No-Occidental.
Interesante el concepto de civilización como lo establece Huntingnon, quien expresa que ‘civilización de un grupo es un ente cultural’. Aldeas, regiones, grupos étnicos, nacionalidades, grupos religiosos, todos tienen distintas culturas, diferentes grados de heterogenia cultural.
Para él, civilización es el nivel cultural más alto. Una agrupación de personas y el nivel más amplio de identidad cultural que distingue a los humanos de otros grupos de su especie. Es tener objetivos comunes, lenguaje, religión, costumbres, instituciones y como subjetivamente nos definimos. Concepto que trasciende fronteras.
Aceptando la hipótesis de Huntingnon no se puede menos que voltear atención a los conflictos de hoy en Europa y el Medio Oriente, más el riesgo de su extensión global. Somos testigos de un choque de civilizaciones entre el Mundo Occidental y el Mundo Islámico, causado en gran parte por el acercamiento de las líneas de encuentros entre las dos civilizaciones con el crecimiento de sus poblaciones en el Mundo Occidental. Y, sobre todo, la falta de visión inicial del Mundo Occidental Europeo de lograr su integración a nuestra cultura y la insistencia de los islámicos residentes en el Occidente de mantener su costumbres, extrañas en su mayoría a nuestras normas y modo de vida.
Algo es cierto, cometemos un grave error de juicio en considerar el conflicto entre los dos Mundos como de carácter religioso, pues no es tan simple. El Islam más que una religión es un modo de vida que define y regula todos los actos y aspectos de la vida cotidiana del creyente. Es una cultura que llevada a extremos se puede tornar peligrosa al considerarse dueña de la verdad universal. Afortunadamente, la gran mayoría de los musulmanes no son fundamentalistas o terroristas, pero opera en ellos el fenómeno de la mayoría silenciosa que ha demostrado ser fatal en la historia occidental permitiendo el Siglo pasado el surgimiento de Hitler y Mussolini.
Por todo lo dicho es importante insistir en considerar al Islam como una cultura más que como una religión que es un modo de vida y que no todos los islámicos son yihadistas. Es necesario esta visión y lo que nos dice Huntingnon para entender lo difícil que ha sido y será siendo, lograr su integración a nuestro modo de vida. Es la realidad por lo que abogo por un mayor esfuerzo por reconocer el crecimiento de las comunidades islámicas en nuestro país y redoblados en mantener el mayor grado de comunicación y acercamiento con ellas, lograr su mayor integración a nuestro país que los ha acogido bien y evitar caer en los errores de Europa. Tristemente, no percibo que estamos haciendo lo suficiente en ese sentido.
BANQUERO Y EXDIPLOMÁTICO