• 23/10/2023 09:24

Remembranzas de la campaña electoral de 1968 en Panamá

En las elecciones generales de 1964 participaron siete candidatos presidenciales y 19 partidos políticos.

Los comicios electorales celebrados el 10 de mayo de 1964 se realizaron para elegir el 34 avo. Presidente de la República de Panamá. En dichas elecciones generales participaron siete candidatos presidenciales y 19 partidos políticos.

El candidato del oficialismo, Don Marco Aurelio Robles Méndez, del Partido Liberal Nacional, salió favorecido en un triunfo cuestionado por algunos, apoyado por una alianza de ocho partidos políticos: el Liberal Nacional, Republicano, Movimiento de Liberación Nacional, Progresista Nacional, Laborista Agrario, Acción Democrática, Nacionalista y Revolucionario Istmeño. Su contendiente más importante, el Dr. Arnulfo Arias Madrid, fue respaldado únicamente por el Partido Panameñista. Los otros cinco candidatos presidenciales fueron Juan de Arco Galindo, de la “Alianza de Oposición —ADO—, integrada por las organizaciones políticas Tercer Partido Nacionalista, Renovador, DIPAL y Cívico Nacional; José Antonio Molino, por la Democracia Cristiana; Norberto Navarro por Acción Radical; José De La Rosa Castillo del Reformista Nacional; y Florencio Harris del Partido Socialista.

El resultado final de estas breves, pero intensas elecciones generales de 1964 favoreció a Don Marco A. Robles Méndez con un total de 130,154 votos, acompañándolo como Vicepresidentes Max Del Valle y Raúl Arango Navarro. Su contendor más cercano fue el Dr. Arnulfo Arias Madrid, quien obtuvo 119,201 sufragios. La diferencia entre uno y otro candidato fue de 10,953 sufragios populares.

El nuevo presidente electo Marco Aurelio Robles Méndez, anteriormente había ocupado los cargos de Diputado a la Asamblea Nacional, caracterizándose en forma destacada contra los atropellos del gobierno de Arnulfo Arias Madrid en contra de los medios de comunicación (1949-1951), ocupó la posición de Director General del Catastro, fue gerente de Crédito del Banco Nacional y ministro de Gobierno y Justicia en los cuatro años de gobierno de su correligionario y pariente Roberto Francisco Chiari Remón.

Durante los tres primeros años del mandato del presidente Robles, este contaba con una amplia mayoría de diputados de la alianza de los partidos políticos que lo habían llevado al poder, aunado a algunos otros quienes tenían amistad con el Presidente. En septiembre de 1967, a pocos meses de las elecciones generales anunciadas para el 12 de mayo de 1968, después de varios sondeos para respaldar y escoger al próximo candidato presidencial del gobierno entre los aspirantes que figuraban en ese momento, David Samudio Avila, Alfredo Ramírez, Raúl Arango Navarro, y el propio Primer Comandante de la Guardia Nacional Bolívar Vallarino, Olmedo Rosas y Jorge J. Velásquez, finalmente recayó en la figura del ingeniero David Samudio Avila, lo que causó que los partidos Republicano, Tercer Partido Nacionalista, Acción Democrática y Coalición Patriótica Nacional abandonaran la alianza gubernamental para respaldar la nómina presidencial integrada por el Dr. Arnulfo Arias Madrid para presidente y Raúl Arango Navarro y José Dominador Bazán para la primera y segunda vicepresidencia respectivamente, entrando así a la alianza “Unión Nacional” conformada por los partidos Panameñista, Republicano, Coalición Patriótica Nacional, Tercer Partido Nacionalista y Acción Democrática y otros sectores políticos, entre ellos liberales destacados pero disidentes del Partido Liberal Nacional.

Por su parte, el gobierno respaldó la candidatura presidencial del ingeniero David Samudio Avila para Presidente y Temístocles Díaz Quelquejeu y Roderick Esquivel para la primera y segunda vicepresidencia respectivamente, apoyados por la denominada “Alianza del Pueblo”, compuesta por los partidos Liberal Nacional, Movimiento de Liberación Nacional, Laborista Agrario y Progresista y un sector disidente del Partido Republicano.

Una tercera candidatura sin ninguna posibilidad de triunfo recayó en el Dr. González Revilla de la Democracia Cristiana.

La correlación de fuerza siguió cambiando a comienzos de 1968, desintegrándose la misma por la inclinación de algunos de favorecer la candidatura presidencial del adversario tradicional, el Dr. Arnulfo Arias Madrid, en vez de respaldar al candidato presidencial del Partido Liberal Nacional, Ingeniero David Samudio Avila, quien había sido uno de los pilares de la alianza triunfadora de las campañas electorales de 1960 y 1964.

Como consecuencia de este panorama político, el 12 de marzo de 1968 el Partido Demócrata Cristiano denuncia ante la Asamblea Nacional de Diputados al presidente Marco A. Robles, acusándolo de pretender convertirse en árbitro de la próxima campaña electoral y de un indisimulado respaldo a la candidatura oficial del ingeniero David Samudio Avila, utilizando recursos del estado y extralimitación de funciones constitucionales. Así pues, el presidente Robles fue acusado ante la Asamblea Nacional de Diputados, fue juzgado por este órgano del estado y destituido el 24 de marzo de 1968 en un veloz proceso, con una votación de 30 votos en su contra, 11 a favor y un salvamento de voto.

Como el Órgano Judicial estaba en vacaciones, los defensores del presidente Robles presentaron un recurso de Amparo de Garantías Constitucionales ante el Juez Municipal de Turno, quien lo recibió y lo guardó hasta que la Corte Suprema de Justicia reanudara sus funciones el 1 de abril siguiente. Así, una vez reanudadas sus funciones, la Corte Suprema de Justicia admitió el Recurso de Amparo de Garantías Constitucionales que por orden del Juez Segundo Municipal había suspendido todo lo actuado por los Diputados. Seguidamente, la alta corporación de Justicia declaró viciado de nulidad el proceso llevado a cabo, revocando lo actuado por el Órgano Legislativo y ordenó el archivo del expediente, manteniéndose así al mandatario Robles en su cargo. Uno de los objetivos de la estrategia política de la oposición era destituir al presidente Robles (quien evidentemente favorecía al candidato oficialista Ingeniero David Samudio Avila) y reemplazarlo por su Primer Vicepresidente Don Max Delvalle, prominente miembro del Partido Republicano —ahora en oposición—. Así haría más viable el triunfo del Dr. Arnulfo Arias para asumir la Presidencia de la República en las siguientes elecciones.

Lo anterior originó una serie de protestas por los seguidores del candidato de oposición, Dr. Arnulfo Arias Madrid, quienes arrojaron piedras a la sede del candidato oficialista, Ing. David Samudio Avila. Como respuesta, los seguidores del gobierno vandalizaron la sede de la opositora Unión Nacional. La contienda electoral convocada a realizarse el 12 de mayo de 1968 fue activa, fuerte y sin duda alguna muy violenta. Existieron grupos de choque por ambos grupos políticos que se disputaban la Presidencia de la República. Los liberales con los llamados “Pie de Guerra” y los panameñistas con los denominados “Boinas Negras”. Ambas agrupaciones, antes y después de las elecciones, escenificaron agresivos enfrentamientos con saldo de muertos y heridos.

Los dos medios televisivos principales del país, por un lado, el Canal 2 apoyaba la candidatura presidencial del Dr. Arnulfo Arias Madrid y el Canal 4 apoyaba la candidatura del ingeniero David Samudio Avila. Varios periódicos se fundaron para estas elecciones, para defender la candidatura oficialista del ingeniero Samudio Avila, tales como El Mundo, El Expreso y El Diario El Sol, y la legendaria La Estrella de Panamá, que también lo apoyó. Por su parte, el Dr. Arnulfo Arias fue apoyado por los periódicos El Panamá América, el Diario Crítica y La Hora. Hubo participación de emisoras de radio que se inclinaron hacia uno u otro de los candidatos presidenciales.

Los ataques contra la honra y reputación entre los candidatos de elección popular en pugna y adversarios políticos, llegó a situaciones alarmantes, prácticamente muy pocos pudieron evadir esta desafortunada y lamentable situación. Algunos periodistas fueron agredidos violentamente por los grupos en pugna, ocasionando inclusive la hospitalización de algunos.

Sin duda alguna, un grupo importante dentro de la Guardia Nacional, estaba inclinada a favor de la candidatura presidencial del gobierno. Basta recordar los antecedentes de la relación del Dr. Arnulfo Arias Madrid con el instituto castrense, en el que este último había sido protagonista principal en sus dos derrocamientos presidenciales anteriores.

El 9 de mayo, en la Provincia de Darién, cerca del poblado de Yaviza, el candidato de la oposición, Dr. Arnulfo Arias Madrid, fue objeto de un atentado, donde fue herido uno de sus simpatizantes.

El día de las elecciones el oficialismo recurrió a toda clase de artimañas para evitar que los simpatizantes de la oposición pudieran depositar libremente su voto e intervinieron también después del voto. El escrutinio en ciertas mesas de votación fue interrumpido debido a disparos en horas de la madrugada en distintas provincias, haciendo que los jurados que contaban los votos abandonaran sus puestos. Me consta que en las siete mesas de votación ubicadas en Vía España, en el antiguo Minimax, hoy Piex, de la ciudad de Panamá, donde el candidato opositor Dr. Arnulfo Arias Madrid había ganado por una enorme cantidad de votos al Ingeniero Samudio, en horas de la madrugada se presentaron seguidores armados del gobierno y destruyeron las mesas de votación. Hubo robos de urnas en no pocos lugares de la república, detenciones de algunos dirigentes de la oposición, así como intimidación hacia la población con la conspiración de alcaldes y gobernadores de provincias y otros funcionarios gubernamentales. Algunas urnas de votos que fueron robadas fueron devueltas pero alteradas.

Después de haberse verificado el torneo electoral del 12 de mayo de 1968, la violencia continuó entre los grupos adversarios. El día 13 de mayo, en el conocido Café Boulevard Balboa, ubicado en la Avenida Balboa de la ciudad capital, hubo tiroteo, heridos y un muerto, así como múltiples detenciones, a pocos metros de la emisora Radio Soberana, ferviente partidaria del Panameñismo. El local de la Alianza del Pueblo que respaldaba al Ingeniero David Samudio, ubicado en la Avenida Perú, fue atacado, inclusive con el candidato oficialmente adentro. El 25 de mayo, después de un discurso del Dr. Arnulfo Arias Madrid, se verificó un enfrentamiento entre liberales y arnulfistas en el Parque Porras, donde hubo tiros, gente malherida, golpes, patadas e inclusive el uso de las famosas varillas de construcción, lo que originó el nombre de “varilleros” para el pie de guerra liberal. El lamentable episodio continuó en la parte posterior del parque, donde se encuentra actualmente la Embajada de España en Panamá, ocasionando gran alarma entre los vecinos del lugar. Las huestes arnulfistas dispararon contra las instalaciones del diario oficialista El Mundo, ocasionando la muerte de un simpatizante del candidato Samudio, quien era chofer de un ministro de estado y que salió a defender dicho establecimiento. En el mismo mes, asesinaron a un agente de la Policía Nacional y el oficialismo responsabilizó como autores del crimen a las denominadas Boinas Negras del Arnulfismo.

En la Junta Nacional de Escrutinios, encargada de proclamar y entregar las credenciales a los candidatos electos, se suscitaron una serie de renuncias como consecuencia de amenazas contra sus miembros y sus familias, lo mismo para los miembros del Tribunal Electoral, debido a la pugna de los grupos políticos rivales, a fin de poner a sus allegaos en tan importante y relevantes posiciones electorales.

El torneo electoral se realizó en un ambiente de exasperación y la votación se inclinó a favor del candidato de la oposición, Dr. Arnulfo Arias Madrid, así:

De manera tal que el jueves, 30 de mayo de 1968, después de un recuento que demoraba en terminar, el Dr. Arnulfo Arias Madrid, fue declarado vencedor por un margen de 41,545 sufragios sobre su contendor, el Ing. Samudio Avila y consolidó su triunfo con una reunión con el Jefe de la Guardia Nacional, donde se pactó que este último se jubilaría y se respetaría el escalafón militar de la entidad castrense. Una vez asumió el cargo de Presidente Constitucional de la República de Panamá, el Dr. Arnulfo Arias Madrid el 1 de octubre de 1968, inició una serie de nuevas acciones a fin de concentrar el dominio de la Asamblea Nacional de Diputados, despojando a varios diputados de su curul y llegando al extremo de desconocer resultados de los concejales electos. Desalojó la Junta Nacional de Escrutinio y designó nuevos miembros en el Tribunal Electoral a fin de lograr sus objetivos. Procedió a desconocer el pacto con el Jefe de la Guardia Nacional e hizo movimientos de cuadros sin respetar el escalafón de esa institución.

Antes y después de las elecciones del 12 de mayo de 1968 se vivió un clima de inestabilidad tanto en lo político como en lo social. La crisis que se observaba en el país era grave, con una Asamblea Nacional de Diputados controvertida, un Órgano Judicial obediente al ejecutivo, un Tribunal Electoral sumamente cuestionado y manipulado.

El 11 de octubre de 1968, a diez días de haber tomado posesión del cargo de Presidente de la República, el Dr. Arnulfo Arias Madrid fue derrocado por tercera vez en su vida política, por un golpe militar “encabezado por el Mayor Boris Martínez, cabecilla del movimiento, el Teniente Coronel José Humberto Ramos, el Mayor Humberto Jiménez y el Coronel Federico Boyd, son los que comandaron el golpe”.

Si bien es cierto que el deterioro de la clase política era evidente, a todas luces nuestras instituciones democráticas también se encontraban en el mismo estado y esa fue la excusa de los militares. Pero la verdadera razón del aciago golpe militar del 11 de octubre de 1968 fue la serie de traslados que molestó sobradamente a los militares, pues alteraban el escalafón de la Guardia Nacional supuestamente pactado, lo que también afectaba los intereses personales de los altos mandos. Según los militares, ellos dieron el golpe para poner orden al poder constituido y asaltaron el poder político con promesas de celebrar elecciones inmediatas, cosa que nunca cumplieron, apertrechándose ilegalmente en el gobierno por largo tiempo y con la consecuencia ya conocida y registrada en los anales de nuestra historia nacional.

La campaña electoral de 1968 representa una de las más bochornosas que hemos tenido en nuestra historia republicana. Esta tuvo como antesala un escenario anárquico y violento donde la actitud de las organizaciones políticas de entonces fue reprobable, generando así un clima de desasosiego y de división en la familia panameña como consecuencia de la lucha por el poder político y económico a toda costa, sin importarles los verdaderos principios de la democracia y los genuinos intereses de nuestra nación.

Esta anécdota nociva y perjudicial debe ser recordada por los panameños para nunca más cometer los errores políticos del pasado, que tanto daño nos representaron para el futuro, y que ojalá que en nuestras próximas elecciones generales presidenciales, anunciadas para el 5 de mayo de 2024, tengamos presente lo caóticas que fueron las del año 1968, para así mantener un ambiente de paz, de respeto y armonía en beneficio de nuestras instituciones democráticas, consolidando el estado de derecho y el interés de todos los panameños sin distingos de ninguna naturaleza.

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