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- 21/12/2024 00:00
Discriminación invisible: Cómo las redes sociales nos arrastran sin notarlo
La discriminación en redes sociales ha existido desde los inicios de estas plataformas, aunque su análisis se intensificó con su auge en la década de 2010. Este fenómeno, que a menudo surge de la ignorancia, el miedo y la intolerancia, se presenta de forma sutil y encubierta a través de conductas normalizadas culturalmente. Estas acciones, lejos de ser inofensivas, perpetúan estereotipos y estigmatizaciones, frecuentemente disfrazadas de humor o justificadas con excusas (Unicef, 2017).
Uno de los pioneros de la psicología, Gordon Allport argumenta que una de las funciones principales del prejuicio es la categorización, un proceso automático en el que los seres humanos dividen a las personas en grupos basados en características superficiales o llamativas, como el color de piel, el género, la vestimenta o el idioma. Esta clasificación no solo facilita la interpretación inmediata de la información, sino que también ayuda a reducir la incertidumbre y el esfuerzo mental.
Las redes sociales permiten la difusión de contenido humorístico basado en estereotipos, que muchas veces refuerzan ideas discriminatorias bajo la excusa de ser “sólo bromas”.
El anonimato permite que las personas actúen sin revelar su identidad, facilitando la expresión de comentarios discriminatorios sin temor a repercusiones. Este entorno fomenta la intensificación de comportamientos, ya que la falta de responsabilidad directa elimina limitaciones sociales que, de otro modo, podrían frenar estas acciones. Al mismo tiempo, la repetición de estos comportamientos en plataformas digitales refuerza los estereotipos y prejuicios ya existentes. Estos estereotipos, alimentados por la ignorancia, facilitan la exclusión social.
Las redes sociales, como TikTok y Instagram, emplean algoritmos que amplifican los sesgos y prejuicios existentes en la sociedad. Estos algoritmos, diseñados para personalizar la experiencia del usuario, a menudo priorizan contenidos que confirman nuestras creencias previas, creando así “burbujas de filtro” que refuerzan estereotipos y dificultan la exposición a diferentes perspectivas. Al priorizar el contenido de ciertos creadores y suprimir el de otros, estos algoritmos contribuyen a la invisibilizarían de grupos minoritarios y perpetúan las desigualdades.
“La violencia, ya sea en palabras o acciones, nace de la ignorancia.” — Mahatma Gandhi
Los creadores de contenido de la comunidad, día tras día, enfrentan este tipo de discriminación. Esta suele ser muy engañosa, ya que no se manifiesta de manera directa, sino a través de comentarios y actitudes encubiertas que, aunque parecen inofensivas, perpetúan estereotipos y limitan las oportunidades para ciertos grupos. En las redes sociales, se pueden observar cómo estas actitudes aparecen disfrazadas de humor, que pueden presentarse en simples expresiones, para minimizar o ridiculizar a la persona.
En el país, hay una gran falta de comprensión, y la manera en la que se usan los estereotipos sigue siendo una barrera para muchos creadores de contenido que buscan un espacio seguro para su debido reconocimiento. Los tipos más comunes de discriminación que se pueden observar están relacionados con la apariencia física, la sexualidad y género, el grupo étnico, el estatus económico y el nivel educativo, e incluso comentarios que minimizan el trabajo y esfuerzo de estos creadores, limitando así su alcance en las plataformas.
Para entender la realidad que viven usuarios de estas plataformas, contamos con la experiencia de Mehr Eliezer, primera inmigrante naturalizada en representar a Panamá en Miss Universo, comenta como ha enfrentado una ola de prejuicios y críticas que cuestionan su identidad y derecho a participar. A pesar de esto, ha demostrado una gran resiliencia, utilizando su plataforma para normalizar temas como la ansiedad y la salud mental. A través de los años, ha aprendido a gestionar las críticas y a priorizar su bienestar emocional. Su experiencia subraya la importancia de la vulnerabilidad en la construcción de una imagen pública auténtica y la necesidad de cultivar la resiliencia para superar los desafíos que conlleva la vida en el ojo público.
Mehr destaca la importancia de la resiliencia, del crecimiento personal y de mantener una actitud firme frente a las críticas y las adversidades. Ha encontrado en la vulnerabilidad una forma de conectar y humanizar su imagen pública.
¿Existirá alguna solución a esta problemática que trasciende entre generaciones? Es una situación que no eliminara completamente, sin embargo, se puede reducir buscando una manera que nos permita gestionarlo de forma adecuada. Para este caso en particular, la herramienta principal es la psicoeducación, enfocada en promover entornos en los cuales las experiencias sean aceptadas o válidas como un elemento de aprendizaje a través de terceros, en lugar de ser ridiculizadas, es decir, verlo como una situación de aprendizaje a través de una conducta observable, en lugar de criticarlo o ridiculizarlo. ¿Qué métodos o técnicas se harían necesarias? Aprovechar esos mismos medios digitalizados, podcast, redes sociales en las cuales se promuevan contenidos reflexivos, buscando moldear actitudes, creencias y desarrollando la inteligencia emocional para lograr que el ser humano sea más comprensibles, sensibles a aquello que comparten los demás a través de las redes.